José Manuel Ruiz: «No me arrastraré por las mesas, el día que no sea competitivo, lo dejaré»

El palista andaluz afronta con ilusión y motivación el Mundial en su casa, en Granada. Lamenta la falta de apoyos tras no obtener resultados en Tokio por la lesión que sufrió. Le gustaría estar en París 2024 y hacer historia con ocho Juegos Paralímpicos.

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José Manuel Ruiz disputará el Mundial de tenis de mesa en Granada, su ciudad.

El final del trayecto empieza a vislumbrarse en la carrera deportiva de José Manuel Ruiz, uno de los jugadores más laureados del tenis de mesa español. En el Polideportivo de Guadix, que hoy lleva su nombre, descubrió hace ya tres décadas que tenía un talento especial para este deporte. Golpeando la ligera pelota ha esculpido un palmarés excelso, con 160 medallas internacionales. Después de superar una rotura del tendón de Aquiles de su pierna derecha, a sus 44 años se siente con energía para continuar en la élite. En unos días disfrutará en Granada, en su casa, de un Mundial que marcará su futuro.

Quiere llegar a sus octavos Juegos Paralímpicos con los que haría historia, pero su presencia en París 2024 está supeditada al rendimiento y a las sensaciones que le transmita su cuerpo. También al respaldo que reciba, ya que al no obtener resultados en Tokio por la grave lesión que sufrió, se ha quedado sin beca económica. Y manda un aviso a quienes ya le daban por retirado: “Soy consciente de que la línea de meta está más cerca, soy honesto conmigo mismo y tengo claro que no me arrastraré por las mesas, el día que no sea competitivo y ya no exista la motivación que he tenido siempre, seré el primero en dar un paso al lado y lo dejaré, pero tengo claro que no me van a retirar y seré yo quien lo decida”.

Con fuerza resiliente, perseverancia y pundonor, el andaluz desafió a la lógica el pasado año para recuperarse a contrarreloj y llegar a los Juegos en la capital japonesa. Fueron muchas horas de rehabilitación, viajes, médicos y gimnasio para estar allí. “Fue agridulce porque uno piensa en desplegar su plan de juego y en ganar, pero en mi situación no era viable, los contrincantes detectaron mi punto débil y me atacaron ahí, sentí impotencia. En esta ocasión, mi medalla era estar en Tokio. Quería devolverles la confianza a la gente, patrocinadores y grupo de trabajo”, asegura.

En este último curso, su prioridad era recuperarse no solo para el deporte, también para su vida cotidiana. “Fueron los meses más complicados de mi trayectoria. Ahora puedo saltar o correr sin miedo. Eso es posible gracias al servicio médico del Comité Paralímpico Español, a Sanitas, a la Clínica Cemtro con el doctor Fernández Jaén a la cabeza y a la Real Federación Española de Tenis de Mesa”, dice. En lo que llevamos de año, además de jugar con el CTM Vegas del Genil en la División de Honor, ha disputado varios torneos internacionales, logrando un bronce en el Open de Francia. Actualmente está encaramado en el Top 8 del ranking en clase 10.

El granadino José Manuel Ruiz sigue entre los mejores del mundo de tenis de mesa en clase 10.

“Me encuentro muy bien a nivel físico y mental, esa etapa de aprendizaje y de tanta dificultad como fue la lesión, me ha hecho saborear cada entrenamiento. Estoy en un momento bueno a tenor también de los resultados que he tenido este año, vuelvo a ser competitivo y me veo capaz de pelear con los jugadores más destacados del ranking mundial”, explica Ruiz, que en noviembre vivirá un episodio especial al jugar el Mundial en Granada, su ciudad. En campeonatos del mundo acumula ocho preseas, dos de ellas de oro.

“Competir en casa será emotivo, habrá gente conocida y amigos que lo puedan vivir en directo, será un evento inolvidable. Me dará un chute de adrenalina y motivación extra, pero hay que saber cómo gestionarla. Será una sensación rara porque no la he vivido nunca, espero estar preparado y guiar esa energía para que sea positiva y no una presión añadida”, apunta el granadino, que confiesa que la lesión le ha convertido en un jugador más imprevisible. “No he recuperado toda la fuerza y la movilidad anterior, he tenido que modificar cosas en mi juego, ahora trato de jugar más cerca de la mesa y acortar los puntos, algo a lo que no estaban habituados mis rivales cuando se enfrentaban a mí. Si lo canalizo bien puede ser un aspecto fuerte”, comenta.

En el Mundial, su objetivo es avanzar ronda a ronda, ya que el formato ha cambiado y no habrá fase de grupos, sino eliminatorias directas. “Quitando a los primeros cuatro cabezas de serie, los demás jugadores entraremos en sorteo puro y te puede tocar uno más asequible o el número uno, el polaco Patryk Chojnowski. El factor suerte será determinante, aunque trabajamos para minimizarlo y para que sea el nivel deportivo el que marque el camino. Si hago las cosas bien tendré mis oportunidades de ganar en cada partido”, argumenta.

Además de individuales, disputará también la prueba de dobles mixto junto a Pilar González. “Con todas las circunstancias que me han rodeado, una medalla sería uno de mis mayores premios. A raíz del resultado en Tokio me he sentido abandonado por el Comité Paralímpico Español, que ha mostrado falta de sensibilidad, me quitaron el apoyo tanto económico como médico. Cuando logras medalla, todo el mundo se te acerca, pero no todos están cuando más los necesitas”, lamenta.

Le gustaría llegar a París 2024 y ser el primer español con ocho Juegos Paralímpicos, pero dependerá de lo que haga en el Mundial. “Lo haría de forma consecutiva y sería para sentirse orgulloso. Las sensaciones que obtenga en Granada marcarán mi futuro, si siguen siendo satisfactorias intentaría clasificarme para los Juegos. Cuando uno lleva tantos años tiene que poner en una balanza pros y contras para ver si lo que haces merece la pena, si seguir al servicio de tu país o no, y más cuando la institución que dirige el deporte paralímpico deja de apoyarte en un momento duro”, apostilla José Manuel Ruiz, el incombustible palista.

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