Empuñando la raqueta, Martín de la Puente sigue haciendo historia. Con una ambición sin límites, el tenista español en silla de ruedas ha conquistado el TRAM Barcelona Open, un torneo de categoría ITF1, solo inferior a los Grand Slam. Un título de gran valor, el primero de la temporada, que llegó por un camino escarpado, ya que tuvo que derribar dos muros infranqueables hasta la fecha. En semifinales venció al británico Alfie Hewett y en la final al argentino Gustavo Fernández, rivales con los que había perdido siempre.
Después de firmar un brillante 2022, siendo número uno del mundo en dobles con siete títulos en esta modalidad, con el US Open y la Copa de Maestros como principales lauros, el vigués aún no había estrenado su palmarés esta temporada. Fue finalista en el Bolton Indoor, en el ABN AMRO Open de Rotterdam y en el Super Series de Baton Rouge. En Barcelona también cayó en la final de dobles formando pareja con el francés Stephane Houdet.
En la arcilla de las pistas catalana se siente en casa y lo ha demostrado tras desplegar su mejor versión para completar una de sus mejores obras tenísticas. Arrancó la competición con un triunfo contundente por 6-0 y 6-1 ante el surcoreano Ho Won Im, y en cuartos de final superó por 6-2 y 7-5 al estadounidense Casey Ratzlaff. En semifinales le tocaba lidiar con Hewett, una de sus bestias negras en el circuito internacional.
Desde que se vieron las caras por primera vez en 2014 en el Cruyff Foundation Junior Masters -conocido como el Mundial para jóvenes que después ganó el gallego en tres ocasiones-, el británico le había derrotado en 13 ocasiones consecutivas. La última, este año en la final de Rotterdam. Esta vez, el viento sopló a favor del español, que enseñó las fauces en los peloteos y mordió desde el principio con un juego sólido.
En dos horas y 11 minutos se impuso por 6-4 y 7-6 al número uno del mundo en la actualidad, campeón del Abierto de Australia, del US Open y de Roland Garros. Aún le quedaba otro desafío mayúsculo para alcanzar la gloria. En la final esperaba Gustavo Fernández, con quien ha compartido muchos entrenamientos en Barcelona y también torneos, ganando tres trofeos internacionales como pareja. Se habían medido en 13 partidos, siempre con victoria para el argentino. Y de nuevo, De la Puente consiguió acabar con esa racha negativa para coronarse como campeón.
Tuvo que tirar de orgullo, perseverar y no claudicar cuando las cosas peor se lo ponían. El primer set estuvo muy disputado y se lo llevó Fernández por 4-6. El vigués se recompuso e imprimió un ritmo alto para desarbolar a su rival y adjudicarse el segundo set por un claro 6-1. Muy firme al servicio y directo en los intercambios, no dio tampoco opciones a su adversario en el tercer set, que acabó a su favor por 6-2 para alzar su primer ITF1 en su casa, en el Real Club Polo de Barcelona. Peldaño a peldaño, De la Puente ya se ha instalado entre los mejores del mundo.