Tras una larga travesía por el desierto, Kim López ha regresado a la competición a lo grande. El valenciano, que ha vivido un calvario por la lesión que sufre en su codo derecho, ha conquistado la medalla de oro en lanzamiento de peso F12 (discapacidad visual) en el Mundial que se disputa en Kobe (Japón). Un resultado que le permite también sacar una plaza para los Juegos Paralímpicos de París 2024.
Estos dos últimos años han sido una pesadilla para el atleta de Silla (Valencia), que tuvo que lidiar con constantes dolores en su codo, en el cual ha perdido flexibilidad después de ser operado hasta en tres ocasiones. Las dos últimas fueron el curso pasado, en septiembre y en diciembre. Consciente de que su preparación ha sido corta porque estuvo muchos meses sin tocar la bola de acero, afrontó con ganas su vuelta al círculo de lanzamiento, nada iba a frenarle.
Su rendimiento era una incógnita, pero Kim es un deportista de gran fortaleza mental y con una ambición sin límites. Arrancó el concurso con 14.20 metros, solo siendo superado por el uzbeko Elbek Sultonov (14.49). Pero en el segundo intento agarró la bola, la colocó en su cuello y tras un movimiento rotatorio la hizo volar hasta los 15.22 metros, una marca muy lejana al récord mundial que él posee (17.04), pero suficiente para proclamarse campeón. El letón Emils Dzilna fue plata con 15 metros y el iraní Saman Pakbaz bronce con 14.56.
“La sensación ha sido bastante buena, me he presentado aquí haciendo escasa técnica y lanzamientos con pocos kilos. No era lo esperado, pero me he visto muy bien calentando y veía posible superar los 15 metros. Hay muchas cosas que arreglar, aunque viendo el resultado de hoy me motiva de cara a los Juegos, sé que puedo mejorar mucho y, sobre todo, hacer más trabajo físico, ya que todavía no puedo ejercitar el brazo. Queda un mes para que me dejen trabajar con gusto, y seguro que irá todo rodado. Estoy muy contento porque le damos plaza al país para París”, ha comentado el valenciano.
A sus 35 años, Kim se quita también una espinita clavada ya que había sido campeón del mundo en disco, pero en lanzamiento de peso se le resistía el triunfo. Ahora ya tiene su corona, una dosis de motivación e ilusión extra para afrontar sus terceros Juegos. Ganó el oro en Río de Janeiro 2016 y en Tokio 2020, y pese a que no está en su mayor plenitud, el español tratará de llegar en las mejores condiciones para ponérselo difícil a su principal rival, el ucraniano Roman Danyliuk, y morder su tercer metal paralímpico.