Yassine Ouhdadi: «Quiero hacer historia en París, primero en el Mundial y luego en los Juegos»

El campeón paralímpico en Tokio en los 5.000 metros T13 ya piensa en sus próximos retos. Acaba de romper una barrera tras convertirse en el primer atleta con discapacidad que gana la Carrera Liberty por la Inclusión entre cerca de 6.000 participantes.

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Yassine Ouhdadi se erigió durante 2021 como una de las revelaciones del atletismo español. Venía de ser subcampeón del mundo en 2019 en Dubai, pero fue el año pasado cuando se consagró en la élite internacional con un par de medallas en el Europeo de Polonia y con el oro en los 5.000 metros T13 en los Juegos Paralímpicos de Tokio. Sus marcas denotan lo que es y puede a llegar a ser este corredor, cuyo foco está puesto en las dos grandes citas de los próximos años: “Quiero hacer historia en París, primero en el Mundial de 2023 y luego en los Juegos de 2024”.

Afincado en Tortosa (Tarragona) desde 2002, hasta los seis años creció en la provincia de Ouarzazate (Marruecos), la puerta de entrada al desierto del Sáhara. Las cataratas con las que nació -no tiene visión en el ojo izquierdo y en el derecho tiene un pequeño resto visual- le obligaron a cambiar el fútbol por el atletismo. Se inició en la montaña, después en el barro del cross, en carreras populares y desde hace casi tres años toma galones en la pista.

La pasada temporada batió los récords de España de 1.500 (3:50.79), 3.000 (8:41.01) y 5.000 (14:34.13), su prueba favorita, en la que ganó el oro paralímpico y también logró la plusmarca europea. “He perdido la cuenta de las veces que he visto aquella final en Tokio, fue una carrera perfecta, aún no me lo acabo de creer. No sé de dónde saqué la energía en la última recta para acelerar y llevarme la victoria”, confiesa.

Yassine Ouhdadi junto a Cheptegei en los 10 kilómetros de Cannes.

Yassine asegura que el mayor éxito de su carrera no le ha cambiado la vida, sigue siendo la misma persona humilde, siempre con los pies en el suelo y rodeado de una familia obrera que le enseñó a mirar el mundo desde otra perspectiva. En este año de transición, sin campeonatos de envergadura, el fondista de 27 años se toma el curso “algo más tranquilo, pero sin relajaciones, tengo mucho que mejorar aún. Esa falta de competiciones hace que no esté rindiendo a mi mejor nivel, pero no me preocupa, lo importante será el año que viene”.

Continúa instalado en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat, donde ha dado un salto de calidad a las órdenes de Benito Ojeda. A principios de año participó en pruebas de ruta, como los 10 kilómetros de Cannes -quedó en el puesto 12-, donde coincidió con el ugandés Joshua Cheptegei, campeón paralímpico en 5.000 metros. “Tuvieron el gran detalle de invitarme, correr con gente tan buena es una motivación extra. Cheptegei es un ejemplo a seguir, estuvimos hablando, me dio la enhorabuena por el oro en Tokio y me dijo que, si uno quiere estar arriba, el único secreto es entrenar y no rendirse nunca”, comenta.

El catalán también ha compartido pruebas con algunos de los mejores fondistas nacionales como Adel Mechaal o Mo Katir, pero le gustaría medirse a ellos en un Campeonato de España absoluto. “Existe la posibilidad por mis marcas, pero mi entrenador no me lo va a permitir ahora mismo porque preparar tantas pruebas tiene riesgo de lesión, tenemos nuestros objetivos y estamos centrados en ello. En un futuro espero participar, sería especial para mí”, dice.

El atleta español Yassine Ouhdadi tras ganar el oro en los 5.000 metros T13. Fuente: CPE

Hace unos días demostró una vez más su potencial al romper una barrera y convertirse en el primer atleta con discapacidad que gana la Carrera Liberty por la Inclusión entre cerca de 6.000 participantes, que contó con un recorrido de 10 kilómetros. Yassine voló por las calles de Madrid para ir descolgando rivales e imponerse con un tiempo de 31.48. “Fue una alegría inmensa, no solo por haber ganado, sino por representar a mis compañeros y demostrar que también somos capaces. Es un triunfo del deporte paralímpico”, explica.

Ahora afrontará un mes cargado de competiciones, un control en Barcelona, el Campeonato de España de atletismo adaptado y el de Cataluña, así como el Grand Prix de París la próxima semana. “Es un aliciente correr en Francia, allí se celebrarán el Mundial y los Juegos. Me centraré en el 1.500 y en mejorar mi marca. En julio cerramos la temporada y volveremos en septiembre, quiero aprovechar para descansar y recargar pilas porque vienen desafíos grandes”, recalca.

El atleta de prodigiosa zancada se ha puesto como reto morder metal en el Mundial y en los Juegos Paralímpicos. “Cuando me pongo las zapatillas de correr es para luchar por subir a lo más alto del podio, no pienso de otra manera. En ambas citas iré a por el oro en el 5.000, y me gustaría el doblete, tengo una espinita en el 1.500 ya que en Dubai y en Tokio no lo hice bien y busco la revancha. En París será como correr en casa, allí está mi familia y quiero darles una alegría”, apostilla.

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