El goalball español no sale del pozo. Qué lejos quedan ya aquellos años de éxitos, de luchar por medallas en torneos internacionales o de plantar cara a potencias mundiales. Esta modalidad, practicada por personas ciegas o con discapacidad visual, ha experimentado en los últimos años una remodelación en España, pero de momento el trabajo no está dando sus frutos. El equipo masculino, que lo tenía todo de cara para ascender a la élite continental, no levanta cabeza y de rozar uno de los cuatro billetes para subir, ha pasado a caer estrepitosamente al Europeo C, la categoría más baja de este deporte, por primera vez en su historia.
Los pupilos dirigidos por Paco Monreal llegaban al Europeo B en Matosinhos (Portugal) con el claro objetivo de subir a la división A. Con cuatro plazas en juego, alcanzar las semifinales entraba en las quinielas del plantel español, que cuenta con mimbres suficientes para lograr cotas mayores en la segunda división de este deporte. Sin embargo, el plan no ha cristalizado sobre la pista y ha firmado un enorme batacazo.
Las cosas ya empezaron mal en una fase de grupos en la que España solo pudo ganar un partido. En la primera jornada encajó dos severas derrotas frente a Grecia (5-10) e Israel (6-14). Tampoco fue capaz de superar a Gran Bretaña (6-6), aunque en el último encuentro venció a Suecia por 13-8, con 10 goles de Félix Vargas, para conseguir el último tren para los cuartos de final. El choque en la siguiente fase ante Finlandia era todo o nada. Un triunfo le catapultaba a las semifinales y, por tanto, a la división A. Una derrota le situaba al borde del precipio.
El partido arrancó bien para los de Paco Monreal ya que en el primer lanzamiento marcó Vargas. España aguantó hasta el tramo final de la primera mitad, cuando los finlandeses aprovecharon los errores defensivos del rival para remontar (1-3), e incluso perdonaron con dos penaltis fallados. En la reanudación, Vargas le puso emoción con dos dianas más (3-4). En los compases finales la suerte le dio la espalda al conjunto español, que se encontró primero con la madera y en la última jugada, sobre la bocina, el disparo de Pedro Martín lo repelió un defensa y el balón iba directo a la red hasta que un finlandés evitó el empate casi en la línea de gol.
Empezaba otra competición para España, la de evitar el descenso al Europeo C. Tocados, con la moral por los suelos y con su jugador referencia, Félix Vargas, en el banquillo por una lesión de hombro, la selección salió goleada a manos de Dinamarca (10-3). Y llegaba el partido por el que pocos habrían imaginado que tendrían que disputar. Ni Vargas, que a pesar del dolor que sufría decidió jugar, pudo impedir que España bajase al averno. Polonia fue superior de principio a fin (8-16).
“Lo peor que podía pasar, ha pasado. Lo hemos intentado con todo lo que teníamos disponible, pero terminamos octavos y el año próximo tocará bajar un escalón más. Seguro que es un paso atrás para coger impulso y subir más alto, y lo haremos juntos, como equipo, anteponiendo el nosotros al yo, que es cómo se consiguen las cosas. Lo siento por toda la gente que nos ha apoyado”, ha comentado Paco Monreal.
A la selección femenina tampoco le fue bien y seguirá otro año más en el Europeo B, categoría en la que lleva ya desde 2015, tras concluir en la penúltima posición de un grupo único con un triunfo y cinco derrotas. El buen trabajo realizado este curso no se vio reflejado. Nada pudieron hacer ante las favoritas, Ucrania (0-10), Grecia (5-10) y Finlandia (1-10), así que el objetivo era superar a los otros tres rivales, más asequibles, para colarse en las semifinales. Solo pudo ganar por la mínima a Portugal (9-8) y perdió frente a Hungría (4-5) e Italia (6-10). En el último partido cayó con Portugal 6-7 para terminar sextas. Mucho trabajo tiene por delante esta plantilla formada por Sara Álvarez, Sonia López, Mariola Mariño, Carmen Elisabeth Benítez, Belén Martel y Raquel Rico.