canarias24horas.com – Los alumnos y alumnas de las escuelas de golf y pádel adaptado, que lleva a cabo la Fundación Deporte y Desafío en Canarias y que se celebran junto al curso escolar, cuelgan los palos y raquetas hasta la próxima temporada. «Si puedo hacer esto, puedo hacer cualquier cosa», asegura María Silva, responsable de la delegación de Fundación Deporte y Desafío en Canarias, «ese es nuestro lema, y luchamos continuamente para conseguir mantener estas escuelas abiertas».
La Fundación Deporte y Desafío lleva seis años en Canarias, es una institución cultural, privada, y sin ánimo de lucro, cuyo objetivo principal es la integración social de la persona con discapacidad, tanto física, intelectual como sensorial, a través del fomento de deportes adaptados y actividades al aire libre en un ámbito de normalidad. Hasta este año en Gran Canaria estaban en marcha las escuelas de golf, pero de forma pionera y como novedad se introdujo la disciplina del pádel, sumando al éxito alcanzado en esta modalidad deportiva adaptada en años anteriores.
Junto a los cursos, la organización debe luchar por lograr material adaptado necesario, formar profesionales y voluntariado que puedan ayudar en las prácticas deportivas, prestar ayuda y asesoramiento a las personas con discapacidad y sus familias, pero sobre todo la labor más ardua es la de «buscar fuentes de financiación», asegura la responsable, quien añade que «con la actual situación de crisis que estamos viviendo es cada vez más difícil conseguir ayudas, pero no cejaremos en el empeño, puesto que llevamos unos años ofreciendo esta posibilidad de integración a las personas discapacitadas y sobre todo a los más jóvenes».
En la actualidad empresas como la Real Federación Española de Golf, Banco Santander, Prosegur y Dinosol Supermercados S.L. ya han apostado por financiar estas escuelas, contando además con la predisposición tanto de los centros de enseñanza, como de los clubes donde se imparten.
Los beneficios de practicar deporte para estas personas son incontables tanto a nivel físico-funcional como a nivel cognitivo y psicosocial, entre ellos, mejorar la musculatura, la atención y la memoria, así como el desarrollo de habilidades sociales que repercute también en sus entornos familiares. «Ahora que finaliza el curso, tendremos que empezar a tocar puertas y seguir pidiendo ayudas económicas para poder mantener las escuelas abiertas y si fuera posible ir aumentando de cara al futuro», concluye María Silva.