El regatista, becado por la Cátedra Divina Pastora de Deporte Adaptado de la Universitat de València, puede representar a España en Río 2016. El valenciano apuesta por el deporte como medio de integración y se plantea crear regatas inclusivas
Nota de prensa. Héctor Álvarez, logró a principios de diciembre junto con sus compañeros Paco Llobet y Manuel Gimeno clasificar a España para los Juegos Paralímpicos de Río 2016. El deportista, becado por la Cátedra Divina Pastora de Deporte Adaptado de la Universitat de València, competirá en la modalidad de Sónar.
Un accidente de moto a los 17 años le obligó a abandonar el baloncesto. Tras un año de rehabilitación y esfuerzo no solo consiguió volver a andar (le dijeron que no podría) sino que empezó a practicar la natación. En este deporte, Héctor logró estar en el Campeonato de España y quedar tercero.
Más tarde descubriría la vela, gracias al deportista valenciano Luis Peinado. Solo tres años después está a un paso (todavía hay que decidir los regatistas que irán a Río) de vivir la que será su primera cita paralímpica.
Rosa Laparra, gerente de la Fundación Divina Pastora, habla con Héctor Álvarez sobre sus retos a largo y corto plazo y sobre el futuro del deporte adaptado.
Rosa Laparra: Todo apunta a que serás uno de los regatistas que esté en Río 2016, ¿cómo afrontas esta cita paralímpica?
Héctor Álvarez: Es un reto para mí porque es algo totalmente nuevo. Como siempre, desde que empecé a practicar deporte es un sueño. Es algo difícil de conseguir. Lo llevo buscando desde después del accidente que sufrí hace diez años.
R.L: ¿Qué esperas de ella?
H.A: El objetivo principal es intentar sacar un diploma porque en nuestra clase hay mucho nivel. El más joven de toda la clase soy yo, con 27 años. La vela también es experiencia. Cuantos más años tienes, más conocimientos tienes y nuestra clase es una clase en la que casi todos los patrones tienen más de 50 años.
Además, llevamos trabajando solo tres años, frente a otros países que llevan mucho más tiempo. Es complicado estar arriba, pero ya que vamos, queremos ir lo mejor preparados y en las mejores condiciones posibles.
R.L: ¿Cómo os preparáis? ¿Qué días entrenáis?
H.A: Solemos hacer concentraciones semanales en Valencia. La sede del equipo paralímpico está aquí y Paco (Llobet) suele venir desde Barcelona. Hacemos concentraciones semana sí, semana no. Yo lo compagino con mis estudios. La semana que tengo concentración no voy a la Universidad y las semanas que no tengo aprovecho para ponerme al día.
Además, esas semanas hago un par de días de gimnasio, un par de días de natación y un día de spinning. Ahora, sobre todo, tenemos que ver cómo nos planificamos. Entrenar todo el mes de febrero, acudir a las competiciones europeas que acabamos en junio y luego, hasta las paralimpiadas, dedicarnos al 100% al reto olímpico, eso si realmente voy yo, claro.
R.L: ¿Qué objetivos y retos te planteas a corto plazo?
H.A: Me he marcado el objetivo hasta septiembre. Seguiré con los estudios, continuaré navegando y, vaya o no a Río 2016, seguiré con los paralímpicos aunque aún no sabemos si habrá vela en Tokio 2020. Después de Río quiero continuar con el Circuito del Eurosaf e incluso si se quitara el Sónar, me gustaría hacer el circuito 2.4 de Iberdrola y hacer todas las regatas de cruceros.
R.L: ¿Cuál ha sido el peor momento de tu vida deportiva?
H.A: Lo más difícil fue dejar el baloncesto. Es el deporte que más me ha aportado porque he disfrutado mucho jugando. Luego, después del accidente, lo complementé con ser entrenador. Incluso ahora todavía sueño que sigo jugando al basket.
R.L: ¿Y el que te ha dejado mejor sabor de boca?
H.A: El Mundial de Canadá en 2014. En la primera prueba quedamos en la duodécima posición, sin embargo, en la segunda prueba, tras adelantar a tres barcos, acabamos octavos. Me emocioné mucho porque pensé solo llevamos dos años y ya estamos ahí.
Piensas si trabajamos bien y estamos en condiciones, a lo mejor este año sueña la flauta y podemos estar entre los mejores del mundo.
R.L: ¿Cómo ves el futuro del deporte adaptado en la Comunidad Valenciana?
H.A: Lo veo bastante bien porque contamos con el proyecto FER y con vosotros, con la Cátedra Divina Pastora de Deporte Adaptado de la Universitat de València. Si hay proyectos interesantes y las empresas se esfuerzan por fomentar eso, creo que se puede avanzar bastante. Un ejemplo son los campeonatos de pádel inclusivo de la Cátedra Divina Pastora, en los que se demuestra que gente con discapacidad puede jugar con gente sin discapacidad.
R.L: ¿Y en España?
H.A: Veo que desde que empecé yo hasta ahora ha evolucionado mucho. Se están poniendo bastante las pilas y están superando a los olímpicos. Por ejemplo, en las olimpiadas sacan más medallas los paralímpicos que los olímpicos. Pero, obviamente, siempre es mejorable. Hay que fomentar el deporte adaptado, incluso también los deportes minoritarios olímpicos porque no se ven en las noticias.
Hasta que no llegas a ser paralímpico no sales en ningún sitio y el camino hasta conseguirlo es difícil. No hemos salido en ningún sitio hasta que no hemos clasificado al país. Vale, estamos ahí, pero el año pasado fuimos a un Mundial y quedamos en la misma posición que este año y en Italia quedamos terceros, pero eso no ha trascendido.
R.L: ¿Crees que se conoce la vela paralímpica?
H.A: Creo que no hay mucha difusión sobre este deporte. Cuando veo a alguien discapacitado siempre le animo a que venga a probar porque es una experiencia muy diferente, porque estás en plena naturaleza, en el mar. Además, creo que sería muy bueno para gente de silla porque haces movimientos, por ejemplo de cadera, que les podría ayudar mucho. Incluso como rehabilitación considero que sería bueno que se apuntaran un día a la semana para navegar porque les puede venir muy bien para la musculatura o para el equilibrio.
R.L: ¿Qué más destacarías de este deporte?
H.A: Nuestro deporte es uno de los pocos deportes en los que se consigue la integración porque, por ejemplo, en las regatas de cruceros del Náutico o de la Comunidad navegamos discapacitados y no discapacitados juntos. Cuando vamos a una regata de Eurosaf estamos con los olímpicos y no hay ninguna distinción. En el agua todos somos iguales.
R.L: ¿Cómo es tu labor como presidente del club “Un mar sin barreras”?
H.A: Pues como presidente lucho por la integración y porque la gente se apunte. Quiero que también venga gente que no tenga ninguna discapacidad y que vea cómo navegamos nosotros, como es navegar con un ciego… Quiero integrar todas esas experiencias en la sociedad. También me gustaría fomentar en las regatas del club que gente con discapacidad se integre en las regatas crucero, incluso me planteo organizar una regata inclusiva.