Discapacitados muy capaces

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    telecinco.es – Tan capaces como que en una década, han sido ocho veces campeones de España en su modalidad. Para el Club Aderes de Burjassot (Valencia) el deporte es el mejor medio de integración; les permite relacionarse sin diferencias, aumenta su confianza y su autoestima. Y eso que, como nos dicen, lo de campeones lo saben ellos y pocos más.

    Paquito el largo, como llaman todos a este pivot, reflexiona con la mirada perdida «osotros no entendemos cómo es que teniendo muchos más títulos que cualquier otro equipo de baloncesto, no se hable de nosotros en los medios…».

    Paco, base de 41 años trabaja en una lavandería industrial que emplea a discapacitados. Dobla con diligencia una sábana tras otra mientras las va agrupando en montones de diez para que pasen por una máquina que las embolsa y sella para mandar a hospitales y hoteles. Le entrevistamos entre el ruido de la maquinaria mientras él sigue atento a su labor respondiendo con calma a nuestras preguntas. Dice sentirse integrado dentro y fuera de la cancha. Pero también reconoce que en el trabajo nadie sabe que es campeón de España. Tampoco él se encarga de contarlo.

    Este hombre modesto y trabajador disfruta cada vez que entrena. Se le relaja la cara. Y aunque su rotunda barriga no le facilita hacer los ejercicios, en los partidos demuestra que no le estorba para pasar balones. Arturo es alero, y si él no hablara de su discapacidad, nadie lo notaría desde fuera. Es el ligón del equipo.Lo encontramos con Manuel, compañero del Aderes de fútbol, haciendo una puesta a punto con el fisioterapeuta del centro ocupacional.

    Ramón Torres es el capitán del equipo. Un veterano jugador con dos olimpiadas a sus espaldas. La de Sidney entre ellas y la que le hizo probar uno de los tragos más amargos de su vida. La selección ganó el oro pero en unos días, se lo arrebataron a todos cuando se descubrió que varios jugadores se habían hecho pasar por discapacitados para conseguirlo. El sí es discapacitado pero el golpe fue duro para todos.

    Empezó a ver la luz cuando montó este equipo que como ahora nos cuenta, es el resultado de todo aquello por lo que lleva toda su vida luchando. Dice Ramón que en este equipo todos son importantes porque cada jugador tiene algo especial, aunque les falte nivel físico, lo tienen personal.

    Muchos de ellos no trabajan. Pasan la mañana en el centro ocupacional ayudando en pequeñas tareas que les encargan distintas empresas. Una labor que se ha resentido con la crisis. «Hay poca faena» nos dicen, mientras nos conducen a una sala en la que un grupo de diez personas trabaja en una pequeña cadena agrupando piezas para montar tiradores de puerta.

    A la hora de comer, los deportistas comparten mesa y cuando los demás nos ven grabándoles por sus triunfos, todos los compañeros irrumpen en un sonoro aplauso dirigido a sus héroes. Héroes que han surgido del esfuerzo personal de un hombre, Julio Talavera el director del Club Aderes y el padre de Raúl, paralítico cerebral y portero del equipo de fútbol.

    Con su precaria salud, Julio lleva veinte años luchando por sacar adelante a estos chicos. Su misión es buscar unas ayudas que les van llegando con cuentagotas y que son las que les permiten seguir haciendo el sueño realidad. Emocionado, nos dice que si sigue vivo, es gracias a Aderes.

    Dos padres más le ayudan en la tarea, Pepe y Jose. Entre los tres se las apañan para mover a este equipo humano y hacerlo con tan buenos resultados. Por eso en nuestro reportaje, aunque los ganadores sean los jugadores, será a ellos a quienes vean subidos al podio.

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