El remo adaptado español ha vuelto a reflotar gracias al empeño de la federación y al entusiasmo de un puñado de deportistas, la mayoría procedente de otras disciplinas. El proyecto comenzó hace poco más de un año y no tocó agua hasta agosto del 2020. Pese a la inexperiencia, convirtieron en realidad lo que parecía una quimera, clasificar al bote PR3 Mix4+ para los Juegos Paralímpicos de Tokio. Impulsarán la embarcación Jorge Pineda, Verónica Rodríguez, Pepi Benítez y Enrique Floriano como remeros. Y Estíbaliz Armendáriz será la timonel que guiará sus paladas en aguas japonesas.
A sus 47 años, a la navarra le ha caído “un regalo del cielo” porque la titular era Raquel Comesaña, que causó baja por una operación y por eso ella acudió al Preolímpico. En su caso no maneja las palas, pero arrima el hombro, trabaja lo suyo y juega un papel importante. Anclada en la proa con un flotador infantil y de espaldas a sus compañeros, anima, vocifera y mueve al equipo. “Parezco una vikinga gritando a pleno pulmón. Tras la regata final en Gavirate (Italia) en la que fuimos terceros me quedé sin voz durante una semana”, dice riendo.
En territorio italiano, el novato equipo español firmó una gesta tras superar a países más experimentados como Alemania u Holanda. Solo Canadá y Brasil fueron superiores. Al ser el mejor bote europeo, la Federación Internacional de Sociedades de Remo les otorgó una invitación para los Juegos. “Es una sorpresa y algo espectacular lo que hemos conseguido ya que este proyecto nació hace apenas un año y medio y de la veintena de personas que nos presentamos solo cuatro sabíamos remar”, explica la pamplonesa, que lleva 15 años remando.
Estíbaliz nació sin pierna derecha por una malformación congénita y desde pequeña estuvo ligada al deporte acuático. “En tierra cualquier cosa que haga me requiere más esfuerzo por mi discapacidad, pero en el agua todo se iguala. De niña me echaron a la piscina para que flotase, así que empecé en la natación y luego jugué al waterpolo. Estuve unos años fuera de España y cuando regresé en 2004 busqué hacer alguna actividad al aire libre y paré en el Club Náutico de Navarra, donde me enamoré del remo. Es una modalidad con la que desconectas de todo, me da tranquilidad”, cuenta.
En la Regata Internacional de Gavirate no solo acudió como timonel, también formó el doble scull mixto con el valenciano David Casinos y ganó una medalla de bronce. Ahora le llega la oportunidad de acudir a sus primeros Juegos Paralímpicos. “Igual me echo a llorar cuando esté allí. Hace 18 meses era impensable estar en Tokio, aun no me lo creo. A nivel personal es un regalo de la vida que se guardará para siempre en la memoria. Estaba fuera de mi radar, era como competir en otra liga, así que vivir esta experiencia será emocionante”, recalca.
En el Sea Forest Waterway llevará el timón del imberbe bote español, que espera hacer un buen papel en su estreno en una cita paralímpica. “Trataré de animar para que se quiten los miedos, estén cómodos, den el 100% y confíen en que vamos a llegar a buen puerto. Formamos un gran equipo con talento, es cierto que somos súper novatos y que nuestra idea era prepararnos para estar en París 2024, pero nos hemos adelantado tres años a las expectativas marcadas. Así que vamos con todo, no tenemos nada que perder”, añade.