Tras casi dos años de ausencia de competiciones internacionales de envergadura, la selección española de atletismo ya está preparada para disputar el Mundial, la primera cita importante tras los Juegos de Tokio. España acude a París con 41 deportistas -10 de ellos guías-, un conjunto de atletas entre los que destaca una mezcla de veteranía y juventud. El campeonato será una pasarela hacia los Juegos Paralímpicos de 2024, ya que los cuatro clasificados por prueba obtendrán billete para su país.
El equipo español tratará de mejorar el resultado de Dubái 2019, donde cosechó ocho preseas (cinco platas y tres bronces). En el estadio parisino de Charléty habrá diez debutantes y competirán 18 de los 22 atletas que estuvieron en Tokio hace dos años. La Federación Española de Deportes para Ciegos es la que aporta el grupo más nutrido. Encabeza la lista la pareja formada por Gerard Descarrega y Guillermo Rojo, oro paralímpico en Tokio en 400 metros T11. La dupla llega en un gran momento, con la mejor marca del ranking tras haber bajado este año de los 50 segundos (49.84, a dos centésimas del récord mundial).
“Después de dos años en blanco estamos con ansias de poder estar en una competición con los rivales. Estamos en buena forma y vamos a pelear por el oro, somos ambiciosos. El Mundial de Dubái nos salió bastante mal -fueron descalificados- y nos queremos quitar esa espinita. También correremos los 100 metros, prueba en la que estoy en mi mejor versión. Intentaré bajar mi marca personal y estar entre los tres o cuatro primeros, sería un buen resultado”, comenta.
También en 400 T11 participará el dúo integrado por Eduardo Uceda y Jorge Gutiérrez, bronce en el último Europeo y diploma en Tokio. “Esta primera cita mundialista la afronto con felicidad y con un poco de nervios por lo que me voy a encontrar. Sí he competido en unos Juegos, pero tienes ese miedo por saber cómo te puede salir. Estoy con ganas de comerme el mundo, podemos dar la sorpresa y estar entre los tres primeros. Luego haré los 100 metros con Jaime del Río como guía, y también el salto de longitud, algo nuevo para mí, prueba en la que deseo conseguir buenas marcas y alcanzar los seis metros”, afirma el madrileño.
La gallega Adi Iglesias, estandarte del atletismo español, tratará de atacar el doblete de la velocidad, 100 y 200 metros T13: “Lo difícil es lo que me atrae; estoy suficientemente preparada para obtener medallas en ambas pruebas, tengo opciones”. Una de las jóvenes velocistas del equipo, Alba García, espera en desplegar su mejor versión después de un año cargado de cambios. “Cambié de categoría (T11) y de guía, ahora con Diego Folgado, con el que llevo nueve meses trabajando, nos estamos adaptando bien y queda camino por recorrer, pero confío en hacer un buen papel en el Mundial”, dice.
“Lo afronto con mayor madurez, ya tengo experiencia en este tipo de competiciones, así que me siento más segura. El objetivo es quedar mejor que en los Juegos de Tokio, mejorar marcas y rendimiento, y disfrutar de lo que hago, porque si no este trabajo no tendría sentido. En salto de longitud voy con buena marca (4,68 metros), bien posicionada en el ranking internacional, voy a luchar por la medalla. En la velocidad es más complicado porque hay gente muy buena, hay mucha competitividad e intentaré mejorar los registros de este año”, añade.
En el Mundial de Dubái en 2019 debutó Yassine Ouhdadi con la selección española, logrando dos preseas. El fondista tarraconense, oro paralímpico en 5.000 metros, acude ahora a París con el reto de ser campeón del mundo. Está en un momento dulce y llega pletórico después de batir en las últimas dos semanas los récords de España de 1.500 y 5.000 metros categoría T13, pruebas en las que buscará el oro. “He ido progresando en cada competición este año, me veo mejor y llego a tope, con muy buenas sensaciones. Estoy con opciones de ganar en las dos distancias, preparado para adaptarme a cada carrera y voy a por todas, quiero estar en lo más alto”, recalca.
Hace tres años Héctor Cabrera se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Estuvo cerca de perderse los Juegos de Tokio porque el dolor no remitía y no podía entrenar en plenitud de condiciones. Pero llegó a la capital japonesa y cazó un bronce con la jabalina que supo a gloria después del calvario. Pasó por segunda vez por el quirófano y tras un largo proceso de recuperación, al fin sonríe. “Mentalmente fue muy duro, sobre todo, la primera operación, porque estaba a las puertas de Tokio y me jugaba mi carrera deportiva. En la segunda he tenido más tiempo para recuperarme con calma, he trabajado con expertos y puedo decir que me encuentro bien, a un 90% de mis posibilidades”, asegura.
