Teresa Perales agranda su leyenda con una plata a la perseverancia

La zaragozana, que llegaba a Tokio con una luxación de hombro, sube al podio en 50 espalda S5 y conquista su medalla 27 en los Juegos Paralímpicos. "Roza casi el milagro", dice.

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Dice la leyenda en Japón que los peces Koi se transformaban en dragones como recompensa por su esfuerzo cuando consiguen nadar río arriba y subir una cascada. Son el símbolo de la perseverancia ante las adversidades. En el Centro Acuático de Tokio, Teresa Perales ha sido un fiel reflejo de la persistencia de esas carpas tras sacar una vez más la resiliencia que le caracteriza para abordar el reto más difícil de su carrera. Con una luxación aguda en el hombro izquierdo, la deportista española agranda aún más su leyenda al conquistar una plata en los 50 metros espalda S5. Es su medalla número 27 en los Juegos Paralímpicos. Eterna.

“No me rindo, pero no sé si podré estar en alguna final”, era su discurso en junio cuando aún nadaba con un brazo. Quizás pretendía quitarse presión, porque lo que ha demostrado en el agua ha sido muy distinto a sus expectativas iniciales. La cuestión es que hizo un esfuerzo descomunal para llegar a sus sextos Juegos tras horas de rehabilitación y desoyendo algunas voces que le pedían que parase. La galardonada con el Premio Princesa de Asturias jamás ha tirado la toalla y no lo iba a hacer ahora.

Con orgullo y amor propio ha vencido al dolor y al tiempo para ampliar su cosecha. Hacía falta mucha fe, devoción y espíritu de sacrificio para acometer la misión más ardua de su carrera, pero acumula en el bañador tantas batallas y heridas que nada frena sus objetivos. Fue quinta en 100 libre y en 50 espalda ha obrado la gesta. Miraba a su alrededor en el poyete y sólo veía a chicas de entre 17 y 27 años, con la excepción de la japonesa Mayumi Narita (51 años).

Y, sin embargo, la zaragozana (44 años) sonreía. Daba igual lo que pasara en la piscina, se había prometido disfrutar, pero competir está en su ADN. Salió con ambición y entre las cuatro primeras desde el inicio, brazada a brazada cogió primero a la turca Sumeyye Boyaci y en los metros finales cazó a la también nadadora otomana Sevillay Ozturk. Cuadró la ecuación perfecta tras parar el crono en 43.02 segundos que le dan una plata que sabe a oro. Solo la china Dong Lu fue mejor (récord del mundo con 37.18).

Alzó los brazos al cielo y su sonrisa perenne brilló más que nunca. Las lesiones golpean los músculos, pero jamás el espíritu de superación y la ambición cuando se trata de campeonas como Teresa Perales, la española más laureada de la historia. Ya suma 27 medallas (siete oros, diez platas y diez bronces) en seis Juegos Paralímpicos, la gran mayoría forjadas junto a Ángel Santamaría, su alter ego, su sombra en los últimos 20 años. Y está a solo una de igualar a Michael Phelps. Con este chute de motivación intentará conseguirlo en el relevo 4×100 estilos femenino 34 puntos.

“La medalla roza casi el milagro. Me he recuperado con una gran voluntad humana, le he echado más coraje que la ‘rasmia’, que es una palabra muy aragonesa que significa un par de esos a la vida. Venía muy tocada del hombro, lo estamos recolocando porque se coge con pinzas y me voy a operar una semana después de llegar a España. “Ha sido un camino difícil porque había gente que me decía que me quedara en España y no era el equipo médico, pero yo quería intentarlo», ha comentado.

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