Àlex Villarejo, brazadas de triunfo entre sombras

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Hasta su adolescencia creció rodeado de libros, le encantaba leerlos, hojearlos, olerlos. Devoraba con entusiasmo cualquiera que cayera en sus manos, de fantasía o novelas negras, pero, sobre todo, se empapaba de las aventuras interminables de Geronimo Stilton, la serie protagonizada por el ratón periodista. Desde hace cuatro años, Àlex Villarejo se vio obligado a cambiar el papel por escuchar audiolibros para no perder esa afición que cultiva desde niño. La culpa, la enfermedad de Stargardt que le fue diagnosticada en plena pandemia, una degeneración visual progresiva que le cambió la vida, pero que también le abrió las puertas de la natación adaptada, en la que está escribiendo los primeros capítulos de su historia con brazadas entre las sombras.

En apenas un par de años se ha instalado en la élite, siendo medallista mundial. Como premio a su constancia y vertiginosa progresión, a sus 20 años disputará los Juegos Paralímpicos de París. “Cuesta digerirlo, está yendo todo muy rápido para mí. Hace poco tenía otros planes y mi rumbo cambió, ahora me veo rodeado de los mejores en la piscina y en el evento más importante. Es un sueño para mí, me pongo nervioso solo de pensar que seré uno de los protagonistas”, asegura.

En septiembre de 2020, en la vuelta al instituto en plena pandemia por la Covid-19, el joven tarraconense empezó a notar que algo iba mal en su vista al ver borrosa la pizarra. “Cuando un profesor me dijo que leyese una frase del libro en voz alta saltaron las alarmas porque no podía leer ni una letra y sentí miedo. Al principio creíamos que necesitaba gafas solamente, pero el problema era más gordo de lo esperado. La primera noticia que recibí fue que podría quedarme ciego y el golpe fue muy duro. Afortunadamente solo he perdido la visión de la parte central”, cuenta. De frente apenas distingue manchas de color grisáceo que se mueven. Su visión periférica está intacta y eso le permite desenvolverse bien en su día a día.

Àlex Villarejo se lanza a la piscina durante el pasado Mundial en Manchester. Foto: CPE

Por aquel entonces ya nadaba, lo hacía desde los tres años cuando sus padres les apuntaron a él y a su hermano Eloi a unos cursillos en el Club Natació Reus Ploms, al que perteneció hasta 2022. “Me clasificaba para los campeonatos de Cataluña por los pelos hasta categoría infantil, a partir de ahí ya no competía. No destacaba en ningún estilo, era un nadador un poco mediocre -ríe-, pero disfrutaba de lo que hacía. Cada vez le dedicaba menos horas y luego estuve en la sección de Salvamento y Socorrismo”, explica. La aparición del síndrome de Stargardt le dio otra oportunidad a nivel competitivo.

En 2022 quedó segundo en la clasificación general del Campeonato de España AXA de Promesas Paralímpicas y unos meses después se colgó la plata en 100 metros braza SB12 en los Juegos Europeos de la Juventud en Pajulahti (Finlandia). “Ahí me di cuenta de que podía aspirar a cosas importantes. Tenía una nueva motivación y me puse las pilas, aunque al principio en ningún momento pensé que llegaría a ser internacional, solo en ir a pruebas nacionales y nadar en la Liga Catalana, donde me fijaba en los deportistas que tenía a mi alrededor como Ariel Schrenck, Jacobo Garrido, Óscar Salguero o Toni Ponce”, comenta.

Todos los que menciona, además de otros como Sarai Gascón, Núria Marquès o José Antonio Marí, son desde 2023 sus compañeros en el grupo que Jaume Marcé dirige en el CAR de Sant Cugat (Barcelona). “Es increíble estar junto a ellos, en poco tiempo he crecido mucho gracias a lo que me han enseñado, sobre todo, esa mentalidad a la hora de competir que tienen, a esa ambición cuando se tiran al agua. Estoy preparándome para alcanzar sueños grandes”, asevera Villarejo, que ya está dejando su huella con buenos resultados. En su debut en el Mundial de Manchester ganó un bronce en 100 braza SB12 y fue quinto en 100 espalda S12. “La medalla fue una sorpresa, como no distingo lo que indica el marcador, no supe que la había conseguido hasta que salí y el médico del equipo, Diego Toro, me lo comunicó”, dice entre risas.

Àlex Villarejo debutó el año pasado en el Mundial de Manchester con un bronce en 100 braza SB12. Foto: CPE

“Se ha integrado muy bien, es un chaval con mucho compromiso, ganas e ilusión al que estamos formando para que pueda tener un futuro en el alto rendimiento. Tiene las cosas claras, está trabajando muy bien y apostamos por él porque tiene talento y margen de mejora. En París será su bautismo en unos Juegos, aunque tiene más recorrido para Los Ángeles 2028”, analiza el técnico catalán. El espigado nadador dejó también su huella en el Europeo de abril en Madeira (Portugal) con buenas marcas y un cuarto puesto en 100 espalda.

Llega a la cita en la capital francesa motivado, cargado de confianza y dispuesto a plantearle batalla a los favoritos. “Estar en mis primeros Juegos supone un broche de oro a estos últimos años de cambios en mi vida. Quiero vivirlos al máximo y disfrutar cada segundo, pero también voy con la idea de subir al podio. Voy sin presión, sé que hay gente con más experiencia y de un gran nivel, pero no me arrugo ante nadie, me da igual el rival que tenga al lado, trataré de darlo todo. Haré el 100 braza en una categoría superior (SB13), pero me he enfocado en el 100 espalda, prueba en la que me veo bastante fuerte. El azerbaiyano -Raman Salei- y el ucraniano – Yaroslav Denysenko- son buenísimos y están un peldaño por encima del resto, pero el bronce no está lejos, es un objetivo real y tengo esperanzas en poder conseguirlo”, concluye.

ÀLEX VILLAREJO

Àlex Villarejo Martín (Tarragona, 2004). Natación. Bronce en el Mundial de Manchester 2023. Debuta en unos Juegos Paralímpicos.

1.- Defínase con tres adjetivos.

Tímido, alegre y nervioso.

2.- ¿Qué objeto no puede faltar en la maleta?

El gorro del Club Natació Reus Ploms.

3.- ¿Tiene algún talento oculto?

Se me dan muy bien las matemáticas.

4.- Si pudiese tener un súper poder, ¿cuál elegiría?

Volar.

5.- ¿A qué tiene miedo o fobia?

A las alturas.

6.- ¿Cuál es esa comida o alimento al que no puede renunciar?

El chocolate.

7.- ¿A qué lugar le gusta ir para perderse o desconectar?

La forma que tengo de desconectar es caminar sin ningún rumbo.

8.- ¿Qué se llevaría a una isla desierta?

El móvil, aunque se acabaría rápido la batería -ríe-, una pelota para jugar y un cuchillo.

9.- ¿En qué animal se reencarnaría?

En una medusa.

10.- Una canción y un libro o película.

‘Nota’, de Eladio Carrión. Un libro, ‘Las chicas de alambre’, de Jordi Sierra i Fabra. Y una película, ‘War Horse’.

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