El Palacio de los Deportes de Granada ya está engalanado para convertirse del 6 al 12 de noviembre en el epicentro del tenis de mesa. España disputará ‘su’ Mundial a los pies de Sierra Nevada con un nutrido grupo de jugadores que plantará batalla a los mejores palistas con el objetivo de sacar un buen botín de medallas. En la última edición celebrada en Lasko (Eslovenia) en 2018 la cosecha española fue de tres preseas, un oro de Jordi Morales, una plata de Álvaro Valera y un bronce de Juan Bautista Pérez.
La gran novedad este año es el sistema de eliminación directa, se ha suprimido las fases de grupos, por lo que aumenta la dificultad para estar en el podio. En clase 2 estarán dos jugadores que participaron en los Juegos Paralímpicos de Tokio, Miguel Ángel Toledo e Iker Sastre. “Voy con mucha ilusión y muy bien preparado ya que he empezado a entrenar con Gorka Fernández, que será el responsable de la selección para deportistas en silla. Tengo opciones serias de llevarme medalla, sobre todo, en la modalidad de dobles. A nivel individual he trabajado más que nunca, espero llegar lo más alto posible, no sería descabellado meterme en unas semifinales si desarrollo mi juego”, ha explicado el bilbaíno.
En clase 3 figuran el veterano granadino Miguel Rodríguez y el joven debutante Iker González, mientras que en clase 4 lo hace Francisco Javier López. “Con ganas de que llegue este apasionante torneo en Granada, lugar en el que siempre preparo las competiciones, así que me siento como en casa. En esta ocasión será un sorteo puro y duro, por lo que la suerte también dictaminará nuestra posición. Estoy muy motivado por jugar con nuestra afición. Un objetivo realista sería llegar a cuartos de final, pero por qué no soñar con una medalla”, ha apuntado el extremeño.
En clase 6 competirá el voraz e incombustible Álvaro Valera, que acumula cinco medallas individuales en mundiales -dos oros, dos platas y un bronce- y buscará su tercera corona. “Será mi séptimo Mundial, 24 años después del primero. Es un sueño ganarlo en España, con el calor de nuestra gente. Tengo opciones, estoy el número uno del mundo y puedo ganarles a todos si saco mi mejor juego y engancho buenas sensaciones. La otra cara de la moneda es que el nivel está muy alto, tengo más edad y más limitación física, si tengo un mal día puede pasar cualquier cosa porque hay gente muy peligrosa, es una prueba de eliminatoria directa, por lo que no hay margen de error. Tengo confianza en que saldrá bien, vengo haciendo un buen trabajo y voy a darlo todo por sacar esa medalla”, ha recalcado el sevillano.
En la misma categoría aparece también el coruñés Alberto Seoane: “Es la primera competición importante en España desde que compito, es especial porque podrán ir a verte familiares y amigos. Siempre lo afronto buscando las medallas, sé que será difícil porque hay grandes rivales. En febrero tuve un accidente de tráfico, sufrí un atropello y estuve varios meses en el dique seco, casi me quedo sin clasificarme y tuve que ir a Tailandia para lograrlo. He podido entrenar, no igual debido a las circunstancias, pero llego de la mejor manera posible. Estoy con ilusión después de quedarme a las puertas de los Juegos de Tokio”.
El último español que se proclamó campeón del mundo fue Jordi Morales en clase 7 en 2018. Además de estar entre los candidatos a las medallas en dobles junto a Valera -fueron bronce paralímpico en Tokio-, aspira al podio en individual. “Jugar en casa un Mundial es una sensación que nunca la hemos vivido en nuestra carrera deportiva, eso nos da un plus de motivación e ilusión. Revalidar el título no es una presión, ahora disfruto mucho más y la idea es la de siempre, luchar al máximo y darlo todo, las circunstancias de cada partido nos pondrán en nuestro sitio. Llevo un año bueno, sin lesiones y con medallas en todos los campeonatos internacionales, algo que me ha permitido llegar como número tres del ranking mundial y que me da más ánimo”, ha comentado.
En clase 9, una de las más igualadas, habrá tres españoles. El aragonés Jorge Cardona, quien estuvo apartado de las mesas durante más de año y medio por una lesión del tendón de Aquiles, Juan Bautista Pérez y Ander Cepas, quien está firmando una gran temporada y se ha ganado a pulso una plaza entre los mejores gracias a sus ocho medallas en torneos internacionales. “Es mi primer Mundial y estoy ilusionado, hay nervios también, pero quiero salir a competir, sabiendo que lo normal es que no hubiese estado ahí, pero después del gran año me lo he merecido por mis resultados. A priori, no voy a ganar el oro, he entrado en el último momento, así que, a pelear a muerte, con dos partidos ganados te aseguras medalla con este sistema ‘knockout’”, ha resaltado.
El extremeño Pérez, bronce en el Mundial de Lasko en 2018, quiere dar guerra a los favoritos y tratar de colarse en el podio otra vez: “Será un Mundial duro y difícil porque han cambiado las normas y los enfrentamientos serán en eliminatoria directa, así que no hay posibilidad de error. En la parte buena, será un viaje corto, estás en casa y jugamos con el público a favor. No jugaré la prueba de dobles, contra eso no puedo luchar, han elegido a Cardona y a Cepas y lo acepto, pero me habría gustado tener la oportunidad. Y en individual voy bien preparado, los partidos serán a vida o muerte”.
Uno de los abanderados de este evento será José Manuel Ruiz, número ocho del ranking en clase 10. El granadino vivirá su primer Mundial arropado por los suyos, en su casa. “Será emotivo, habrá gente conocida y amigos que lo puedan vivir en directo, eso me da un chute de adrenalina y motivación extra, pero hay que saber gestionarla. Estoy en un momento bueno a tenor también de los resultados que he tenido este año, vuelvo a ser competitivo y me veo capaz de pelear con los jugadores más destacados. El factor suerte será determinante, aunque trabajamos para minimizarlo y para que sea el nivel deportivo el que marque el camino. Si hago las cosas bien tendré mis oportunidades de ganar en cada partido”, ha asegurado.
En clase 11 el mostoleño Eduardo Cuesta tratará de meterse en el podio. Y por primera vez en 20 años, el tenis de mesa español contará con representación femenina ya que Cris Rubio (clase 4) y Pilar González (clase 7) tomarán el relevo de María Cinta Campiña, la última mujer en disputar un Mundial. “Se acaba la espera, es muy satisfactorio y un orgullo haber llegado hasta aquí después de todo el trabajo. Es un pasito más y esperamos que no pasen tantos años para que una mujer llegue a algo tan grande como es un Mundial. Volvemos a romper esa barrera, ser una de las que ayuda a ello es un motivo más para levantarme cada día y acudir a entrenar”, ha apostillado Cris.