Agustín Alejos, la ‘navaja suiza’ del baloncesto español

El ala-pívot vigués es un jugador polivalente de gran talento que ayudará a España a pelear en Tokio por su segunda medalla en los Juegos Paralímpicos tras la plata de Río 2016.

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En el baloncesto en silla de ruedas, quien tiene un jugador polivalente, tiene un tesoro. Por ello la selección española se congratula de contar en sus filas con Agustín Alejos, que en la pista ejerce cual ‘navaja suiza’, un profesional multiusos capaz de adaptarse a cualquier contexto, hace de todo y siempre cumple en sus funciones para hacer daño al rival. Un tipo que todo entrenador quiere en su equipo por su rendimiento, por su inteligencia para leer el juego o por su capacidad para pasar y tirar. El ala-pívot ya se colgó la histórica plata en Río 2016 y ahora confía en ayudar a España a repetir medalla en los Juegos Paralímpicos de Tokio.

El hándicap de nacer sin gemelo y de tener un pie más pequeño que el otro no fue suficiente para frenar el ímpetu del gallego. “Tengo una malformación congénita en la pierna izquierda, no puedo caminar largas distancias, tampoco correr ni saltar”, explica. Empezó en la natación en la escuela del CD Amfiv, pero la piscina no le saciaba, soñaba con jugar al baloncesto. “Comencé en 2002 después de que Pablo Beiro -fundador del club-, que era vecino, le insistiera mucho a mi madre para que probase este deporte. Pero ella no quería verme sentado en una silla de ruedas. Al final me dejó y fue un flechazo”, relata.

Los comienzos de Alejos fueron en Vigo, aunque también hizo carrera lejos de su tierra, concretamente en Australia, donde moldeó su juego. “Fue una etapa increíble, un país muy diferente en el que deportivamente se trabaja mucho la técnica individual, algo que absorbí y que me ayudó a crecer”, asevera. Su estancia en las antípodas le llevó a conocer a su mujer, Shelley Cronau, “el mejor regalo que me ha dado el baloncesto”, con quien comparte vestuarios en Iberconsa Amfiv desde su regreso a casa en 2016. Precisamente, justo después de conquistar la plata en los Juegos de Río de Janeiro, el galardón más preciado que tiene en su palmarés.

“Fue una experiencia muy bonita, el hecho de ir a unos Juegos es brutal y si lo completas con una medalla es algo espectacular. Fue un campeonato inolvidable, nadie apostaba por nosotros y demostramos ser capaces de ganar a cualquiera. La plata la guardo a buen recaudo, de vez en cuando la saco para mostrarla cuando doy charlas en colegios”, dice con orgullo Alejos, que forma parte de la exitosa generación del baloncesto en silla español. Con la sub 22 ganó el oro europeo en Estambul 2006 y en Adana 2008, un bronce continental en Malle (Francia) 2004 y la plata en el Mundial sub 23 de París 2009.

Con la absoluta tiene la presea plateada lograda en 2019 en el Europeo de Polonia, donde la ‘ÑBA sobre ruedas’ desplegó un juego arrollador, excepto en la final frente a Gran Bretaña, en la que el vigués fue el máximo anotador saliendo desde el banquillo. “Siendo egoísta, siempre quiero jugar más, pero entiendo la situación y mi rol es aportar lo que pueda cuando me lo pida el seleccionador. Me considero un jugador que puede hacer muchas cosas, no hago nada excepcionalmente bien, pero puedo mantener un equilibrio, tengo tiro exterior, juego interior, sé defender y llevar el balón”, recalca Alejos, que este curso ha promediado en Liga 19.7 puntos y 11 rebotes.

Ya cuenta las horas para desfilar con la delegación española por el estadio de Tokio, donde disputará sus segundos Juegos Paralímpicos. “Los afronto con muchas ganas y serán más especiales porque los viviré con mi mujer, que estará con Australia. Estoy deseando disfrutar de todo lo que han montado”, comenta. España se medirá en la fase de grupos a Turquía, Colombia, Corea, Canadá y Japón. “Tenemos un equipo veloz y potente en las transiciones, nos caracterizamos por nuestro dinamismo y juego interior, si defendemos fuertes tendremos muchas opciones”, expone.

El conjunto dirigido por Óscar Trigo quiere mantener la línea de trabajo realizada en Polonia, donde la selección firmó un baloncesto coral y letal. “España vuelve a ser una amenaza, pero tenemos que ser precavidos, ya nos pasó en el Europeo de Tenerife en 2017, veníamos de conseguir la plata en Río y nos salió un mal torneo. El nivel que hay en este deporte es muy alto y tenemos que ser conscientes de que cualquier equipo te puede ganar. Es peligroso si vamos pensando en la medalla en lugar de ir partido a partido. Hay que hacer una buena fase de grupos y el objetivo es llegar a cuartos de final, a partir de ahí podremos soñar”, finaliza.

TEST TOKIO 2020. Conociendo a Agustín Alejos

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