El valenciano se dispone a disputar su cuarto Mundial: en Doha 2015 fue quinto, en Londres 2017 bronce y en Dubái 2019 plata. “Llego bien y con buenas expectativas, aunque hace poco me diagnosticaron pubalgia y sufrí una fisura en el pie. Vuelvo a lanzar los metros anteriores a la lesión, estoy en 56-57 metros, pero espero estar por encima de los 60, marca en la que se mueven varios rivales. El resultado deseado sería estar entre los tres primeros, pero el objetivo es no lesionarme, sería un gran logro -ríe-. Haré igual que en Tokio, me jugaré mis cartas en el primer lanzamiento. Quiero dar mi mejor versión y disfrutar de la competición”, apostilla.
Álvaro del Amo, especialista en lanzamiento de peso y de disco F11, busca dar un paso adelante y colarse entre los mejores: “Llego con muchas ganas y con mucho trabajo a las espaldas, con ilusión de volver a un campeonato internacional. Me veo más fuerte en el disco, lo llevo más entrenado y habrá que competir”. Iván Cano, plata paralímpica en salto de longitud, aspira a subir al podio en la capital parisina. En mundiales ganó una plata en Doha 2015 y un bronce en Dubái 2019.
“Se afronta con ganas, han pasado muchas cosas desde Tokio y va a ser un buen punto de partida para ver dónde estamos y hacia dónde queremos ir. La vida me ha enseñado que en este deporte nada es imposible, pero hay que ser prudente y ese día dar lo mejor de ti, esa es la única manera de que salgan bien las cosas. Estoy cerca de mi marca, 7,04 metros, creo que se puede mejorar en París. Firmaría estar en el podio porque no me gusta cerrarme a un color de medalla, estoy listo para todo”, relata el alicantino.
Junto a ellos también estarán Kim López, quien finalmente ha decidido viajar a pesar de que arrastra una lesión en el codo derecho, Sara Martínez, Sara Fernández, Cristian Benítez, Winsdom Ikhiuwu, Alberto Suárez, Joan Munar, Lía Beel, Gara Fuentes, Melany Berges, Nagore Folgado, Joan Sirera, Iván Hernández Uviedo, Paula Heras y Martín Parejo. Y los guías José María Marvizón, Marco Antonio Illescas, Sergio Díaz del Campo, Jorge Gras, Javier Zaplana y Raúl Gracia.
La Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física llevará a cuatro deportistas: Sara Andrés, Alberto Ávila, David Fernández y Desirée Vila. “He cambiado mucho desde Dubái, que fue mi segunda competición internacional, han pasado muchas cosas, como mi presencia en unos Juegos, que marcan un antes y un después. Los años hacen que madures, aprendas y mejores, ahora me veo más preparada a nivel físico y mental. Estoy con ganas de disputar mi tercer mundial, si contamos el de 2014 como gimnasta. Me encuentro muy bien y confiada, hice marca personal en salto de longitud con 4,29 metros. Ha subido mucho el nivel, pero lucharé por conseguir la mejor posición posible y clasificarnos directamente para los Juegos de París”, indica la viguesa.
De la Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual estarán los hermanos Deliber y Dionibel Rodríguez, quienes correrán los 400 metros T20. “Cada vez me siento mejor, con buenos entrenamientos, he mejorado mucho, estoy con ilusión, quiero alcanzar la final y realizar un buen resultado”, subraya Deliber, quien el pasado mes ganó el oro en 400 metros en los Global Games Virtus.
Y de la Federación Española de Deportes de Personas con Parálisis Cerebral y Daño Cerebral Adquirido participarán Judith Tortosa y Miriam Martínez. La alicantina, plata en lanzamiento de peso en los Juegos Paralímpicos, se ha visto obligada a cambiar de disciplina por los problemas de salud derivados de su enfermedad. Ahora competirá en lanzamiento de jabalina F34. “Siento felicidad al verme en la lista, es una recompensa por todo lo que he pasado para llegar hasta este momento. Han sido tres años muy duros, pero siempre he estado entrenando para las grandes citas. Le doy las gracias a mi federación por confiar en mí y por darme la oportunidad de estar otra vez entre las mejores del mundo”, apunta.
Para la alicantina está siendo un proceso complicado ya que tras una operación le quedó una fisura en la médula que le está dando problemas: “Eso hace que tenga que cambiar una y otra vez de posición, con adaptaciones a la silla, aunque tengo a mi padre que me ayuda a solventarlas. Él es quien me la ha diseñado, sin la silla no habría nada. La sensación con la jabalina es muy buena, es con lo primero que empecé hace tres años, pero era de pie. La posición de sentada se hace algo complicada a todos los niveles, aunque se lleva con ilusión y positividad. Estar en el Mundial es ya una medalla de oro, pero no me conformo con eso. Aun sabiendo todo lo que llevo a las espaldas y mi situación actual, quiero más. Es una categoría muy competitiva, somos más de 25 y ahora estoy la número 11 del mundo, pero quiero estar entre las cuatro o cinco primeras”.