Erica Mariana López/diariouno.net.ar. Máximo Lamarca comparte el amor por dos deportes: el fútbol y el básquetbol. Un accidente a las 13 años hizo que perdiera una de sus piernas, pero eso no fue impedimento para seguir haciendo deporte, y hoy a sus 33 años forma parte de la preselección argentina de fútbol adaptado e integra el equipo de ICLIM, que juega la Liga Nacional A de básquet en sobre silla de ruedas.
“Siempre jugué al fútbol, después de mi familia es mi gran amor. Al principio me costó retomar al deporte, pero nunca me dejé estar. Desde chico jugué en mi barrio y de grande me venían a buscar para hacerlo pese a mi lesión”, cuenta Maxi, como le dicen sus amigos.
Desde hace 5 años, y por el dato que le dio un conocido, Máximo integra el seleccionado argentino de fútbol adaptado, donde juegan seis y el arquero, y mes a mes asiste a las concentraciones de la preselección que se prepara para el Mundial de Rusia, en octubre próximo.
“Este fin de semana estuvimos concentrando en La Pampa, estuvo bien. Tengo muchas posibilidades de quedar en la selección, me tengo fe. Cada concentración es muy exigente, mucho trabajo físico y táctico, pero lo hago con gusto. En Mendoza entreno solo junto a mi hijo, buscando llegar de la mejor forma posible a cada convocatoria que suele ser mensual y de la que participan entre 25 y 30 jugadores, y quedan 15.
“Todo se hace a pulmón, porque no hay un ente nacional que concentre nuestra actividad”, explica. Maxi juega de delantero, aunque destaca que es polifuncional, y como en Mendoza no hay equipos de fútbol adaptado toda su preparación la hace sólo en el predio Don Augusto, de Luzuriaga, donde le prestan la cancha tres veces a la semana para entrenar.
Dice que: “Los entrenamientos son individuales, mucho trabajo de
fuerza, porque me pasó al principio que viajaba a las concentraciones e iba sin entrenar y venía lesionado porque no me preparaba bien y empecé a entrenar más duro”.
Explica también:”Empecé jugando como carrilero por la derecha o la izquierda y ahora soy delantero. Trabajo mucho con pelota en la cancha y los trabajos físicos los hago en mi casa”.
“En cuanto a las reglas, hay que decir que esta modalidad del fútbol se juega con bastones canadienses que ayudan a los traslados, y entre las reglas, muchas son parecidas al prohibido tocar la pelota con el muñón o con los bastones, y el arquero es amputado de miembro superior”, explica Lamarca.
El básquet, su otra pasión
Y alternando con los entrenamientos de fútbol, tres veces a la semana Máximo practica básquet con el equipo de ICLIM, porque el conjunto mendocino trabaja constantemente buscando ser protagonista en la Liga Nacional de básquet sobre silla de ruedas.
Practica desde hace tres años y Maxi ocupa un lugar importante en el equipo, siendo titular, y uno de los máximos reboteadores y goleadores del plantel.
“A ICLIM me sumé hace 3 años, elegí hacer más deporte; aunque llegue al básquet a los 16 años porque Celso Cerda (el capitán) vivía cerca de mi casa. Pero a esa edad no me interesaba
mucho la silla, no siempre tuve prótesis como ahora y tenía otras preferencias dentro de la vida normal que hago”, cuenta.
Y agrega: “Yo siempre jugué al futbol, y hace 4 años tuve distensión de ligamentos y no podía jugar y para no estar tan parado me fui a ICLIM a pedir una silla, un lugarcito para mí, y volví a jugar”. Ya recuperado, volvió a practicar futbol y se quedó practicando los dos deportes.
– ¿Qué diferencias hay?
-Del futbol me gusta todo y del básquet también, pero para mí la pasión no es la misma, el fútbol lo llevo adentro. Después de mi familia es el fútbol. Hago una vida normal y tanto mi esposa como mis tres hijos son fundamentales en todo esto.
Siento que en el futbol tengo más recursos, aunque me falta crecer y mejorar. En el básquet soy mas nuevito, tengo mucho por aprender. Pero ICLIM es un grupo ideal para eso, estamos jugando una liga muy competitiva y eso me gusta.
– ¿Cómo te definirías ?
-En el fútbol juego de enganche, siempre asistiendo, ahí me siento cómodo. En la selección hay mucha variedad de jugadores. Y en el básquet trato de ayudar en todo lo que me necesita el equipo.
Poco desarrollo
Los viajes dentro del país son gratuitos por decreto nacional y el hospedaje corre por cuenta de quien organiza los encuentros de cada concentración.
Pero la selección no está concretada en ningún lado, en ningún organismo. Respecto a esto, Maxi cuenta: “Acá estamos en eso, con el papá de Augusto Alonso, queremos armar algo con el deporte adaptado, es muy nuevo.
– ¿Qué significa el deporte en tu vida?
– Lo vivo muy normal, nunca me automarginé y si alguna vez me sentí excluido, fui siempre fuerte para soportar todo. A los chicos que estén con alguna capacidad diferente les diría que se animen, que es mas fácil hacer deporte desde chico, porque cuando sos grande cuesta un poco.
Que no se cierren, que es lo mismo, es una pierna o un brazo y nada más, que todo pasa por la cabeza, por seguir.
Torneos internacionales
Entre las competencias internacionales en que Máximo vistió la celeste y blanca se destaca la Copa Hermandad en el 2009, que se jugó en Crespo (Entre Ríos) y de la que participaron Brasil, Ghana y donde Argentina perdió la final con Brasil por penales.
También estuvo en el Mundial 2010, disputado en Crespo, y donde perdió la final con Uzbekistán.
Dice que:“En este tipo de competencias se nota mucho la diferencia con los países que tienen profesionalizado este deporte, con otro tipo de entrenamientoy donde los jugadores son rentados”.
“Es el caso de Turquía, Rusia y Uzbekistán, con otra calidad de juego. Igualmente los argentinos siempre damos pelea”, explica Máximo, quién entrega lo mejor de si para quedar una vez más en la selección nacional.