Cuatro españoles compiten en el Mundial de bádminton en Tokio

Paco Motero, Iván Segura, Cristina Sánchez y Nacho Fernández estarán entre los mejores jugadores del mundo en el Yoyogi National Stadium de la capital japonesa.

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Los jugadores de la selección española de bádminton que competirá en el Mundial de Tokio.

Con el adiós de Simón Cruz y de Marcela Quinteros, los dos volantistas que se quedaron a las puertas de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, el bádminton español inicia un nuevo ciclo con una hornada de deportistas que ilusiona y destaca en la élite. El desafío a medio plazo es contar con algún representante en París 2024. El camino hasta la ciudad de la luz comienza precisamente en la capital japonesa, donde se disputará el Mundial. Allí competirán Paco Motero, Iván Segura, Cristina Sánchez de Lechina y Nacho Fernández.

Tras una concentración previa en Huelva, el equipo dirigido por Miguel Ángel Polo y Dina Abouzeid llega con buenas sensaciones al Yoyogi National Stadium, escenario que acogió el pasado año el debut de esta modalidad en una cita paralímpica. Las medallas se antojan complicadas por el nivel que atesoran los jugadores de las grandes potencias. El único con experiencia mundialista es el onubense Motero, que ya estuvo en la edición de Basilea 2019. Apenas lleva cinco años empuñando la raqueta y ya se ha convertido en el más veterano de la selección.

“Se nota la experiencia en la pista, voy conociendo a los rivales, leo mejor el juego, me siento más cómodo y sé a qué tengo que jugar, aunque no siempre salga. Voy mejorando poco a poco, los años me están viniendo bien”, asegura. En los dos últimos torneos logró medalla, un bronce en Irlanda, y un oro y otro bronce en Uganda. “Eso se traduce en que las cosas se están haciendo bien en los entrenamientos. Las medallas son el premio al trabajo”, añade.

El onubense Paco Motero es uno de los referentes de la selección española de bádminton. Foto: Bádminton Andalucía

Como número 14 del mundo, el andaluz es consciente de que le tocará lidiar en la fase de grupos con algún cabeza de serie en categoría WH1 (deportistas en silla de ruedas), pero se ve preparado para plantar cara a cualquier adversario. “Este año será especial, en Asia, la cuna del bádminton. Ya estuve hace tres años en el Yoyogi Stadium, es brutal. Llego en un buen momento, llevo mes y medio preparándome muy fuerte. Meterme en octavos sería positivo, aunque intentaré estar en cuartos de final. En dobles mixto jugaré con la turca Narin Uluc y a ver hasta dónde podemos llegar”, cuenta.

Después de Tokio quedará el Internacional de Perú y a partir de 2023 arranca el contador de puntos en la carrera hacia París 2024. El billete para unos Juegos Paralímpicos está muy caro, pero Motero tiene claro que dará guerra: “Hay que ser competitivo con los 10 mejores del ranking, es un escalón que aún me falta por superar. Si logro plantarles cara me hará meterme arriba, puntuar y tener opciones de llegar a París. Entran solo los ocho mejores, es difícil, pero a la vez, un sueño factible. Sería increíble ser el primer español en bádminton, voy a luchar cada punto e ir partido a partido”.

El referente español en categoría WH2, también para jugadores en silla, es Nacho Fernández. Lleva poco tiempo golpeando el volante y ya está instalado en el Top 16 del mundo y en el noveno puesto en dobles junto a la austriaca Henriett Koosz. Este curso ha estrenado su casillero de medallas internacionales con un bronce en Vitoria y un oro en dobles mixto en Irlanda.

El gallego Nacho Fernández debutará en un Mundial de bádminton.

“La progresión ha sido siempre buena, junto al Club Bádminton Athlos, la Federación Gallega y la Federación Española hemos ido creando pequeños objetivos que se han ido cumpliendo. En la pista me noto cada vez más maduro, siendo capaz de entender mejor el juego del rival, de mantener la consistencia sin apresurarme en querer ganar el punto, estamos en el camino correcto”, reconoce. El orensano ya tiene ganas de pisar el Yoyogi y desplegar su mejor versión en su debut mundialista.

“Estar en un Mundial ya es un logro, dado el alto nivel internacional que nos encontramos, sobre todo, con los jugadores asiáticos. Ahora mismo prima la ilusión y vivir la experiencia de lo que se supone que es la cita más importante después de los Juegos Paralímpicos. Las expectativas pasan por las ganas de superar la fase de grupos, que sería un buen objetivo, y cuartos si hablamos de ambición. Sin duda, vamos a Japón a dejárnoslo todo”, recalca.

Al igual que Paco Motero, para él, París 2024 es “un objetivo real por el que debemos trabajar muy duro si queremos tener alguna posibilidad. La clasificación es muy difícil, el acceso es por ranking. Se habla de entre seis y ocho plazas por categoría, lo cual es una locura. Trabajamos para ello, los entrenos son iguales que los de los profesionales, aunque no lo seamos, sin patrocinios y en ocasiones sin ayudas, pero el sueño de alcanzar unos Juegos es insaciable”.

El granadino Iván Segura, de 17 años, durante un partido. Foto: Bádminton Andalucía

Desde el Club Bádminton Granada llegan los otros representantes españoles. A sus 17 años, Iván Segura se ha colado en el Top 20 en categoría SH6 (deportistas de baja estatura) en su primera temporada en la élite. Ganó un bronce en Bahréin y un oro en Uganda. “Estoy recogiendo los frutos que da el trabajo. Plantarles cara a los jugadores internacionales era una idea que no me planteaba el año pasado. Estoy compitiendo mejor, encontrando mi mejor forma y estilo de juego. El Mundial será muy complicado, van los 32 mejores de cada categoría individual, hay que tener suerte, estar concentrado y confiar en el trabajo realizado. El objetivo es pasar de la ronda de grupos”, comenta.

Por su parte, Cristina Sánchez de Lechina aterriza en Tokio después de conseguir la primera presea de su incipiente carrera, una plata en Uganda en categoría SU5 (discapacidad en las extremidades superiores). “Tras ganar la medalla me dije a mí misma que sería la primera de muchas, por lo que este último mes he trabajado muchísimo para mejorar todo lo posible. Estoy en mi mejor momento, Uganda ha sido un punto de inflexión para un día llegar a lo más alto. Afronto el Mundial con ilusión y con muchas ganas de enfrentarme a las mejores. Es reto difícil, pero no imposible. El objetivo es poner en práctica lo entrenado, entrar con fuerza a la pista y dar el máximo para poder llegar lo más lejos”, apunta la granadina.

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