Nil Riudavets se da una nueva oportunidad en el triatlón

Tres años después del accidente que sufrió compitiendo, el menorquín se reencuentra con su deporte. En su debut logró una medalla de bronce en la Copa del Mundo de A Coruña.

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El triatleta Nil Riudavets en la Copa del Mundo de A Coruña. Fuente: FETRI

El deporte siempre ofrece segundas oportunidades. Lo sabe bien Nil Riudavets Victory (Mahón, 1996), un apasionado del triatlón, modalidad que le arrebató sueños y puso en peligro su vida, pero que a su vez le ha devuelto la alegría y la ilusión con nuevos desafíos. Había cosechado éxitos y varias medallas internacionales en categoría júnior hasta que un accidente le cortó las alas. Tres años después, tras un arduo y largo proceso de rehabilitación, el balear ha resurgido de sus cenizas con un debut prometedor en paratriatlón al lograr un bronce en la Copa del Mundo de A Coruña.

Su felicidad se vio erosionada durante el Campeonato de Cataluña por equipos en mayo de 2019, cuando competía con la bicicleta impactó frontalmente contra un ciclista y quedó herido de gravedad. Fue evacuado al Hospital de Bellvitge de Barcelona e intervenido de urgencia. “Se vieron afectadas la clavícula, dos arterias y el plexo braquial derecho, los nervios que se encargan de la sensibilidad y motricidad. Tuve un sangrado muy grande y por suerte pude llegar a la UCI. Consiguieron estabilizarme después de tres operaciones. Tras incontables horas de trabajo en casa recuperé algo de movilidad, pero me ha quedado una parálisis en el brazo”, relata.

Su vida cambió de golpe y tuvo que reinventarse, también en lo profesional. “Soy enfermero y dejé de hacer prácticas asistenciales, ahora trabajo a nivel de gestión de recursos humanos, pero es diferente, yo había estudiado para estar en unas urgencias y trabajar a pie de cama. De un día para otro todo eso desaparece y tienes que digerirlo, requiere su tiempo”, asegura. Su tozudez, constancia y fuerza de voluntad eran los motores que le obligaban a avanzar. Con aire de fuerza resiliente se recompuso, aunque al principio le costó pensar en el deporte.

“Me aparté de todo, sentía odio y rabia por lo que antes me hacía feliz. No podía ver ni escuchar hablar de triatlón, me hacía mucho daño, tengo el brazo así por su culpa, aunque el deporte me ha dado mucho, es mi estilo de vida y me daba demasiado como para no intentarlo otra vez. Cuando me perdoné por lo ocurrido decidí regresar, primero jugué al pádel, también nadé algún día y hace siete meses empecé a correr”, explica.

En su debut en una prueba de 10 kilómetros hizo 32.44 minutos y después 1:10.43 en la media maratón de Barcelona en 2021. Pero se sentía incompleto, necesitaba volver a nadar y a pedalear, así que se puso manos a la obra para reencontrarse con el triatlón y terminar de recuperar la sonrisa. Tras unos meses de entrenamientos le llegó su bautismo en la Copa del Mundo de A Coruña, donde conquistó una medalla de bronce en categoría PTS4.

“Necesité tres años para pasar el duelo, ahora he podido cerrar el círculo. Mi gran motivación es la estima que tengo por el triatlón, me ha regalado grandes experiencias y momentos únicos, me llena, y al final hay que hacer lo que a uno le gusta. Las sensaciones fueron muy buenas, tuve un rendimiento positivo y sé que tengo mucho margen de mejora ya que solo llevo dos meses nadando y uno en bicicleta, puedo progresar bastante. La medalla fue una sorpresa porque hay mucho nivel”, recalca.

Una presea que dedica a toda esa gente que ha estado detrás empujando, familiares y amigos, entre los que se encuentra Álex Sánchez Palomero, bronce en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 y varias veces medallista mundial y europeo. “Me veo reflejado en él, es un amigo. Cuando se enteró de mi lesión vino a verme y me ayudó mucho. Me dio su medalla de plata del Mundial de Gold Coast 2018 y me dijo: ‘Esta te la quedas y cuando hagas otra vez un triatlón me la devuelves’. Es un deportista top y una magnífica persona, un referente que ha pasado por lo mismo que yo y le estaré eternamente agradecido porque ha estado en los momentos difíciles”, apunta.

“Me considero amigo de Nil, le quiero, le aprecio y estoy muy orgulloso de él, puede llegar hasta dónde se proponga porque tiene una capacidad enorme, es un gran deportista. Tiene un futuro enorme y tengo la suerte de que estamos en la misma categoría y lo voy a disfrutar, espero compartir muchas competiciones con él y ojalá podamos estar en París 2024. Me siento afortunado de que se haya cruzado en mi camino, espero aprender de él y crecer juntos en lo personal y a nivel deportivo”, añade el triatleta salmantino.

El ranking clasificatorio para París se abre en un año y el balear confía en dar guerra y en sumar puntos para colarse entre los mejores: “No me obsesiona, pero sí me ilusiona, sería brutal ir a los Juegos Paralímpicos y coincidir con Álex. Es complicado, acabo de empezar, aunque soy positivo y voy a luchar para estar allí”. Y también se atreve con el esquí nórdico, precisamente, junto a Sánchez Palomero o al piragüista Higinio Rivero. “Es un proyecto de la Federación Vasca de Deporte Adaptado, estoy en un grupo de tecnificación y la idea es estar en los Juegos de Invierno de Milán-Cortina 2026. Es otro reto por el que pelearemos”, apostilla Nil Riudavets, un deportista con una vitalidad sin límites.

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