Tres semanas antes de su debut internacional en 2022 le diagnosticaron alergia a la humedad, al hongo de la alternaria, que le provoca episodios de asma, dificultad respiratoria, tos y sensación de lija en la garganta. Desmotivado al no poder rendir en el agua, se presentó en Vila Real de Santo Antonio (Portugal) para participar en los IWAS World Games, un escaparate para los más jóvenes de la natación. Y allí, en un ejercicio de resiliencia, Jian Wang Escanilla conquistó siete medallas de oro. Fue su carta de presentación rumbo al éxito, el despegue de un presente brillante y un futuro prometedor. A sus 17 años, el aragonés es un nadador aplicado, perfeccionista, versátil y de enorme proyección, que en París vivirá sus primeros Juegos Paralímpicos.
Nada porque de niño le recetaron la piscina como remedio para corregir su escoliosis. Llegó en adopción a Zaragoza con 14 meses procedente de Shanxi (China), donde nació con agenesia congénita. “La falta de mi antebrazo derecho nunca ha sido un obstáculo porque mis padres me educaron muy bien, me hicieron ver que mi discapacidad no es un problema. Los valores que me inculcaron y el tener que apañármelas solo para conseguir lo que me propusiera me hicieron ser autosuficiente”, recalca. De pequeño no le gustaban los deportes, pero disfrutaba en el medio acuático, era el estímulo que le daba confianza: “Es mi hábitat natural, me siento libre”.
Se inició en los cursillos del Stadium Casablanca y su desparpajo y condiciones físicas llamaron la atención de los monitores. A los 10 años le propusieron competir y pronto comenzó a destapar su talento para coleccionar metales en pruebas convencionales en categorías inferiores, ante chicos sin discapacidad. Y eso que solo entrenaba una vez por semana. En 2020 se lo tomó más en serio al acceder al Centro de Tecnificación de Aragón. “Tenía potencial y se lo hicimos saber a sus padres. Era espigado para su edad y con una técnica muy buena, había madera de nadador”, apunta Darío Carreras, uno de los técnicos de la selección española de promesas. “Mi entrenador, Juanjo Lersundi, apostó por mí y me adapté rápido a pesar de lo duro que fue pasar de la nada a realizar muchos kilómetros en el agua cada día”, agrega el zaragozano.
Desde su irrupción ha dejado su estela en el Campeonato de España AXA para jóvenes, ganando varias ediciones en edad infantil y júnior. Su ilusión era poder compartir equipo con algunos de sus referentes, como Teresa Perales, Óscar Salguero y María Delgado. “Los veía por vídeos y quería ser como ellos. Es increíble que ahora seamos compañeros de selección. Teresa es una leyenda, la admiro mucho, siempre me da ánimos y confianza. Con María mantengo una buena relación, me da consejos y siempre está a mi lado. Y Óscar es un espejo en el que mirarme. Es de los mejores del mundo en 100 braza, y tengo la suerte de competir con él en estilos y en crol”, explica.
Aunque para Jian, su principal apoyo en la piscina es la almeriense Tasy Dmytriv, una estrella precoz, bicampeona mundial. “Nos conocimos hace seis años y desde entonces somos inseparables, hemos ido de la mano en este camino tan bonito, nos hemos ayudado el uno al otro para crecer, su amistad es de lo mejor que puedo llevarme de este deporte. Cuando comenzamos, ella tenía en su cabeza París 2024, en cambio yo no lo tenía tan claro porque llegué más tarde a este mundillo, pero lo he conseguido, vivir juntos nuestros primeros Juegos será inolvidable”, afirma con una sonrisa.
En los dos últimos años ha experimentado una gran evolución. Sobresaliente en los estudios -cursa Bachillerato de Ciencias de la Salud y quiere dedicarse a la docencia-, siempre apunta alto en la piscina en busca de la excelencia. “Soy muy exigente, nunca estoy conforme con lo que hago, y a veces parece insano -ríe-, pero es que sé que puedo dar más. Lo que me define también es el tesón, el saber adaptarme a las circunstancias y las ganas que le pongo. No siempre apetece ir a entrenar a las siete de la mañana, pero no fallo. Lo peor es el tener que renunciar a cosas que hace la gente de mi edad, el no salir con los amigos. Tengo una rutina muy estructurada, es un sacrificio que hay que hacer para llegar lejos”, comenta.
