Juan Ferrón, un audaz nadador con espíritu bailarín

0
0

Juan Ferrón lleva el ritmo en la sangre. Durante unos años dibujó por las tarimas coreografías con movimientos expresivos, elegantes y creativos en armonía con su pareja. Era una promesa del baile de salón en Galicia. Chachachá, bolero, pasodoble, tango, vals o foxtrot. Cualquier estilo se le daba bien. Pero la natación se cruzó en su camino y acabó decantándose por la piscina. Cambió el traje negro de raso y los zapatos acharolados por el gorro, el bañador y las gafas. “Y no me ha ido mal”, dice con una sonrisa. A sus 21 años se ha consolidado en la élite, está entre los mejores del mundo en 100 mariposa S13, su prueba principal, y ahora va a disputar en París sus primeros Juegos Paralímpicos.

“En 2017 compaginaba ambos deportes, en los que me exigían mucho. Por temas de estudios tuve que elegir uno y con tristeza en mi corazón decidí quedarme en el agua. Pienso que acerté, la natación es mi forma de vida, aunque el baile siempre me acompañará. No tenemos tiempo para salir, pero en las fiestas tras un campeonato mis compañeros de la selección saben quién es el rey de la pista”, dice riendo. Al vigués, vivaracho y extrovertido, le encanta descorchar su alegría y repartirla entre los que le rodean. “Llevo con orgullo ese rol de payaso del grupo, soy de los que inicia los cánticos cuando estamos en la grada para animar. No concibo la vida sin sonreír cada día ni hacer que la gente se lo pase bien”, sostiene.

El gallego Juan Ferrón se lanza a la piscina durante una competición. Foto: CPE

De niño ya desarrolló esa personalidad arrolladora y carismática. Nada le ha frenado, ni siquiera la falta de visión como consecuencia de un retinoblastoma bilateral, un cáncer ocular. “Me lo detectaron a los seis meses, tuve bastante suerte ya que, aunque por el ojo derecho estoy ciego, por el derecho veo lo suficiente para manejarme. Nunca fue un obstáculo, porque no consideraba que tenía discapacidad. Mi infancia la recuerdo con mucho cariño, era un poco terremoto, un diablo en el colegio”, bromea. El deporte formó parte de su crecimiento, practicó fútbol, baloncesto, voleibol y balonmano, disciplina en la que sus padres fueron jugadores profesionales.

Sin embargo, sintió una fuerte atracción por el baile de salón, compitiendo en campeonatos de España y en alguna prueba por Europa. En su preparación incluía una hora de piscina a la semana en el Pabellón Óscar Pereiro, en Mos (Vigo), a solo unos pocos metros de la pista donde bailaba. Un día se dirigía a clase cuando vio en un cartel el anuncio de un evento de natación para jóvenes no federados. Su madre le insistió en apuntarse y Juan se presentó, sin experiencia, sin saber cómo hacer un viraje. Ganó un bronce en 50 libre. “El entrenador del club, Alberto Pereira ‘Xouba’, me dijo que tenía cualidades y me invitó a probar. Fue la mejor decisión que tomé”, asegura.

Con disciplina, entusiasmo y constancia, el trabajo empezó a dar sus frutos. Se codeó con los mejores de Galicia, ganando una plata en 50 mariposa en un campeonato autonómico frente a rivales sin discapacidad. “La única diferencia con ellos es que no veo bien la pared y tiendo a ir hacia la derecha, por lo que me golpeo con la corchera y pierdo algo de tiempo”, apunta. El vigués desconocía el mundo del deporte adaptado hasta que en 2019 le apuntaron a un Campeonato de España. “Antes de ir me puse a ver vídeos en YouTube de los Juegos de Londres 2012 y de Río de Janeiro 2016 y era tal mi ignorancia, que pensé que tendría que medirme a personas sin brazos o sin piernas. No sabía que se dividía por categorías en función de las discapacidades”, explica.

El nadador Juan Ferrón debutará en París en unos Juegos Paralímpicos. Foto: CPE

Sus tiempos en el agua llamaron la atención de José Luis Vaquero, seleccionador de la Federación Española de Deportes para Ciegos, que lo reclutó para las Series Mundiales de Berlín en 2019. “Allí me estrené internacionalmente, aquello me marcó tanto que el logo de la competición lo llevo tatuado en mi brazo derecho”, afirma. Después asistió al Europeo de Madeira (Portugal) en 2021, pero se quedó a las puertas de los Juegos de Tokio. “Me obsesioné demasiado con la marca mínima, la veía cerca, aunque no la puede hacer. Lo asimilé rápido y puse el foco en París 2024”, comenta.

El pasado año cambió de aires y se instaló como becado en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid para proseguir su carrera al lado de Vaquero. “Ha sabido exprimirme, se está viendo mi mejor versión, con una buena salida desde el poyete y un gran subacuático. Sé sufrir en los metros finales, aunque todavía hay que pulir más la técnica. He podido romper esa barrera psicológica y bajar de un minuto en el 100 mariposa, prueba en la que fui séptimo en el Mundial y en el Europeo. El problema que tengo es que compito en categoría S13, con gente que ve más que yo, y hasta 2025 no vuelvo a pasar una revisión para intentar estar en S12, donde la posibilidad de pelear por podios sería más alta”, lamenta.

La recompensa a su entrega y tesón ha sido una plaza para los Juegos Paralímpicos de París. “Me he dejado la piel cada día, con muchas horas de trabajo para cumplir este sueño. Vengo de Mos, de un club muy modesto, allí me forjé en una piscina en la que solo teníamos dos calles y una de ellas era compartida, no olvido mis raíces y sé que allá donde vaya hay que ser humilde y tener los pies en el suelo. Quiero disfrutar cada momento y divertirme. Voy sin presión de resultados, pero solo de pensar que nadaré en una piscina con miles de personas en las gradas hace que se me encoja el culo del miedo -ríe-. Y eso que suelo crecerme en las grandes citas”, añade. Su objetivo es alcanzar la final en el 100 mariposa y hacer marca personal. “Hablar de medallas no sería realista, pero nunca hay que descartar nada, pueden descalificar a rivales y subir puestos, así que estaré preparado”, concluye.

JUAN FERRÓN

Juan Ferrón Gutiérrez (Vigo, 2003). Natación. En París debuta en unos Juegos Paralímpicos.

1.- Defínase con tres adjetivos.

Alegre, impulsivo y audaz.

2.- ¿Qué objeto no puede faltar en la maleta?

Una pulsera que pone ‘Terra Celta’ que la compré en las fiestas de mi barrio, San Roque (Vigo), la llevo de amuleto.

3.- ¿Tiene algún talento oculto?

Bailar, animar a la gente y ser un poco el payaso del grupo -ríe-.

4.- Si pudiese tener un súper poder, ¿cuál elegiría?

Volar.

5.- ¿A qué tiene miedo o fobia?

Me da algo de miedo la muerte.

6.- ¿Cuál es esa comida o alimento al que no puede renunciar?

La pizza de barbacoa.

7.- ¿A qué lugar le gusta ir para perderse o desconectar?

A cualquier sitio en el que pueda ver el mar.

8.- ¿Qué se llevaría a una isla desierta?

Un mechero.

9.- ¿En qué animal se reencarnaría?

En un guepardo.

10.- Una canción y un libro o película.

‘Hello’, de Adele. Y libro, ‘Bajo el aro: Aprender del éxito y del fracaso’, de Pau Gasol.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí