Araceli Menduiña, de ‘maestra’ de David Cal y Teresa Portela a unos Juegos inesperados

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Nunca es tarde para debutar en unos Juegos Paralímpicos. Y si no, que se lo digan a Araceli Menduiña, el fiel reflejo de que los esquemas se pueden romper. Hasta hace poco más de un año, estar en París 2024 no entraba en sus planes. De hecho, ni siquiera pensaba en competir porque no sabía que la discapacidad que tiene en una pierna le permitía entrar en la modalidad de paracanoe. Pese a que su DNI refleja que tiene más de medio siglo, en el agua sigue divirtiéndose como aquella niña que agarró por primera vez una pala a comienzos de la década de los 80. Ahora, a sus 55 años, y tras proclamarse en junio campeona de Europa, será una de las deportistas más longevas en estrenarse en unos Juegos.

“Es una sorpresa, algo inesperado hasta hace poco, representar a España en regatas internacionales nunca estuvo en mi cabeza, no era un objetivo. Es todo un orgullo para mí, la familia y el club. Estar en París es el broche perfecto a una vida conectada a este deporte”, recalca la gallega, forjada en Cangas de Morrazo, su rincón en el mundo, siempre al lado de una piragua y deslizando sobre una marea relajada en aguas tranquilas y cristalinas de la ría de Aldán, cuna de medallistas olímpicos como Carlos Pérez ‘Perucho’ -oro en Pekín 2008-, Rodrigo Germade -plata en Tokio 2020-, David Cal -un oro y cuatro platas- y Teresa Portela -plata en Tokio 2020-.

A estos dos últimos, leyendas del piragüismo, Araceli les enseñó a dar sus primeras paladas, fue la profesora de Cal y Portela cuando eran niños. “A ambos ya se les veía que tenían cualidades para remar. Mi hermana Carmela comenzó a remar y me ocupé de ese grupo de pequeños en el que estaba ‘Teri’. Nos hace muy feliz ver todo lo que han logrado estos deportistas. No sé qué tendrá Cangas para que salgan tan buenos palistas, lo que está claro es que demostramos que, si queremos algo, luchamos y ponemos todos los medios posibles para conseguirlo”, afirma.

Araceli Menduiña se convierte en una de las españolas más longevas en debutar en unos Juegos Paralímpicos. Foto: RFEP

A ella fue otra canguesa, Sonia Molanes -medallista mundial y europeo, así como diploma olímpico en Pekín-, entrenadora del equipo nacional de paracanoe, quien le abrió las puertas a esta disciplina. “Nos conocemos porque ella estuvo en mi club cuando era niña y un día me vio en un entrenamiento mientras preparaba el Mundial de maratón para veteranos que iba cojeando en el porteo. Me preguntó si estaba lesionada y le dije que era una discapacidad. Se le encendió la luz y me pidió que le enviase la documentación médica porque había una mesa de clasificación en Portugal. Pasé las pruebas para ser paralímpica y me asignaron una categoría. No entendían cómo podía llevar 40 años compitiendo con gente sin discapacidad”, explica.

Con 18 años sufrió una fractura en su tobillo izquierdo que le dejó inmovilizada la articulación: “Hubo un temporal y había caído un roble grande, fui con mi madre a recoger leña para la chimenea, cuando una de las ramas que pisé estaba seca y podrida y me caí golpeándome la pierna contra el suelo. Se astilló la cabeza de la tibia y perdió su forma, se quedó plana, sin rotar”. Una vez enrolada en la selección española de piragüismo, Araceli se puso a trabajar para rendir al máximo nivel en la élite internacional en kayak KL3 200 metros.

