Adiaratou Iglesias Forneiro (Mali, 1999). Atletismo. Debuta en unos Juegos Paralímpicos.
¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de unos Juegos?
Cuando mi rival en categoría T12, la cubana Omara Durand, ganó el oro en los 200 metros en Río de Janeiro 2016.
¿Qué cosas no pueden faltar en su maleta cuando viaja para competir?
Los pintauñas, los clavos de las zapatillas y una foto de mi madre y de mis amigas.
Completa la frase. Si gana una medalla en Tokio…
Monto una fiesta con mis amigos para celebrarlo.
¿Qué apuesta estaría dispuesta a hacer por ganar una medalla?
Me gustan los retos, sería capaz de cortarme las trenzas por llevarme una medalla en los Juegos -ríe-.
¿Un momento imborrable en su carrera deportiva?
En 2017 fui a un campeonato de España junior y vi que era la única a la que le habían dado un dorsal de color rojo. No tenía ni idea del porqué y era porque aún no tenía la nacionalidad española. No me dejaron disputar la final por ser extranjera y me fastidió mucho. Nunca se me olvidará, aquello me dio fuerzas para seguir peleando.
¿Alguna manía antes de competir?
Para correr siempre tengo que llevar las uñas pintadas.
Un defecto y una virtud.
Me cuesta reconocer que necesito ayuda y soy una persona muy empática.
Una frase o lema.
La vida siempre te da lo que necesitas.
De no haber practicado atletismo, ¿qué otro deporte le habría gustado hacer?
Baloncesto, aunque por la vista no creo que pudiese jugar.
¿A qué personaje retaría en su deporte?
A Bruno Hortelano.
¿Qué fotos decoraban su habitación cuando era pequeña?
En Mali dormíamos todos en una misma habitación, así que imagínate -ríe-. Pero en el centro de menores en Logroño tenía fotos de mis hermanos y dibujos hechos por mí.
Cuando era niña, ¿con qué soñaba ser de adulta?
Con ser médica.
Algo que aún no haya hecho y que le gustaría hacer.
Me gustaría ir con una ONG para ayudar en los países más desfavorecidos.
Si fuese presidenta del Gobierno, ¿qué sería lo primero que haría?
Me aseguraría que todas las personas tuviesen acceso a un techo, sean o no extranjeras.
Si pudiera cenar con cualquier personaje, ¿a quién elegiría?
A Will Smith.
¿Cuál es su forma de desconectar?
Entrenando, el deporte me ayuda a desconectar.
¿Qué alimento nunca falta en su nevera o despensa?
Yogures, huevos y aguacates.
¿En qué tarea doméstica podría aspirar a medalla?
En cocinar, se me da muy bien, las lasañas o el arroz los hago muy ricos.
¿Qué suele ver en televisión?
No suelo ver la televisión, aunque sí me enganchó la serie ‘Raíces’.
Una canción que le motive.
‘Rolling in the Deep’, de Adele, o cualquiera de Salif Keïta, cantante africano que también es albino.
Reportaje: Adi Iglesias, la gacela dorada que se crece en la adversidad