COLOMBIA: Dos jóvenes paisas con discapacidad cognitiva ganan en Grecia

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NATALY MIRA /eltiempo.com -Hasta Grecia llegaron con sus caballos de acero Iván David Durango y Carlos Andrés Morales, dos jóvenes que viven en un mundo donde no existe ni tiempo ni espacio, pero sí el talento para ganarle medallas a la velocidad.

Ellos son jóvenes como los demás. Escuchan reggaeton y vallenatos, ven televisión, saben de automóviles y tienen como plato favorito a los frijoles. Pero se diferencian porque a pesar de tener una discapacidad cognitiva, eligieron el ciclismo como su opción.

Y aunque no saben ni leer ni escribir, hace 15 días vieron el número uno en sus pechos cuando ganaron varias competencias deportivas en la décimo tercera versión de los Juegos Deportivos de Verano, que se celebró en Atenas.

«Sí, cuando yo gané llamé a mi mamá y le dije que le dijera a mí papá que cogí la medalla de oro», expresa Iván David, conocido como ‘el Chiche’ Durango.

Del país de los dioses lo que más recuerda es que estuvo a orillas del mar y que ganó la prueba de 5 kilómetros en ruta. A sus 22 años, está en cuarto de primaria y ama dibujar.

El gusto por el deporte viene de familia. Su padre monta desde joven, su hermano mayor juega fútbol y su otro hermano es ciclista profesional en un equipo estadounidense.

Por miedo a que se lastimara, a Iván David lo mantenían al margen de cualquier actividad física, pero la pasión que por herencia corría por sus venas venció el miedo de sus padres y, entonces, un día el sueño de correr como su hermano empezó a hacerse realidad.

A Carlos Andrés también le pasó algo parecido. Desde pequeño tuvo el ejemplo de su padre, quien cada fin de semana salía a recorrer la ciudad en bicicleta.

Conmovido por la fascinación que reflejaba, su papá le regaló un triciclo y empezó a pasear con él por el barrio, sin imaginar que había iniciado el entrenamiento del ‘Señor’ Morales, como hoy lo llaman.

Carlos Andrés llegó a Colombia con tres medallas: dos de oro en 5 kilómetros y 15 kilómetros ruta, y una de plata en 10 kilómetros ruta.

Su infancia estuvo marcada por las burlas de sus compañeros, pero desde que ingresó al mundo del ciclismo se volvió más sociable, tanto que ha tenido siete novias.

«Yo llegué a la meta y gané la medalla, me puse alegre. Yo no pensaba que había tanta gente», cuenta.

Cuando cumplió 15 años, recibió un regalo que tanto a su mamá como a su papá les generaba mucho temor: una bicicleta. Hoy a sus 32, el obsequio se renueva constantemente con accesorios e ilusiones.

Hace tres años, las familias Durango y Morales apoyaron a sus hijos para que ingresaran a Special Olympics, una fundación sin ánimo de lucro que apoya a niños y jóvenes con discapacidades motrices, cognitivas y sensoriales, para que potencialicen sus habilidades deportivas.

La fundación llevó a varios deportistas sin ningún costo a las competencias donde participaron 186 países.

Para el ‘Chiche’ Durango y el ‘Señor’ Morales estar en Special Olympics les ha permitido ser felices haciendo lo que más les gusta: correr en bicicleta.

Frase que dicen al unísono y que materializan en los 2 kilómetros y medio que recorren cada semana durante sus entrenamientos en el Juan Pablo Segundo.

Además los domingos, los jóvenes salen a conquistar distancias urbanas y rurales con sus padres.

Y aunque quizás nunca aprendan a escribir o a leer, y sus palabras a veces se pierdan en el vacío, seguirán pedaleando contra la discapacidad.

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