La gallega ha completado un 2018 brillante siendo campeona del mundo, plata en el Europeo, logrando varios podios en las Series Mundiales y número uno del mundo.
Jesús Ortiz / dxtadaptado.com
Dejó el deporte durante dos años tras quedarse a las puertas de los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008 como atleta pese a tener la mínima. Las heridas se cerraron poco a poco y regresó a la competición con más fuerza gracias a una nueva ilusión, el triatlón. La vida de Susana Rodríguez, con un 10% de visión debido a su albinismo, es una constante de esfuerzo, perseverancia y tenacidad, de no rendirse nunca ante la adversidad. La gallega ha completado un 2018 brillante siendo campeona del mundo.
Pregunta.- Oro en el Mundial, plata en el Europeo, un par de podios en las Series Mundiales y número uno del mundo, ¿qué balance hace de 2018?
Respuesta.- Ha sido mi mejor año deportivo, el balance ha sido muy positivo y las sensaciones muy buenas. Por fin el trabajo de todos estos años empieza a dar sus resultados. Me costó mucho empezar en triatlón, sobre todo, adaptarme a las distancias de la carrera a pie porque venía del atletismo, una modalidad muy distinta, y estos años me iban saliendo mejores marcas entrenando, pero en las competiciones no estaba tan fuerte, hasta esta temporada.
P.- El culmen fue el oro en el Mundial en Gold Coast (Asutralia), el segundo que consigue en su carrera, ¿se lo esperaba?
R.- El oro en el campeonato del mundo ha sido lo más especial de esta temporada, lograrlo otra vez seis años después. He sobrevivido a todos los cambios que ha tenido el paratriatlón, a pesar de las nuevas rivales, de haber estudiado una carrera de por medio y de tener que trabajar, sigo ahí arriba. No me lo esperaba porque llevaba varios años quedándome a las puertas de la victoria, pero ya en el Europeo nos quedamos a 25 segundos del oro y lo veíamos más cerca.
P.- Vaya estreno con Paula García, ¿ha encontrado a la guía perfecta?
R.- Este primer año con Paula ha sido muy bueno, hemos aprendido mucho, vamos conociendo nuestros puntos fuertes y débiles. Es una guía muy positiva y apropiada para mí porque nos complementamos mucho. Me aporta seguridad y un gran espíritu competitivo porque es una persona muy luchadora de principio a fin y me lo transmite. Nuestro punto fuerte son las transiciones y la carrera a pie, mientras que debemos mejorar en bicicleta y afianzar los tiempos que hicimos en natación en el Mundial. En los últimos años he tenido varias guías, como Mabel Gallardo, que me rescató de un momento muy difícil ya que estaba perdiendo la motivación por este deporte que tanto me gusta y le agradeceré siempre su ayuda por todo lo que pude aprender.
P.- Este año también ha tenido situaciones complicadas, estuvo a punto de no competir en el Europeo, ¿qué pasó?
R.- El viaje de vuelta desde Lanzarote hacia Vigo antes de marcharnos a Estonia supuso una complicación importante porque el tándem de competir se vio dañado y era imposible correr con él. Llegamos con mucha tensión pero afortunadamente tenía otra bici y con el apoyo de mi familia y de mi mecánico pudimos participar. Si Ryanair no hubiese roto el tándem, podríamos haber dado la sorpresa también en el Europeo.
P.- ¿Cómo compagina los entrenamientos y la competición con su labor como doctora en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela?
R.- Es complicado, tengo que renunciar a muchas cosas, no tengo descansos, pero cuento con una estructura de personas detrás como la familia, entrenador, guía y compañeros de trabajo que me ayudan mucho. Me levanto a las 6 cuando tengo que meter una sesión de entrenamiento de rodillo. Mí día a día se basa en trabajar en el hospital por la mañana y entrenar por la tarde, estudiar antes de dormir y pasar mucho tiempo en el tren entre Vigo y Santiago. Me han dicho muchas veces que sería imposible compatibilizar los estudios y el deporte de alto rendimiento, pero he demostrado que no tenían razón.
P.- Ha tenido que superar muchos obstáculos para llegar a la élite, ¿recuerda sus inicios?
R.- El ser un referente en el triatlón mundial no quita que deje de recordar ciertas experiencias, entre ellas mi primera carrera en Gijón con Iris Toral en un duatlón, ahí empecé a darme cuenta de que este deporte me engancharía por completo. No sé ni cómo terminamos la prueba porque estaba en un mal estado de forma pero disfruté mucho y a raíz de ello pude conocer el triatlón. Tampoco olvidaré el quedarme fuera de los Juegos de Pekín 2008 como atleta porque sigo considerando que fue muy injusto, es algo que le ha pasado a más deportistas y que seguirá ocurriendo, siempre habrán decisiones burocráticas. Ahora lo miro desde la distancia y estoy muy conforme a nivel deportivo con todo lo que me ha traído aquella decisión.
P.- Después de un año tan bueno, ¿cómo enfocas la próxima temporada?
R.- 2019 es un año importante porque comienza el periodo de clasificación para Tokio 2020. Las carreras que disputaré serán las Series Mundiales de Milán, Yokohama y Montreal, el campeonato de Europa en Valencia y el Mundial en Lausanne (Suiza). Nuestra idea es encaminar en estas tres últimas pruebas la clasificación matemática para los Juegos.
P.- ¿Qué objetivos se marca?
R.- Firmaría repetir un año como el 2018, por muy ambiciosa que sea es difícil de igualar, pero lo vamos a intentar. Me gustaría volver a ganar el campeonato de Europa, es algo que me motiva más porque se celebra en España, es un título que solo logré en 2014, tengo dos platas y dos bronces y quiero otro oro.
P.- Y en 2020 llegan los Juegos de Tokio, ¿se ve con más opciones de medalla que en Río de Janeiro 2016?
R.- Es innegable que el objetivo que tenemos para Tokio es estar en el podio, pero el día D a la hora H puede pasar cualquier cosa, todas quieren ganar. Me gustaría mejorar mi quinto puesto de Río y lo vamos a dar todo. Llegaré en un momento bueno de edad y de madurez, la experiencia en el deporte es muy importante, sobre todo, en este tipo de carreras de un día y espero que eso nos pueda ayudar.