Una barrera superada en ‘hand bike’

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    El Club Deportivo Handbike Isla antes del comienzo de la Carrera Nocturna del Guadalquivir.

    ANA FERNÁNDEZ / diariodesevilla.es – Muchos son los obstáculos a los que se tienen que enfrentar las personas con algún tipo de discapacidad a lo largo de su vida. Muchas son las ilusiones y derechos que se ven obligados a pelear en el día a día para lograr una integración real. Fruto de este sobreesfuerzo, son muchas también las causas ganadas. El Club Deportivo Handbike Isla ha logrado una de ellas, ser escuchado por el Ayuntamiento, a través de la Delegación de Deportes, el gerente del IMD así como su cuerpo técnico. Una atención que les ha permitido, tras tres años de lucha, participar este año en la Carrera Nocturna del Guadalquivir con sus bicicletas de mano.

    El Club Handbike Isla se fundó hace tres años por un grupo de lesionados medulares que ya practicaban deporte en silla de atletismo. Pronto, descubrieron la modalidad de la bicicleta de mano. «Gracias a su diseño, la forma de autopropulsarse no es tan agresiva, por lo que no produce el desgaste propio de la silla de atletismo, que provoca, por ejemplo, descalcificaciones. La hand bike va con tres platos y nueve piñones, se propulsa a través de la tensión de brazos y pecho y, además, tiene frenos y se puede girar con ella», describe Ernesto Mesa, vocal de la junta directiva del club y deportista.

    Son muchas las pruebas deportivas populares en las que ya han participado. Desde en la cercana Portugal hasta las maratones de Nueva York y Buenos Aires, estos ciclistas han visto cómo esta modalidad está reglada y aceptada en distintos puntos del mundo. «Aquí, poco a poco, nos vamos abriendo camino. En localidades como Coria del Río, El Cuervo, Olivares o Bormujos cambiaron el reglamento cuando les propusimos participar y nos dejaron», cuenta Nuria Jiménez, vicepresidenta del club sevillano. En la Nocturna, «aunque estamos muy agradecidos por haber podido participar, no hemos podido competir porque no existe como tal esta categoría. Esperamos que en futuras ediciones ya se pueda competir como categoría aparte de la de corredores de a pie y de las sillas de atletismo», reseña Jiménez.

    En la actualidad, el club tiene 60 socios. Unos socios que intentan que este deporte sea conocido por el público en general y por los lesionados medulares en particular para que se normalice. «De hecho, en la Nocturna, a nuestro paso recibíamos aplausos por parte de los espectadores. Nuestro principal objetivo es ese, dejarnos ver, que se promocione de alguna manera el uso de esta bicicleta», cuenta el deportista.

    Con el fin de potenciar y concienciar sobre la importancia de esta actividad para la persona discapacitada, el club tiene previsto realizar una tournée por los distintos municipios, «donde daremos charlas en escuelas sobre el deporte adaptado. Por medio del deporte se consigue la integración más fácilmente», explica la vicepresidenta.

    Son muchos los beneficios físicos y psíquicos que se consiguen con la práctica del hand bike. Además de alcanzar un buen tono físico y perder peso, fundamental para una persona con este tipo de lesiones, refuerza los brazos y, lo que es igual de importante, la mente. «A nivel psicológico, los efectos positivos que proporciona son increíbles, ya que se sienten en sociedad, en igualdad de derechos», destaca Nuria Jiménez.

    La poca sensibilidad con la que se toparon por parte de las autoridades municipales hace tres años parece haberse resuelto en parte. Una puerta que se ha abierto y se dejó notar en la pasada cita deportiva con la puesta en marcha de los medios técnicos necesarios para su desarrollo. «La verdad es que era frustrante, después de las largas horas de entrenamiento y de los gastos que supone este tipo de bicicletas, que rondan los 5.500 euros, no poder participar en las carreras», dice Ernesto Mesa, que frecuentemente se desplaza hasta Isla Mayor para entrenar y que durante dos horas diarias no se baja de suhand bike. «Para mí, la bicicleta es una droga, se me quitan los dolores y cada vez que la uso es la misma sensación que la de un niño cuando le regalan su primera bicicleta, ya que de pequeño nunca pude montar en una. Es un auténtico privilegio ir por el carril-bici hasta el parque y pasear. El deporte significa superación y esa es la sombra que llevamos a nuestras espaldas».

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