El nadador del EM El Olivar se estrenó en la élite el pasado año en el Mundial de Manchester. Y en su bautismo quedó cuarto en 200 estilos SM9, su principal prueba, con récord de España. “Recuerdo que estaba muy nervioso en la cámara de llamadas, rodeado de rivales como el australiano Timothy Hodge o el italiano Federico Morlacchi. Me pregunté ¿qué hago aquí? No pintaba nada con esas bestias -ríe-. Por la mañana me clasifiqué para la final por los pelos. Y por la tarde, después de estar unos minutos llorando por el agobio que sentí, lo di todo y quedé cuarto del mundo”, relata.
Este año en el Europeo de Madeira (Portugal) no le acompañó la suerte al ser descalificado por un viraje irregular. Venía arrastrando problemas físicos, tuvo una lesión en la rodilla al desplazársele la rótula. “Perdí confianza e incluso me planteé dejarlo a mitad de temporada. Pero me recuperé y decidí continuar. Llegó el campeonato y quedarme sin final fue un golpe duro, me dio rabia porque estaba para pelear por medalla. De ese error me llevé un aprendizaje más”, cuenta. Se sacó la espinita poco después, en las Series Mundiales de Berlín, al lograr la marca mínima -2:21.85, nuevo récord de España- que le aseguraba una plaza en los Juegos Paralímpicos.
“Volví a disfrutar de una competición, demostré lo que soy capaz de hacer. Supuso una liberación, es la recompensa al trabajo. Si hace un año me dicen que voy a ir a París no me lo habría creído, lo veía lejano y muy complicado”, añade. En la piscina La Défense Arena, el aragonés solo se centrará en los 200 estilos SM9. “El objetivo es bajar marca personal y colarme en la final. Me mido a rivales muy fuertes, como Hodge, Morlacchi, los franceses Ugo Didier y Héctor Denayer o el ruso Andrei Kalina, quienes antes me intimidaban, pero ya no. Igual ellos me miran de reojo, saben que estoy detrás a rebufo y no pueden dormirse. Siendo realista, como mucho aspiro a un diploma, mi momento llegará en Los Ángeles 2028, donde las posibilidades de medalla serán más altas”, concluye Jian Escanilla, un disciplinado nadador cuyo éxito es su alergia a doblegarse frente a las dificultades.
JIAN ESCANILLA
Jian Wang Escanilla Candial (Zaragoza, 2007). Natación. Siete oros en los IWAS World Games de Portugal 2022. En París debuta en unos Juegos Paralímpicos.
1.- Defínase con tres adjetivos.
Constante, disciplinado y exigente.
2.- ¿Qué objeto no puede faltar en la maleta?
Una cinta de la Virgen del Pilar.
3.- ¿Tiene algún talento oculto?
No, solo sé nadar -ríe-.
4.- Si pudiese tener un súper poder, ¿cuál elegiría?
Teletransportarme.
5.- ¿A qué tiene miedo o fobia?
A las arañas.
6.- ¿Cuál es esa comida o alimento al que no puede renunciar?
Un kebab -ríe-.
7.- ¿A qué lugar le gusta ir para perderse o desconectar?
A San Vicente de la Barquera (Cantabria).
8.- ¿Qué se llevaría a una isla desierta?
Agua, el móvil, un cargador y batería portátil -ríe-.
9.- ¿En qué animal se reencarnaría?
En un gato, pero casero -ríe-.
10.- Una canción y un libro o película.
‘Golden hour’, de JVKE. Y película, ‘Cars’.
Muchas gracias Jesús por tus artículos sobre atletas superolímpicos. Me tienes enganchado! Es un placer ver la resiliencia que muestran estas personas.
No se si conoces el programa “ the last leg” del channel 4 en UK. Creo q solo lo hacen cuando hay olimpiadas. Merece mucho la pena verlo. Los presentadores saben de lo que hablan y le Dan un toque de humor que tb hace falta como en todo. Te lo recomiendo y me comentas si te gusta.
Muchas gracias
Antonio
Hola Antonio! Muchas gracias, me alegra de que te gusten los reportajes. Gracias también por la recomendación. Ojalá en España se le diese más visibilidad a estos deportistas. Por desgracia, solo captan la atención de los grandes medios cuando llegan unos Juegos, después desaparecen. Un saludo!