Por María Rubiera. Ya casi no recuerdo los días previos a la Inauguración, es como si todo comenzara en el momento de salir del túnel y entrar en el estadio. ¿Cómo podría describirlo? La imagen que me viene a la mente es la gente en movimiento, el público gritando, música, luces, y por delante marcando el paso un toque de color de americanas rojas y sombreros de paja, todo ello difuminado por una nube de confeti.
Sinceramente no recuerdo mucho más durante el desfile, ni veía ni oía nada, todo era emoción y ganas de gritar correr, saltar…, la euforia era contagiosa.
Sin embargo un momento clave fue también cuando la expedición inglesa entra a las pistas…ufff, disciplinados, elegantes, sutiles, todo parece perfecto, incluso la gran ovación al unísono que se escuchó en el estadio, y me atrevo a decir que en la ciudad entera.
En cuanto a al día a día, la euforia ya va disminuyendo, lo cuál ayuda a mantenerse firme en las rutinas diarias, pero es cierto que a cada paso te encuentras pequeñas anécdotas que te permiten mantenerte activo y receptivo, eso es lo que hace que la convivencia sea mucho más interesante.
Los partidos de parejas y equipos no han ido del todo bien, pero tenemos la fuerza suficiente para estar a tope en la competición individual que empezará el miércoles 5. Vamos a por todas!