Su liviana figura sentada en un mono-ski adaptado vuelve a deslizarse con ambición por el manto blanco y a sortear puertas con habilidad y desparpajo. Audrey Pascual, una de las jóvenes promesas del esquí alpino español, ha regresado a la competición tras el parón obligado por la pandemia de la Covid-19. Y lo ha hecho subiendo al podio en la Copa de Europa en Resterhöhe (Austria) con una medalla de plata en slalom.
La esquiadora del equipo Fundación También, que nació con una agenesia bilateral de tibias y lleva prótesis en ambas piernas, ha dejado su huella en la nieve de los Alpes austriacos en su primera cita internacional de la temporada. La madrileña de 17 años se llevó la presea plateada con un registro de 2:40.13, siendo superada por la germana Anna-Lena Forster. En la siguiente prueba solo completó la primera manga.
“No está mal para ser mi primera carrera después de una temporada entera sin salir de España. Arriesgué mucho más para intentar acercarme a los tiempos de la alemana y no acabé la segunda manga, por lo que no puntúo en esta segunda carrera. Aun así, estoy muy contenta con los resultados de la primera manga”, ha explicado Audrey, que en su bautismo en la élite continental en el curso 2019-2020 se proclamó campeona de la Copa de Europa ante rivales más experimentadas.
Cosechó un oro y un bronce en slalom en Landgraaf (Holanda), dos oros en gigante en Espot (Lleida) y dos oros en slalom en Zagreb-Sljeme (Croacia). Su principal objetivo es clasificarse para el campeonato del mundo de Lillehammer (Noruega), que se celebrará en enero de 2022.
“Después de un año entero sin competir, solo entrenando, he notado que voy mucho más segura a las competiciones y con menos nervios. Esta carrera era muy buena para el inicio de temporada, pero las condiciones eran difíciles ya que hacía frío, nevaba mucho, había poca visibilidad y la pista estaba muy machacada. Para llegar al Mundial tendría que seguir puntuando bien en slalom y bajar mis puntos en gigante, que todavía no he tenido la oportunidad de competir en ninguna prueba”, ha añadido.
En la pista de Resterhöhe también han debutado internacionalmente otros dos españoles. En categoría LW 9/1 (deportistas con discapacidad moderada en un lado del cuerpo, en un brazo o en una pierna) participó Joaquim Segú, de 21 años y perteneciente a la Federación Española de Deportes de Personas con Parálisis Cerebral y Daño Cerebral Adquirido (FEDPC). Lleva desde los tres años esquiando y en 2009 tuvo que parar tras sufrir un accidente cerebrovascular que le dejó una hemiparesia derecha residual. En su estreno europeo ha quedado el 19º (3:20.68) en la primera prueba de slalom y 16º (3:08.57) en la segunda.
“Las condiciones de la pista no eran las más adecuadas para mí, pero he podido puntuar en las dos carreras. Han sido dos días de competición muy duros, las bajadas exigían mucha forma física y con las afectaciones que tengo, me ha costado mantenerme en pista. Hay que mejorar cosas, pero estoy seguro de que poco a poco iré perfeccionando mi técnica y mis habilidades”, ha recalcado el catalán, que forma parte del programa de desarrollo del Centro de Deportes de Invierno Adaptados (CDIA).
Y después de dos años sin presencia internacional, desde el adiós de la laureada pareja formada por Jon Santacana y Miguel Galindo, la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) ha regresado con mucha ilusión. Raúl Simón, tras pasar su clasificación visual, ha disputado su primera prueba junto a su guía Rubén Salmerón. El zaragozano ha quedado en la décima posición en la carrera de slalom con un tiempo de 2:20.19.