El Nippon Budokan de Tokio parecía ser su última parada internacional en la élite, el escenario perfecto en el que Marta Arce pretendía poner el broche a su brillante carrera sobre el tatami. Se quedó a las puertas de las medallas en sus cuartos Juegos Paralímpicos, pero es tan fuerte la atracción que siente por el judo que decidió prolongar su trayectoria. A sus 45 años sigue dando guerra y destilando su talento. Mientras prepara el Mundial que se celebrará en noviembre en Azerbaiyán, acaba de romper una barrera hacia la inclusión tras ganar el bronce en la Copa de España absoluta en Getafe.
Llegar a los Juegos de la capital japonesa fue una odisea ya que tuvo que superar una fractura de muñeca y una lesión de rodilla, además de compatibilizar el deporte con el trabajo como fisioterapeuta y el cuidado de sus tres hijos. Se quedó con la miel en los labios, pero con buen sabor tras ser quinta. Ahora ya mira a París 2024. Antes, lidiará con las mejores judokas en el campeonato del mundo. Y las sensaciones para afrontar la cita más importante del año no pueden ser mejores.
La deportista, que nació con albinismo óculo-cutáneo completo, tiene una visión del 10% y fotofobia elevada, cuajó una gran actuación en la Copa de España frente a rivales sin discapacidad en el Complejo Deportivo Municipal Alhóndiga-Sector III. La vallisoletana subió al tercer cajón del podio en -63 kilos, categoría que tuvo 12 participantes. Perdió en su debut con Isabel Perales, pero después venció en la repesca a Alexandra Lanzat y en la lucha por el bronce a Paula Alhambra.
“Las sensaciones han sido muy buenas, hacía tiempo que no competía sin agarre, fue difícil y me dejó un fuerte dolor de cabeza por aguantar la luz. Gané la repesca con un wazari y el último combate por ippon de juji gatame, luxación de codo, así que fenomenal también. Me he encontrado bien físicamente, mejor de lo que esperaba, aguantando el ritmo de las jovencitas. De cara al Mundial estoy contenta y con ilusión porque veo que el trabajo va saliendo”, ha explicado Marta, plata paralímpica en Atenas 2004 y en Pekín 2008 y bronce en Londres 2012.
Junto a ella, otra veterana del judo para ciegos, Carmen Herrera, también participó en la Copa de España, obteniendo un quinto puesto en -70 kilos. “Hacía mucho que no competía con agarre en judo convencional, así que en general, estuve luchando por el bronce, aunque perdí. Me falta rodaje de competición, después de los problemas graves de espalda que tuve como secuela de la Covid-19 que padecí en mayo, me parece mentira poder hacer entrenamientos y competir así. Para el Mundial espero mejorar y ofrecer un buen rendimiento”, ha recalcado.
Ambas se unirán a la concentración de la selección española en Málaga, en la que también estarán los hermanos Álvaro y Daniel Gavilán, así como el aragonés Sergio Ibáñez -medallista de plata en los Juegos de Tokio-, quienes compitieron el sábado en la European Cup en la capital de la Costa del Sol. Los cinco, junto a la joven María Manzanero, serán los representantes de España en el Mundial de Azerbaiyán.