“Antes entrenaba como hobby y en la última temporada el deporte ha sido mi actividad principal, haciendo dobles sesiones muchos días. El cambio también fue brusco ya que pasé del maratón al sprint, la prueba más explosiva, la técnica es diferente, de más ataque, y los entrenamientos son con series más cortas e intensas. Tienes que ir a tope y no dejarte nada para mejorar tiempos y rascar décimas”, subraya. En 2022 ganó el Mundial de maratón, aunque su estreno en la distancia paralímpica fue con un sexto puesto en la Copa del Mundo de Szeged (Hungría) en 2023. En verano de ese año conquistó su primer metal, un bronce en el Europeo de Montemor-o-Velho (Portugal).

Araceli Menduiña en el podio con la medalla de oro en el Europeo. Foto: RFEP

“Esa medalla supuso una alegría inmensa, la recompensa a tanto sacrificio en un año duro. Llevo toda la vida en esto y nunca me lesioné, hasta unos meses antes del campeonato, ya que me luxé el hombro”, confiesa. Y apenas un mes después, consiguió el billete para los Juegos Paralímpicos de París 2024 tras finalizar sexta en el Mundial de Duisburgo (Alemania). “Se repartían seis plazas y, aunque me medía a las mejores, me veía capaz de luchar por una de ellas. Lo conseguí por apenas tres décimas y cuando vi que estaba clasificada sentí una emoción tremenda. En mi club, desde hace más de un año, me hacían bromas sobre que también iba a clasificarme junto a ‘Teri’ y al final se ha hecho realidad”, dice riendo.

Llega al estadio náutico de Vaires-Sur-Marne de París cargada de ilusión y confianza tras ser cuarta en el Mundial y proclamarse campeona de Europa en junio en Szeged (Hungría): “Hasta hace poco competía para mantenerme en forma y ahora me veo en unos Juegos Paralímpicos, y a mi edad es algo inusual ser una debutante. Quiero disfrutar al máximo del ambiente, porque no sé si serán los últimos que dispute”.

“En la competición voy a por todas, siendo consciente de que hay rivales muy duras, como las británicas -Laura Sugar y Hope Gordon-, la francesa -Nelia Barbosa- y la alemana -Felicia Laberer-.  Algunas podrían ser mis hijas, pero soy competitiva y no doy mi brazo a torcer. No renuncio a nada, siempre digo que hasta que no rebases la línea de meta nadie es campeona, así que voy con ganas y con ambición, quiero pelear por las medallas”, apostilla Araceli Menduiña, cuyo nombre espera también ser grabado en el monumento a los piragüistas de la ría de Aldán que han competido en unos Juegos.

La gallega enseñó a dar sus primeras paladas a dos leyendas del piragüismo, Teresa Portela y David Cal. Foto: RFEP

ARACELI MENDUIÑA

Araceli Menduiña Santomé (Cangas de Morrazo, Pontevedra, 1969). Piragüismo. Campeona de Europa en KL3 en 2024 y bronce europeo en 2023. Debuta en unos Juegos Paralímpicos.

1.- Defínase con tres adjetivos.

Trabajadora, competitiva y tenaz.

2.- ¿Qué objeto no puede faltar en la maleta?

Un top con el que siempre compito.

3.- ¿Tiene algún talento oculto?

Creo que no, debe de estar tan oculto que no lo conozco ni yo -ríe-.

4.- Si pudiese tener un súper poder, ¿cuál elegiría?

Ser capaz de comprender a todo el mundo para no herirle con algún comentario.

5.- ¿A qué tiene miedo o fobia?

Respeto le tengo a muchas cosas, pero miedo, a nada.

6.- ¿Cuál es esa comida o alimento al que no puede renunciar?

A cualquier postre casero como arroz con leche, natillas o bizcocho.

7.- ¿A qué lugar le gusta ir para perderse o desconectar?

A una playa en invierno para escuchar el mar o a la montaña para oír el canto de los pájaros.

8.- ¿Qué se llevaría a una isla desierta?

Un libro.

9.- ¿En qué animal se reencarnaría?

En un pájaro para poder volar.

10.- Una canción y un libro o película.

Cualquier canción de Joaquín Sabina. Y un libro, la saga de ‘Las siete hermanas’, de Lucinda Riley.

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