Autoritario oro mundial para el insaciable Ricardo Ten

El valenciano se impone con claridad en la ruta C1 en Baie-Comeau (Canadá) y logra su octavo maillot arcoíris entre la carretera y el velódromo. Eduardo Santas sube al podio en C3 con un bronce.

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Insaciable cuando lleva un dorsal a la espalda, Ricardo Ten ha vuelto a ofrecer un recital de talento, esfuerzo y explosividad para enfundarse un nuevo maillot arcoíris. El ciclista español ha coronado su fantástico ejercicio de resistencia con un triunfo solemne en Baie-Comeau (Canadá), un oro en la ruta en categoría C1, su octava medalla en mundiales de carretera.

El bronce en la contrarreloj -pinchó en la primera vuelta- le había dejado un sabor agridulce porque estaba en un gran estado de forma, venía de ganar la general de la Copa del Mundo y apuntaba al doblete dorado. Se le escapó el oro en la crono, pero no en la prueba de fondo, en la que sacó su pundonor y ambición para proclamarse campeón con autoridad.

Imperial e inabordable para sus perseguidores, marcó territorio desde el inicio, marchándose en el grupo cabecero, con ciclistas C2 y C3. Con el paso de las vueltas, Ten abrió brecha con sus rivales directos, a los que trituró sobre la bicicleta con un pedaleo sólido para monopolizar la prueba de los C1. Con la meta a la vista le empezó a aflorar una sonrisa, alcanzaba la recompensa a meses de arduo trabajo.

El valenciano completó los 70,2 kilómetros en 1:50.07, aventajando en casi cinco minutos al estadounidense Aaron Keith y en más de seis al brasileño Carlos Alberto Gomes. Acumula ya en sus vitrinas ocho metales sobre el asfalto: plata en Pietermaritzburg (Sudáfrica) 2017, plata y bronce en Maniago (Italia) 2018, oro en Emmen (Holanda) 2019, oro en crono y plata en ruta en Cascais (Portugal) 2021 y bronce y oro en Canadá. En el velódromo tiene diez, cinco de ellos, de oro.

“Nos hemos desquitado de la mala suerte de la contrarreloj, en la que habíamos puesto muchas ilusiones. En esta carrera salí a aguantar a los C3, que son los ciclistas más fuertes, hubo varias oportunidades en las que intenté una escapada con un americano -Noah Middlestaedt-, pero nos cogieron, la gente está muy fuerte. En la recta final pude esquivar una caída delante de mí. Estoy contento con el octavo maillot arcoíris, me hace mucha ilusión, como nadador fui siete veces campeón del mundo y como ciclista también, así que este ha roto la balanza”, ha explicado.

Otro de los protagonistas de la selección española en Baie-Comeau ha sido Eduardo Santas. El aragonés logró el viernes la victoria más importante de su carrera al conquistar un inesperado oro en la contrarreloj C3. Henchido de fe y confianza, el zaragozano afrontaba con ganas la prueba en ruta y tras aguantar en cabeza de carrera, se llevó el bronce (1:49.55) tras ganar al sprint al colombiano Alejandro Perea y acompañó en el podio al británico Finlay Graham (oro) y al alemán Steffen Warias (plata).

En C2, el valenciano Maurice Eckhard fue séptimo con 1:50.18 y en C4 el joven Juan Alberto Jiménez cuajó una gran competición, pero se quedó con la miel en los labios tras llegar cuarto al sprint, con el mismo tiempo (2:04.31) que los tres medallistas, el irlandés Ronan Grimes, el belga Louis Clincke y el británico George Peasgood. También en C4, el andaluz Óscar Higuera fue 16º (2:20.34), mientras que en C5 Damián Ramos acabó 10º (2:04.32). En cuanto a los tándems, Christian Venge y Noel Martín fueron quintos, Héctor Catalá-Eloy Teruel sextos y Joan Sansó-Fran Rus novenos. España se marcha con nueve preseas.

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