Desde Innsbruck 1984, España siempre ha tenido representación en unos Juegos Paralímpicos de Invierno. Pese a que ha habido un gran descenso de participación en las últimas ediciones, todo apunta a que en Pekín 2022 habrá, al menos, un español. O dos en caso de recibir alguna invitación. Las federaciones están trabajando para recuperar el nivel y han aparecido brotes verdes en esquí y en snowboard. Con ilusión y cargados de motivación, los deportistas arrancan la nueva temporada en la nieve, con el Mundial de Lillehammer (Noruega) y los Juegos como objetivos más elevados.
El que más papeletas tiene para optar a una plaza paralímpica en China dentro de tres meses es Vic González, teniendo en cuenta que los criterios que piden es estar entre los ocho mejores del mundo en alguna de las dos categorías, snowboardcross o banked slalom, modalidad en la que actualmente figura en la cuarta posición en el ranking. El ovetense, que en tres años pasó de quedar paralizado de cuello hacia abajo por un accidente de snowboard a competir en los Juegos de Pyeongchang 2018, sigue cabalgando sobre la nieve pese a los obstáculos.
Al ‘rider’ español le quedó una espinita porque no estuvo al nivel esperado en aquella cita en Corea del Sur por el sobreentrenamiento con el que llegó. Ahora, con más experiencia y batallas acumuladas, luchará por conseguir el billete para sus segundos Juegos. “Quiero estar allí, darlo todo y hacer como mínimo diploma. Estoy contento con el rendimiento durante la preparación, con una gran mejoría en la regularidad compitiendo gracias a la ayuda psicológica de Carla Rodríguez, directora de Suelta los frenos. En las competiciones no rendía mentalmente como cuando entreno, así que estoy muy contento ahora”, ha explicado.
En el último mes ha estado entrenando con las selecciones de Polonia y Croacia en Passo Stelvio (Italia) y en el glaciar de Pitztal (Austria). “Toyota Asturhíbrido me ha cedido un coche con el que me estoy moviendo por Europa para hacer la pretemporada y en unos días estaré en Holanda, en diciembre iremos a Pyhä (Finlandia) y a Hochfuegen (Austria) para disputar varias Copas del Mundo. Voy a intentar focalizarme en banked slalom, que serán cuatro pruebas, para mantenerme entre los ocho mejores y clasificarme para el Mundial y los Juegos”, ha añadido.
Otro que lucha por estar en Pekín es Pol Makuri, referente español en esquí de fondo que lleva una década devorando kilómetros en pruebas internacionales. El de Igualada (Barcelona) se abre camino entre los mejores en esta modalidad nórdica y aunque es consciente del reto mayúsculo con el que debe lidiar, confía en sus posibilidades. En la pretemporada ha alternado carreras de montaña y también de esquí de ruedas con resultados notables.
“Está yendo genial, con muy buenas sensaciones. Me centré en carreras de kilómetros verticales para no perder la chispa de la competición, son más agónicas, pero en las que mi discapacidad me permite ser más competitivo, y en pruebas de media distancia (25 kilómetros) para sumar horas, fatiga y combinar trabajo muscular y psicológico. Entre ellas, participé en L’Olla de Núria de la Golden Trail Series o la Buff Mountain Festival. La segunda parte ha sido con campeonatos de España y de Cataluña en esquí de ruedas con la finalidad de mejorar y pulir cosas más técnicas de cara a la nieve”, ha comentado.
Tras prepararse en el Centro de Deportes de Invierno Adaptados (CDIA), ya empieza a tomar contacto con la nieve. “Es una temporada con dos grandes eventos deportivos, el principal objetivo es buscar la clasificación para Lillehammer en enero y Pekín en marzo. Estamos trabajando al 200% para intentar llegar al Mundial y a los Juegos, creo mucho en mí y en lo que se está haciendo”, ha subrayado Makuri.
Con la vista puesta en Milán 2026
Hay otros deportistas que persiguen el sueño de unos Juegos, en su caso, tienen la vista puesta en los de Milán-Cortina D’Ampezzo 2026. Una de ellas es Irati Idiákez, candidata a ser el relevo de Astrid Fina. Aún está verde en competición ya que apenas se ha enfrentado en pruebas internacionales a rivales para conocer su nivel, pero en estos dos últimos años ha progresado bastante y confía en estar entre las mejores. “Estoy con muchas ganas de nieve, vamos a ir a competir a Landgraaf (Holanda), a ver qué tal se da y cuánta gente aparece. Después toca Finlandia y Austria. Este año vamos a centrarnos más en banked slalom y el objetivo es el campeonato del mundo”, ha asegurado.
También en snowboard está Raquel Martínez, quien tras unos años destacando en esquí alpino, siendo campeona de España y medallista en Copa de Europa, decidió cambiar de deporte. “Lo estoy llevando bastante bien. En el esquí competíamos personas con parálisis cerebral contra gente con discapacidad física y los factores de compensación que hay en estos momentos no compensa realmente la desigualdad en el control de nuestro cuerpo que tenemos”, ha lamentado.
La leonesa ha experimentado una buena progresión y cada vez se encuentra más cómoda sobre la tabla, como demostró en las concentraciones en el glaciar de Les Deux Alpes y en la pista indoor de Xanadú (Madrid). “Fueron unos días geniales de nieve, muchos entrenos donde día a día me notaba mejor, disfruté y avancé técnicamente. En Xanadú, a pesar de que es una pista corta y apenas con desnivel, le metimos muchas horas de trabajo intenso que aprovechamos al máximo”, ha expresado.
En los últimos meses ha estado preparándose en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo de León y con el CDIA a la espera de volver a subirse a la tabla para afrontar las primeras competiciones. Su estreno internacional será en Landgraaf a finales de este mes. “Tendré la clasificación médica, me servirá para ver en qué nivel estoy y por dónde tenemos que tirar y trabajar. Lo afronto con mucha ilusión y con ganas de ir a por todas. En función de cómo vaya la temporada, la idea es acudir a alguna prueba más. Mi objetivo son los Juegos de Milán 2026 y para ello trabajaremos. El cambio fue difícil, pero a día de hoy sigo pensando que fue la mejor decisión que he tomado”, ha recalcado.
En esquí alpino, Audrey Pascual es una de las jóvenes más prometedoras. En 2020 conquistó la Copa de Europa en la categoría para esquiadoras que van sentadas. En Resterhöhe (Austria) disputará este mes dos carreras continentales de slalom y otras dos de súper gigante: “Tengo muchas ganas. En slalom bajé en el ranking después de la pandemia de la Covid-19 y quiero volver a subir. Y en gigante, como no he competido en ninguna hasta ahora, trataré de conseguir puntos para aparecer en el ranking. En función de los resultados podré optar al Mundial y a la Copa del mundo. Y ojalá llegar a las Juegos”.
Y también Joaquim Segú, de 21 años, busca hacerse un hueco entre los mejores en esquí. El catalán, que forma parte del programa de desarrollo del CDIA, acudirá el 25 y 26 de noviembre a la Copa de Europa de Austria para ser clasificado internacionalmente -actualmente está en la categoría LW 9/2- y competir. “Afronto la temporada con ilusión, entusiasmo y con muchas ganas de aprender cosas nuevas. Tenemos programadas varias salidas, pero dependerá de cómo me encuentre. En función de los resultados de esta competición, veremos qué nivel tengo y fijaremos los objetivos”, ha apostillado.