El deportista nos cuenta como completó en silla de ruedas la durísima prueba
Por Gustavo Molina
«Si emociona pensarlo, imagínate hacerlo».
Tomando unos vinos me lo propusieron, lo había visto y es una cosa que sin duda y estando en plenas facultades lo habría intentado, además no era cosa nueva ya que mi pasado como militar había hecho cosas muy parecidas.
Al final a las pocas semanas me dijeron que la cosa iba hacia delante y que buscara unos amigos que me echaran una mano. Sin apenas yo mismo creérmelo y creo que ellos tampoco, la verdad que al compartirlo con ellos empecé a disfrutarlo y querer hacerlo hasta que al final este sábado estábamos en la salida con nuestra cinta a la cabeza.
Tengo un gran abanico de amigos de todas clases, muchos militares, del gimnasio, triatletas, ciclistas, pero esta gran experiencia me apetecía compartirla con mis amigos de verdad, los de siempre, los de la infancia, los del pueblo, y algún mas agregado claro que algunos trabajaban jejeje gente normal, nada de deportista de elite, vamos que alguno no ha tocado el gimnasio en su vida, y eso hacia el reto mas interesante.
Daban la salida, y arrancamos sin saber exactamente lo que nos íbamos a encontrar tan solo 5km y 15 obstáculos, y todos con mucho respeto , nervios pero muy ilusionados.
Tras unos metros el primer obstáculo, un murete de madera rozando el metro y medio, lo salvamos como pudimos y entre todos y nos vinimos arriba, esto funcionaba y la unión hacia la fuerza, todos entusiasmados llegábamos al segundo y foso de barro donde casi me tiro de cabeza, esto marchaba y además disfrutando.
Cuando nos dimos cuenta pasaban los kilómetros y los obstáculos y a nuestro grupo se había unido un nuevo miembro, Juanjo de Bilbao, no sabíamos nada más y ni lo conocíamos pero ahí estuvo con nosotros todo el camino arrimando el hombro como el que más.
Al duro camino de polvo, piedras, cuestas interminables, senderos, trialeras ,bajadas de vértigo, vamos, ideal para la sillas de ruedas, entre los obstáculos de todos los tipos, muros, fosos de agua y barro , trepa de cuerda, llevar troncos, pasar ruedas, arrastrarlas también , jabalina, el famoso monkey , mas cuerdas etc, el paso de las horas , kilómetros y calor sin agua hizo que las fuerzas se mermaran y llegáramos al final con ganas de meta.
Nos esperaban los obstáculos más desgastadores y con todo el público mirando jejeje subidón por estar al final y lo más complicado, además sentir el calor de la gente que te está esperando en la meta y de miles de personas que estaban por allí.
Una sensación difícil de transmitir con un puñado de palabras, un cumulo de sentimientos mezclados con sudor, sangre, lagrimas, barro y la mayor parte del tiempo con los pelos de punta, el gesto de tus compañeros de esfuerzo, animándote, tirando de mi, que sabes que están ahí por que tu se los has pedido, que no les puedes fallar, que no se merecen que les falles, esa penúltima prueba antes de la gloriosa meta, después de luchas contra un foso de barro de casi 100metros con alambrada que nos dejó agotados, nos queda la trepa de muro de unos cincuenta grados con cuerda pero con mucho barro, mi equipo, mi gran equipo, hace un torre humana pero que yo ayudado por las cuerdas y apoyándome en ellos trepara hasta al infinito, todos agotados, y empieza el dueño del micrófono a animar y todos los corredores tan agotados y embarrados como nosotros empiezan a bocear el grito de guerra espartano, AUU ,AUUU, AUUU. con lagrimas en los ojos subimos el último metro y ya estábamos allí tan solo bajar y cruzar la línea de troncos ardiendo, me cogen en brazos para pasar por las llamas y ahí estaba la meta, la ansiada meta que pasamos todos junto en brazos.
Una experiencia que jamás olvidare, como un grupo de buenos amigos que además algunos entre ellos ni se conocían pero que coordinamos a la perfección.
Solo puedo dar las gracias a todos ellos por poder lograr esta utopía, compartir esta bendita locura, y demostrarme a mí mismo que acompañado, apenas hay límites, y que como suelo decir en alguna ocasión, no existe las discapacidad, sino la falta de amigos.
Muchas gracias equipo, José María Chaparro, Carlos Fresneda, José María Garrido, María Ortega, Beatriz Crespo, Elena Gómez, y nuestro amigo Vasco Juan José. PRUEBA SUPERADA. os quiero amigos.
TAMBIEN TENGO QUE AGRADECER A LOS IMPULSORES DEL PROYECTO, Ángel Sanz, Under Armour, y como no a Freedom anfd Flow.
#Nosvemosenelbarro.