Sergio Ibáñez Bañón (Zaragoza, 1999). Judo. Debuta en unos Juegos Paralímpicos.
¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de unos Juegos?
Los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el primer día de competición de judo en -60 y en -66 kilos, cuando a Sugoi Uriarte se le escapó la medalla de bronce.
¿Qué cosas no pueden faltar en su maleta cuando viaja para competir?
Me llevo siempre un par de conjuntos de mallas, térmicas y chaquetas para competir.
Completa la frase. Si gana una medalla en Tokio…
Espero que sea el comienzo de algo importante en mi carrera. Sería increíble ganar una medalla y poder dársela a mi familia, que me ha ayudado en este camino tan largo, y también se la dedicaría a tanta gente que me ha apoyado.
¿Qué apuesta estaría dispuesto a hacer por ganar una medalla?
Pues, mira que soy tímido y tranquilo, pero me raparía al cero o haría cualquier locura por una medalla.
¿Un momento imborrable en su carrera?
En 2018 en Cáceres cuando me proclamé subcampeón de España absoluto, el abrazarme con mis padres y entrenadores. Y también la plata en el Mundial de 2019, aún se me eriza la piel al recordar la euforia y los gritos de mis entrenadores.
¿Alguna manía antes de competir?
El día antes trato de descansar y dormir mucho. Y antes de competir, desayuno temprano y voy al pabellón con tiempo para vendarme, vestirme y entrar en calor.
Un defecto y una virtud.
Mi cabeza a veces no es lo suficiente valiente, y como virtud, intento darlo todo, soy muy trabajador.
Una frase o lema.
Me gusta la palabra resiliencia, pero me quedo con una frase que siempre nos dice Javier Delgado, otro de los grandes del judo: “Hay que tener corazón, cabeza y cojones”.
De no haber practicado judo, ¿qué otro deporte le habría gustado hacer?
Me llama la atención y me gustaría practicar la escalada.
¿A qué personaje retaría en su deporte?
A Usain Bolt.
¿Qué fotos decoraban su habitación cuando era pequeño?
Nunca he tenido póster de ídolos, en mi cuarto estaban las típicas fotos de mi comunión o con mi familia.
Cuando era niño, ¿con qué soñaba ser de adulto?
Desde que vi los Juegos de Londres 2012 soñaba con ir a unos Juegos Paralímpicos. Y de profesión, estar ligado al deporte y ayudar a difundir el judo y la actividad física.
Algo que aún no haya hecho y que le gustaría hacer.
Me apetece viajar para ver medio mundo, las montañas, países como Noruega o Finlandia.
Si fuese presidente del Gobierno, ¿qué sería lo primero que haría?
Poner de ministros a gente especializada en cada campo. Por ejemplo, en deportes, alguien que haya vivido el alto rendimiento, que haya estudiado y esté preparado para ese ámbito.
Si pudiera cenar con cualquier personaje, ¿a quién elegiría?
A Rafa Nadal, a su tío Toni Nadal, a Alejandro Valverde o a Alberto Contador.
¿Cuál es su forma de desconectar?
Jugando a la consola y, ahora que vivo en Madrid, ir a mi casa y estar con mi familia y con mi novia, que la tengo en Zaragoza y lo que tiene que aguantar no está escrito -ríe-.
¿Qué alimento nunca falta en su nevera o despensa?
Soy muy empalagoso, me encanta el chocolate, no puede faltar porque me tranquiliza -ríe-.
¿En qué tarea doméstica podría aspirar a medalla?
Lo de cocinar cómo que no, podría incendiar la casa -ríe-. Lo mejor que hago es recoger la mesa y poner el lavavajillas.
¿Qué suele ver en televisión?
Veo poco la televisión, la pongo para quedarme dormido. Suelo ver series en Netflix.
Una canción que le motive
‘Thunder’, de Gabry Ponte, Lumix y Prezioso. Y también ‘Pájaros de barro’, de Manolo García, me gusta mucho por mis padres.
Reportaje. ‘El Fideo’ Sergio Ibáñez, con ambición a la cuna del judo