‘La Roja’ para amputados, goles de superación entre muletas

La selección española de fútbol, plata en el último Europeo, afronta el Mundial en Estambul con solo seis días de entrenamiento en un año, pero con la mochila cargada de ilusión y ambición.

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La selección española de fútbol para amputados fue subcampeona de Europa en 2021. Foto: EAFF

Sobre la alfombra verde, con pasión, arrojo y resiliencia danzan a un ritmo endiablado al son de las muletas, con las que dibujan goles de superación. Perdieron una extremidad inferior a causa de enfermedades congénitas, atropellos, accidentes o tumores, pero sus sueños siguieron latiendo. Todos supieron sobrellevar las cicatrices y convertir la adversidad en una oportunidad. Y en esa recuperación el balón fue anestésico, una fuente de felicidad. Han tejido la selección española de fútbol para amputados, que en pocos años de vida se ha ganado el respeto y un lugar en la élite de este deporte.

España, subcampeona de Europa en 2021, busca ahora luchar por las medallas en el Mundial de Estambul. Zacarías Oualit fue el arquitecto que impulsó la creación de ‘La Roja’ en 2014. Un sueño que empezó a cultivar poco después de que su pierna izquierda quedase paralizada tras varias intervenciones quirúrgicas. Su niñez transcurrió entre hospitales y operaciones, con seis años le diagnosticaron un sarcoma de Ewing en el fémur.

“Me hicieron un trasplante y pasé año y medio ingresado. Recibí quimioterapia y en una ocasión estuve cerca de morir porque una enfermera se equivocó con la dosis y quedé inconsciente. Cuando salí de allí volví a caminar y a disfrutar de lo que más me gustaba, el fútbol. Hasta que un día en el colegio, con 12 años, el fémur trasplantado se rompió. Se me vino el cielo encima, no quería pasar por lo mismo, alejado de mis amigos y otra vez en el hospital. Esta vez la fijación a la pelvis fue mucho más fuerte para que no se volviera a romper. La pierna se quedó inútil y 25 centímetros más corta que la derecha”, relata.

El médico y sus padres le prohibieron lo que más le apasionaba, otra rotura significaba amputar la pierna. Pero no desistió y a hurtadillas siguió disfrutando del fútbol. “El balón siempre ha sido mi mejor amigo, me lo llevaba a todos sitios, hasta en las bodas de familiares -ríe-. Cuando ahorraba dinero compraba una pelota y les pedía a mis amigos que me la guardaran en su casa. Si quería jugar, tenía que ser a escondidas porque si mi padre me veía con una, la pinchaba. Hasta que se dio cuenta de que el fútbol era lo único que me hacía feliz. Hace tres años decidí que me la amputasen y he mejorado personal, anímica y técnicamente”, añade.

Zacarías Oualit fue uno de los que impulsó el fútbol para amputados en España. Foto: EAFF

A finales de 2013 comenzó a captar a gente para que se embarcase en su aventura, condujo hasta Bilbao para contactar con Mikel Balmaseda, ahora nuevo seleccionador, y entre ambos pusieron los cimientos de este proyecto. En un descampado de tierra junto a su casa de Olot (Girona) florecieron los primeros brotes de esta modalidad en España. Entre los pioneros estaba Adrián Castro, quien no dudó en viajar hasta allí desde Asturias al enterarse de que buscaban jugadores. “Al principio nos miraban con asombro, se extrañaban al vernos jugar a velocidades altas, yendo al choque y cayéndonos”, asegura.

No le costó adaptarse ya que desde crío estaba acostumbrado a corretear entre muletas. Con diez años le anclaron a la cadera el poco fémur de la pierna izquierda con el que nació. “Lo más duro fue estar seis meses escayolado hasta el pecho, sin moverme de la cama, sin tocar un balón. De niño iba siempre por la calle pateando lo que me encontraba, una botella, una lata o una piedra. El fútbol lo era todo. Crecí como uno más, me caía mil veces y me volvía a levantar solo. Mis padres nunca me sobreprotegieron ni me pusieron límites, ellos me animaron a hacer deporte”, cuenta.

De aquel terrizo en el que se inició con la selección pasó a ser elegido mejor futbolista del Europeo de 2017 en el que España quedó cuarta, y a sumar una plata continental en 2021 en Polonia. “En los comienzos poníamos dinero de nuestros bolsillos para cubrir gastos y, aunque tenemos algo más de ayuda, es insuficiente. Los que trabajamos nos guardamos las vacaciones de verano para poder asistir a las competiciones. Nos plantamos en la final europea con apenas seis entrenamientos, es un milagro”, asevera.

“No somos el equipo con más talento, pero sí el que más huevos, coraje y amor propio le pone. Somos guerreros y perseverantes. Hay rivales que ya llevan un mes en Estambul preparándose. En Turquía, que es la gran potencia, cobran y viven del fútbol, tienen hasta tercera división en su Liga. En España hay cuatro clubes -Flamencos Amputados Sur, Associacio Sant Vicenc dels Horts, Unión Deportivo Sector Montserratina y Jarduera- y queremos crear una Liga. Solo pedimos un apoyo firme para crecer, promocionar este deporte y allanar el camino a los jóvenes que vienen por detrás para que tengan esa oportunidad que nosotros no tuvimos. No queremos que lo trabajado se pierda”, enfatiza.

Adrián Castro es el capitán de la selección española. Foto: EAFF

En la misma línea se expresa Zacarías, algo desilusionado por las rémoras con las que deben lidiar. “Hay barreras que no podemos sortear, lo damos todo para ofrecer un alto rendimiento en el campo, pero desde las instituciones nos ponen muros difíciles de superar. No nos merecemos las pésimas condiciones en las que debemos de afrontar los campeonatos internacionales, es lógico que la gente se desmotive. Para este Mundial solo hemos entrenado seis días y debemos competir de tú a tú con países que se concentran tres meses, tenemos mérito. Somos una gran familia que hace fuerza para salir de las adversidades de la burocracia”, lamenta.

