La presencia de Fonseca no está garantizada ya que el Comité Paralímpico Internacional debe indicarle al CON cómo escoger al atleta clasificado
nacion.com – Tras seis meses de constante entrenamiento, 5 a 6 veces por semana, el atleta Ernesto Lobito Fonseca logró hacer la marca para los Juegos Paralímpicos de Rio de Janeiro, Brasil, en agosto. No obstante, debe esperar a que el CON confirme su presencia.
Fonseca clasificó en el evento Dessert Challenge Games el pasado 15 de mayo en Tempe, Arizona, bajo la categoría T51, de acuerdo a su lesión en la médula espinal que lo tiene parapléjico.
Aunque inicialmente la compañía que lo patrocina anunció su presencia en Río, el Comité Olímpico Nacional (CON) aclaró que aún no está en firme.
Según explicó Henry Núñez, presidente del Comité Olímpico Nacional (CON), el Comité Paralímpico Internacional debe indicarles cómo escoger al atleta que representará a Costa Rica, ya que en la misma categoría el atleta José Jiménez cumple los requisitos para ir.
«En los Paralímpicos la marca A no garantiza el cupo. El Comité Paralímpico Internacional nos comunicó que solo uno de los dos puede ir, entonces elevamos la consulta de cómo se debe escoger al atleta. Estamos esperando la respuesta», detalló Núñez.
Si se confirma la presencia de Lobito, el nacional competirá en los 100 metros de la categoría T51 en triciclo.
Fonseca aseguró que “ha sido un buen proceso, bonito y difícil al mismo tiempo, me encanta el deporte, los retos y nuevas metas, esto ayuda a mantenerme saludable y en buena forma”.
El regreso de un grande
El conseguir la marca que lo acerca a Río es el regreso definitivo de Fonseca al deporte.
En abril del 2015 el nacional afirmó a La Nación que volvía a una de sus pasiones: el deporte de alto rendimiento.
Pasaron nueve años desde que sufrió el accidente que lo alejó de su motocicleta. La última vez que compitió fue el 7 de marzo del 2006, cuando un accidente en una práctica de motocross le provocó daños en las cervicales C5, C6 y C7, que lo dejaron parapléjico.
Esa difícil prueba de vida quedó atrás y fue cuando decidió tomar la silla de ruedas como su aliada y competir en la maratón de Londres.
Otro factor que lo impulsó fue la influencia del atleta paralímpico Laurens Molina.