Descafeinada Copa del Mundo de triatlón la que ha acogido París. La prueba apuntaba a ser un test sobre el mismo recorrido en el que se celebrarán los Juegos Paralímpicos de 2024, pero las malas condiciones del agua en el Sena, que finalmente no ha cumplido los requisitos mínimos de calidad, impidieron que se llevase a cabo el segmento de natación en el emblemático río. Así, la competición se realizó en formato de duatlón, con la ‘ParaTriArmada’ cosechando dos medallas.
Un oro conquistó Dani Molina en PTS3 (discapacidades significativas) y ya acumula 24 victorias en 26 pruebas internacionales desde mayo de 2017. Está tocado por una varita el alcarreño. Incluso cuando no tiene de cara el día y las fuerzas flaquean, también sube a lo más alto del podio. El cuatro veces campeón del mundo y seis de Europa lideró la primera carrera a pie, aunque en los 18,5 kilómetros de bicicleta entre los Campos Elíseos, el Boulevard Saint-Germain y el muelle d’Orsay se vio superado por dos rivales.
Pero otra vez corriendo impuso su ritmo por el Puente Alexandre III y el de los Inválidos para cruzar la meta en primera posición con un tiempo de 1:05.32. Por detrás, el francés Cedric Denuziere (1:05.49) y el holandés Nico Van der Burgt (1:07.14). “Ha sido el día más duro como triatleta. Al final se hizo en duatlón y me levanté descontento por ello, no estaba enchufado y no me sentía bien. Hice una bici horrible, las piernas no me iban, me bajé tercero a correr y la sensación era muy mala, me dolía el pecho, pero fui primero. La suerte del campeón, gano hasta cuando las cosas se tuercen. Ha sido un día para olvidar. Ahora a seguir trabajando para el Mundial”, ha comentado Molina.
Una plata se colgó Marta Francés en PTS4 (discapacidades moderadas) en su vuelta a la competición después de romperse el radio y el cúbito del brazo izquierdo en julio en A Coruña. La de Puertollano fue de menos a más en una prueba cuyo objetivo era finalizarla, sin más expectativas. Sin embargo, se lleva la recompensa de una medalla y muy buenas sensaciones tras la lesión. Fue segunda con 1:12.47, solo superada por la estadounidense Kelly Elmlinger. La onubense Carmen González fue sexta con 1:16.59.
“Apenas había entrenado dos semanas la carrera y la bicicleta era mi mayor miedo, le tenía mucho respeto a los giros después de la caída que tuve, iba fijándome en el suelo porque era adoquín y me temblaba la mano izquierda. Empecé cuarta, me puse tercera en la bici y pensé que había que mantener el puesto. En la segunda carrera me dolían las piernas y respiraba mal, decidí ir tranquila y cogí buena estrategia, ya que le iba recortando a la alemana Elke Van Engelen. No sé de dónde saqué las fuerzas para hacer un sprint y llevarme una plata que me sabe a oro. Me siento muy orgullosa porque no pensé que podría llegar aquí. Solo quería acabar la prueba y me llevo una plata”, ha recalcado.
No tuvo su día Lionel Morales, que llevaba dos podios este año -oro en la Copa del Mundo de A Coruña y bronce en las Series Mundiales de Swansea-. El lanzaroteño se encontró sin fuerzas y con náuseas desde el inicio y no pudo pelear por las preseas, siendo séptimo con 1:10.17 en PTS2 (deportistas con discapacidad física severa que compiten de pie). En la categoría femenina, Rakel Mateo fue quinta con 1:34:26. En PTS5 (discapacidad física más leve) Andrea Miguélez terminó en el sexto puesto (1:07.51) y la pareja formada por Héctor Catalá y su guía Carlos Oliver fue octava con 58:21 en PTVI (ciegos o con discapacidad visual).