El nuevo desafío de la incombustible Carmen Herrera

La judoka malagueña, triple campeona paralímpica, volverá a disputar un Mundial siete años después. “Tengo gasolina suficiente para competir. Es un logro y una motivación, me siento feliz al estar otra vez entre las mejores”, dice.

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La judoka malagueña Carmen Herrera disputará un Mundial siete años después.

Venía de ganar tres oros paralímpicos consecutivos -Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012- y le dolió no contar con apoyos suficientes para buscar la clasificación a los Juegos de Río de Janeiro 2016. Aquello y las lesiones la empujaron a distanciarse de lo que amaba. Sin embargo, a Carmen Herrera no le satisfizo la forma en la que dejó el judo y su retirada fue efímera. Nunca se fue porque no se alejó del tatami, quería quitarse esa espinita clavada. Tras varios años de trabajo en la sombra y muchos sinsabores porque no le daban la oportunidad de medirse a las mejores en la élite, la ‘Valquiria del Sur’ vuelve a un gran escenario, un Mundial.

Su tenacidad y porfía le han granjeado un puesto en el equipo español. “La negación no va conmigo, siempre busco una salida. Estuve varios años sin competir, lo pasé mal porque me veía bien para intentar estar en Tokio 2020, pero no me dieron posibilidad alguna. La nueva seleccionadora, Marina Fernández, me ha dado su confianza y ha querido convocarme, ahora quiero responder de la mejor manera y demostrar mi valía. Si después no rindo, seré yo la dé un paso al lado”, asegura.

En 2019 disputó el Grand Prix de Uzbekistán, pero la pandemia y las lesiones propiciaron que su regreso fuese intermitente. En febrero del año pasado lo dejó todo atrás para empezar de cero y se trasladó al Dojo Lleida para prepararse bajo las órdenes de Go y Cèline Tsunoda. “Me acogieron con los brazos abiertos, es un lujo ser entrenada por estos dos maestros que fueron mi sostén en los peores momentos, dos personas empáticas y exigentes que saben sacar lo mejor de ti mismo. Con ellos he aprendido mucho en movilidad y rapidez, incidían en los desplazamientos y en la postura sobre el tatami. Pese a que en judo paralímpico vamos siempre agarrados, saber moverte es fundamental”, dice.

Carmen Herrera, a la derecha, junto al resto del equipo español que competirá en el Mundial.

La calidad no cumple años ni caduca, la judoka malagueña es incansable y a pesar de los años apartada de la alta competición, siente que todavía puede aportar algo más. La ambición que siempre le ha caracterizado fue la que le impulsó a dar el sí definitivo para ponerse en marcha y recuperar el nivel necesario. “Tengo gasolina suficiente para competir. Mentalmente estoy fuerte, me falta afinar en lo físico, pero al tener un judo muy establecido me siento con seguridad y espero ponérselo difícil a cualquier rival”, cuenta.

La deportista de Alhaurín de la Torre, que ha tenido que lidiar con una lesión de espalda como secuela de la Covid-19 que pasó en mayo, se congratula por estar de nuevo en la pomada a pesar del espinoso trayecto que ha recorrido. “Ha sido de las más duras que he pasado en mi carrera, pero ahí sigo dando guerra. Verme en un Mundial es ya todo un logro y una motivación, me siento feliz al estar otra vez entre las mejores”, recalca.

Su último campeonato del mundo fue en 2015 en Corea del Sur, en el que terminó quinta. “Las de mi generación están retiradas, así que no sé lo que me voy a encontrar. Para mí es como volver a comenzar porque ha cambiado todo, categorías, pesos e incluso reglamento, el judo ha sufrido modificaciones en la esencia y estructura de la competición. Es un desafío por las nuevas condiciones y, a su vez, es estimulante ver cómo puedo resolverlo”, comenta.

En Bakú (Azerbaiyán) tratará de demostrar que, a sus 48 años y tras un gran palmarés, continúa manteniendo las cualidades que hicieron de ella la pionera de este deporte junto a la vallisoletana Marta Arce -también estará en la cita mundialista- y a la valenciana Mónica Merenciano. Participará en J2 -70 kilos: “Confío en hacer un buen papel. Lo afronto con mucha paciencia y entusiasmo. El cuerpo marcará el ritmo y la mente tiene que ir acorde, también trato de ser autoindulgente cuando no salen las cosas, esa es la filosofía con la afronto los retos o dificultades que surgen. Este Mundial será una prueba de fuego para acudir a futuras convocatorias y competiciones con la selección”.

Carmen tratará de sumar los primeros puntos que la sitúen en el ranking. En 2023 arranca el proceso clasificatorio para los Juegos Paralímpicos de París 2024 y la andaluza quiere luchar por un billete. “No me obsesiona, aunque me hace mucha ilusión. Será una carrera de fondo, veo factible estar en unos Juegos 12 años después, pero hay que pagar un peaje y sé que no será barato. Habrá que pelearlo, entrenar, fortalecerse y contar con un entorno que te arrope, ya que, sin eso, a París no puedo llegar. Lo daré todo por estar allí”, concluye la reina Midas del judo español.

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