España está lejos de otras naciones europeas en las que apuestan por el fútbol para amputados, como Polonia, Italia, Alemania o Turquía, país en el que David Mendes lleva varias temporadas jugando. “Aquello es otro nivel, hay mucho apoyo del gobierno y la población se vuelca. Este año, el Mundial se jugará en varias ciudades, en estadios donde juegan grandes jugadores, algo que nos motiva. Lamentablemente, en España no tenemos ni la mitad y es muy triste porque mientras otros países están en desarrollo, nosotros estamos estancados. Nos prometieron una Liga y seguimos esperando, ni siquiera tenemos Campeonato de España. Llevo el fútbol en las venas y para disfrutar, tengo que ir fuera a jugar”, dice el joven, que ya ha levantado una Champions League con un club otomano.

Creció con un balón pegado al pie en las calles de varias ciudades africanas antes de llegar a Andalucía. Nació en Guinea-Bissau, pero la guerra civil le obligó a marcharse junto a su madre y a su hermana a Gambia. Allí, con siete años, sufrió un atropello en una tarde cuando regresaba de la escuela y tuvieron que amputarle la pierna izquierda. Después de unos años viviendo en Senegal, se trasladó con sus tíos a Campohermoso (Almería). Aunque al principio le daba vergüenza que la gente le viese jugar al fútbol, acudió al equipo del pueblo, que le permitió entrenar con los jóvenes de su edad.

Descubrió el fútbol para amputados gracias a un profesor suyo y en 2016 debutó con ‘La Roja’, convirtiéndose en un referente. Espera aportar sus goles y asistencias en un Mundial en el que España se medirá en el grupo E a Polonia, Uzbekistán y Tanzania. “Ya no somos los novatos, nos hemos ganado el respeto tras la ‘Euro’ que hicimos, los rivales ya saben de lo que somos capaces. No tenemos ese factor sorpresa, ahora será más exigente y tenemos que dar más del 100% en este desafío. Estamos muy ilusionados con el cambio de entrenador, que nos pide mucha transición, saber aguantar al rival y esperar el momento. Somos rápidos por las bandas y ahí es donde se cocina nuestro juego. Creemos en nosotros, miramos a lo más alto”, recalca.

David Mendes, una de las referencias de la selección, ha ganado una Champions League con un club de Turquía. Foto: EAFF

En esta modalidad, los porteros son los únicos que no se mueven entre muletas, pero tienen alguna discapacidad en las extremidades superiores. Es el caso de Luis Fernando Ribeiro, elegido mejor guardameta del último Europeo. Nació en Brasil, sin el antebrazo derecho, algo que no le impidió querer emular a ídolos como Dida, Iker Casillas o Edwin Van der Sar. “El fútbol siempre estaba en mi cabeza, quería ser portero pese a faltarme dos tercios del brazo. Nunca fue una barrera y jugaba torneos en el colegio o en las calles de Sao Paulo con niños sin discapacidad”, comenta.

En 2014 se enroló en el equipo del Corinthians para amputados y rechazó representar internacionalmente a la ‘verdeamarela’ porque tenía claro que su futuro estaba en España, donde tiene a parte de su familia. “Mi plan de vida era venir y tener un futuro en este país. La selección española me abrió las puertas y en estos años he podido cumplir varios sueños. Estoy muy feliz por la decisión que tomé”, admite el cancerbero, un seguro bajo palos que transmite mucha tranquilidad a sus compañeros.

‘La Roja’ buscará mejorar la octava posición conseguida en México 2018, pero son conscientes de que la preparación no ha sido la idónea para afrontar un campeonato de este calado. “Viajamos con la idea de estar en la final, ya lo hicimos en el Europeo con apenas dos concentraciones previas, tenemos talento para hacerlo otra vez. Aunque sabemos que muchos países se han preparado bien y nosotros no jugamos un partido desde hace un año. Si tuviésemos las infraestructuras adecuadas, optaríamos a mucho más. No tuvimos el reconocimiento esperado tras la plata europea, es duro, pero hemos seguido luchando sobre el césped con nuestros clubes. Vamos a entregarnos al máximo por esta camiseta”, apostilla.

Junto a Zacarías Oualit, Adrián Castro, David Mendes y Luis Fernando Ribeiro estarán Francisco Javier Castilla, Jaime Tonda, José Luis Hurtado, Nicolás García, Carlos Roberto Díaz, Jonatan Ruiz, Andreu Orós, Joan Bargües Piñol, Alberto Pino y Oliver Flores. El cuerpo técnico que encabeza Mikel Balmaseda se completa con Ferrán Joan Miquel (segundo entrenador), Alberto Martínez (coordinador nacional), Aleix Martí (fisioterapeuta) y Lluc Sau (psicólogo).

Luis Fernando Ribeiro, mejor portero del Europeo de 2021. Foto: EAFF

Grupo A: Turquía, Haití, Francia y Liberia

Grupo B: México, Japón, Colombia y Alemania

Grupo C: Inglaterra, Argentina, Estados Unidos e Indonesia

Grupo D: Brasil, Irlanda, Irán y Marruecos

Grupo E: España, Polonia, Uzbekistán y Tanzania

Grupo F: Angola, Italia, Uruguay e Irak

Partidos de España:

España vs Tanzania 1 octubre 12.30h

España vs Uzbekistán 2 octubre 12.00h

España vs Polonia 3 octubre 17.00h

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