Llevaban sin competir internacionalmente desde Platja d’Aro (Girona) en marzo de 2020, justo antes del confinamiento por la pandemia de la Covid-19. Más de un año después, la selección española de tenis de mesa ha vuelto al ruedo y con un balance positivo tras cosechar cuatro medallas (tres platas y un bronce) en la prueba individual del Open de República Checa, único test que tendrán los palistas antes de afrontar los Juegos Paralímpicos de Tokio.
En clase 1-2 (deportistas en silla de ruedas), Iker Sastre subió al segundo cajón del podio con una plata. Acabó como primero del grupo C con un pleno de victorias tras imponerse por 3-1 al húngaro Endre Major, 3-0 al checo Milan Krejci y 3-0 al eslovaco Marian Kamien. En cuartos de final derrotó (3-0) al checo Pavel Fiala y en semifinales a otro jugador local, Jiri Suchanek, por 3-1. El bilbaíno, número 11 del mundo, cayó en la final por 0-3 con el chileno Luis Rodrigo Bustamante.
En clase 6 Álvaro Valera se tuvo que conformar con la plata en su regreso a la competición. El andaluz, número uno del ranking mundial y que aspira a la medalla de oro en Tokio, arrancó muy fuerte el torneo con tres triunfos contundentes en la fase de grupos: 3-0 al griego Georgios Mouchthis, 3-1 al chileno Ignacio Torres y 3-0 al checo Kristian Jelinek. En semifinales también se deshizo sin problemas (3-0) del bosnio Haris Eminovic.
Pero en la final se vio sorprendido por el rumano Bobi Simion (2-3), vigente subcampeón de Europa y un jugador que nunca le había ganado anteriormente. Valera se adjudicó el primer set, pero el rival le remontó para ponerse por delante. El sevillano tuvo que emplearse a fondo para igualar la contienda tras llevarse el cuarto set (16-14), pero en el quinto y definitivo no pudo contrarrestar la potente zurda de Simion.
La tercera plata para el combinado español la firmó Eduardo Cuesta en clase 11. El mostoleño se plantó en la final tras vencer por 3-0 a los checos Ondrej Vitvar, Pavel Richter y Lukas Schauer. Y en la lucha por la presea dorada frente húngaro Peter Palos, pese a que puso en aprietos al número dos mundial, perdió por 1-3. Por su parte, el catalán Jordi Morales, actual campeón del mundo en clase 7, consiguió un bronce tras ganar en la fase de grupos al checo Zbynek Lambert (3-0) y al serbio Mihajlo Radovanovic (3-1) y ceder en semifinales con el alemán Bjoern Schnake (2-3).