Guadalajara contará con un centro para niños autistas

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    • Hoy se ha colocado la primera piedra de este centro, que cuenta con la colaboración de Fundación ONCE

    Servimedia – Guadalajara contará con un centro de intervención para niños autistas, un proyecto liderado por la Asociación de Padres de Niños Autistas de Guadalajara (APANAG) que cuenta con la colaboración de Fundación ONCE.

    Hoy se ha colocado la primera piedra de este centro que se levantará en la calle Santa María Micaela, en una parcela de 1.500 metros cuadrados cedida por el Ayuntamiento.

    El coste del proyecto asciende a 1,7 millones de euros y en su financiación participa el Ministerio de Sanidad, Fundación ONCE e IberCaja. Hasta la fecha, Fundación ONCE ha concedido para este proyecto un total de 65.000 euros (20.000 en 2009, 20.000 en 2010 y 25.000 en 2011).

    El edificio hará las veces de centro de día y centro educativo para niños con necesidades de apoyo especiales, bien por el grado de autismo o por su alto coeficiente intelectual.

    Con la puesta en marcha de este centro se crearán 12 plazas ocupacionales y 16 residenciales. La instalación contará con talleres, huerto, parque, aulas de intervención clínica, educativa y de diagnóstico, aula multifuncional para actividades formativas a educadores, escuela de padres y residencia de adultos.

    Según explica Rosa Piñas, vocal de la asociación y madre de un niño autista, una vez lograda toda la financiación, el plazo de ejecución sería de 15 meses. “Iremos poco a poco, habilitando partes del edificio”, añade la vicepresidenta, Isabel Maté.

    APANAG cuenta con 53 socios. No disponen de cifras de autismo en Guadalajara “porque muchos están aún sin diagnosticar”, aunque en España el ratio del espectro autista se ha establecido en una de cada 500 personas.

    “Todo es un problema y una pelea”, prosigue Rosa. “Desde ir al cole o a un supermercado, donde los de baja funcionalidad, ante la sobredosis de colores, luces y sonidos, se tirarán al suelo y se harán pis, y los de alta funcionalidad querrán coger todo. En cumpleaños no entienden qué se espera de ellos, a quién y por qué tienen que dar besos, o por qué tienen que esperar a comer la tarta o jugar. Y en el médico no se dejan meter el palito en la boca o poner el estetoscopio, y no saben decir dónde les duele, solo se ponen irascibles”, resume Rosa de manera muy gráfica el complicado día a día de una familia con un niño autista. Además, no siempre estos comportamientos encuentran comprensión en la sociedad.

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