Ponte en mi lugar

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El colegio Riomanzanas organiza una actividad de sensibilización con el club de baloncesto en silla de ruedas.

Los alumnos durante una de las actividades organizadas durante la jornada de sensibilización. Foto cedida por el colegio Riomanzanaslaopiniondezamora.es – Nada mejor que ponerse en el lugar de los demás para entender su forma de actuar. En ese reto se han embarcado los alumnos del colegio Riomanzanas de la capital, que han participado en una actividad de concienciación de la mano del club de baloncesto Orto Tres Cruces. «Una experiencia muy especial, entrañable y humana, que tenía el objetivo de acercar el deporte adaptado a los niños y niñas en edad escolar», se pronuncia Fernando Mesonero, organizador de la actividad escolar.

Pablo Martín, entrenador del club deportivo, visitó el centro educativo para contar de primera mano la experiencia que supone vivir con discapacidad y practicar un deporte, además de relatar a los más pequeños cómo fue su participación en los Juegos Paralímpicos de Atlanta 96.

Acompañado por dos monitores, el jugador profesional organizó varias actividades deportivas para hacer partícipes a los niños del modo de enfrentarse al deporte adaptado. Unos ejercicios enmarcados dentro de un circuito de ejercicios paralímpicos, «con el fin de que experimentaran, por ellos mismos, las posibilidades que tienen los deportistas con algún tipo de discapacidad».

La jornada comenzó con una charla interactiva con la participación de los alumnos, en la que les mostraron imágenes de este tipo de deporte.

Más tarde, y divididos en niveles educativos, los escolares se trasladaron al pabellón deportivo de La Josa donde realizaron un circuito creado por los monitores, interesados en acercar la comunidad escolar hacia el colectivo de discapacitados.

Más de 7.000 escolares de toda Castilla y León han podido disfrutar de estas actividades gracias a la colaboración entre la Federación Polideportiva de Discapacitados de la región y la propia Junta,

Estos deportistas intentan que nadie «sienta pena», cuando ve a un persona en silla de ruedas, y que entiendan que «siempre hay una salida», que en su caso, ha sido la dedicación al deporte.

En la página web del equipo BSR Orto Tres Cruces se refleja la vida del entrenador, ahora uno de los más prestigiosos baloncestistas en esta especialidad.

«La vida de Pablo cambió cuando él tenía nueve años: «estaba en el hospital con mi hermano, esperando a mi madre, que trabajaba allí, y vi que una puerta de hierro se iba a caer sobre mi hermano. Intenté que no le pasara nada y la puerta de hierro se me cayó a mí encima. Desde entonces estoy en silla de ruedas». A partir de ahí comenzó un largo periodo de recuperación y terapia: «encontré en el baloncesto una buena terapia ocupacional y luego formé parte del equipo del hospital de parapléjicos de Toledo». Poco a poco, Pablo continuó con este hobby hasta convertirse en un referente a nivel nacional de esta disciplina», según se puede leer en Internet.

Así ha discurrido la historia personal de Pablo, que con su inquietud y esfuerzo logra dar a conocer al resto de la sociedad su pasión por el deporte adaptado.

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