José García, presidente del BSR Vistazul, nos acerca la realidad del colista de la División de Honor de Baloncesto en Silla de Ruedas
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Tras ascender por primera vez en su historia a División de Honor, el BSR Vistazul no conoce la victoria en lo que va de temporada. El conjunto sevillano no afronta su mejor momento, tanto en la cancha como fuera de ella. Hablamos con su presidente José García sobre los diferentes inconvenientes que deben afrontar en estos momentos.
¿Cómo valoráis el 2017?
Ha sido un año histórico para el BSR Vistazul. A finales de mayo conseguimos el ascenso a División de Honor y fue todo un logro para nosotros, ya que no éramos favoritos para alcanzar semejante éxito.
Lo vivido en la Liga Regular de la Primera División más las dos Fases de Ascenso de Burgos y Sabadell fue indescriptible. El trabajo y la implicación del Cuerpo Técnico y la plantilla a lo largo de todo ese tiempo fue muy bueno y los resultados fueron sorprendentes.
De esta forma, nos convertimos en el tercer conjunto sevillano que alcanzó la máxima categoría de este deporte tras los desaparecidos Virgen del Rocío y Once Andalucía.
¿En qué situación se encuentra en estos momentos el BSR Vistazul?
El momento actual es bastante complicado. Tras el Ascenso a la élite del Baloncesto en Silla de Ruedas hicimos una planificación acorde al nivel de los equipos con los que nos íbamos a enfrentar. La falta de un apoyo económico claro hizo que nuestras previsiones no se cumplieran y nos vimos en la obligación de realizar una economía de subsistencia.
En la plantilla se produjeron cuatro bajas y se buscaron refuerzos dentro de nuestras limitadas posibilidades que la hicieran más competitiva. Por desgracia, los que vinieron no cuajaron y comenzamos la Liga más fuerte de Europa sin fichajes y con menos efectivos que la temporada anterior.
Con este panorama no es difícil imaginar que seamos los últimos en Liga y que no hayamos conseguido todavía estrenar nuestro casillero de victorias.
¿Con qué apoyos contáis en la actualidad?
Con muchos menos de los que la gente se imagina. Pensábamos que el hecho de estar entre los mejores clubes de España del deporte más practicado entre la personas con discapacidad iba a traer más apoyos, pero nos confundimos dada la situación económica del país.
Echamos en falta una mayor implicación del Ayuntamiento de Dos Hermanas y, aunque se ha producido ciertos avances, no han sido suficientes. Peor es el caso de la Diputación de Sevilla, que no apoya esta iniciativa de marcado carácter social.
Además, las ayudas de la Dirección General de Actividades y Promoción del Deporte de la Consejería de Turismo y Deporte serían las correspondientes a la categoría submáxima y no a la División de Honor donde milita en la actualidad. A día de hoy no se ha efectuado ningún pago relacionado con esta convocatoria, con lo que la situación es bastante complicada en estos momentos.
Por si fuera poco para las arcas del BSR Vistazul, otras entidades privadas en vez de aumentar su ayuda la han reducido y otras empresas con las que se han contactado, a pesar de las buenas palabras iniciales, no han concretado, al final, el patrocinio de un proyecto deportivo único en Sevilla y provincia.
¿Cómo afronta el conjunto la difícil situación económica que está viviendo?
Con bastante temor, ya que no tenemos muy claro cuál va a ser el futuro del club. Las reuniones y gestiones para conseguir financiación y patrocinios no han parado en ningún momento. Estamos esperanzados de que, a pesar de los varapalos recibidos, la situación cambie en alguna ocasión.
No paramos de hacer cualquier cosa que nos reporte dinero para el sustento de la entidad. De hecho, en septiembre pasado organizamos un Torneo de Fútbol Base cuyo beneficios fueron destinados a aumentar el mermado presupuesto con el contamos. Todo proyecto es poco para conseguir nuestros objetivos.
¿Cómo afecta dicha situación a los jugadores y a su rendimiento en el campo?
Es inevitable que les afecte. No son máquinas. Es difícil competir cuando sabes que vas a perder de más de 40 puntos. Están demostrando una profesionalidad impresionante. La Junta Directiva les dejó claro a principios de Temporada cuál era la situación a las que se iban a enfrentar. Lo asumieron y lo hacen lo mejor que pueden.
Se da la circunstancia de que hay varios jugadores como Ávila y Luque, que provienen de la Escuela Municipal de Baloncesto en Silla de Ruedas de Dos Hermanas. Para ellos, está siendo una experiencia inolvidable.
¿A qué se debe la falta de victorias esta temporada?
A la falta de un presupuesto digno, que nos ha impedido reforzarnos como quisiéramos. Incluso, ahora, las penurias económicas nos han impedido traernos a jugadores de dilatada experiencia internacional, que hubieran dado mucho que hablar en la Liga.
La plantilla de la temporada anterior (con cuatro efectivos menos) es con la que se compite en esta. Así, es muy complicado lograr un resultado positivo porque el salto de categoría es demasiado grande. Hay algunos momentos de los partidos donde hemos demostrado que no estamos muy lejos, pero la profundidad de los banquillos se nota en exceso.
Y si no son suficientes razones ha habido encuentros, que debido al alto coste de los desplazamientos, han viajado los jugadores justos para que se celebrara el choque como los casos de Bilbao o Canarias.
¿Cómo pensáis superar los diferentes inconvenientes?
Con trabajo, trabajo y trabajo. Y también mucha suerte. Por nuestra parte no va a quedar. Estamos manteniendo reuniones con diversas instituciones públicas y privadas para que este proyecto deportivo no se venga abajo y tenga una continuidad en el tiempo. No siempre se está en la élite de un deporte tan bonito como este.
Como a ilusión no nos gana nadie seguimos realizando gestiones para que el baloncesto en silla de ruedas tenga su presencia en nuestra provincia. La cara de ilusión de un niño cuando vamos a dar una charla y se monta en una silla durante la exhibición en su Colegio en una localidad de la Sierra sevillana, por ejemplo, es la que nos da fuerzas y ánimos para seguir luchando.
¿Cuáles son vuestras expectativas de cara al 2018?
Salvarse del descenso sería una utopía, pero soñar es gratis y todavía nos quedaría una segunda vuelta de la competición para intentarlo. Pero para ello necesitamos a alguien que crea en nuestro proyecto y se implique monetariamente para conseguir los refuerzos que nos permitan, al menos, competir con mayores garantías. En caso de no lograr la permanencia planificaremos la próxima temporada con el objetivo de volver a ascender.