Plaza Deportiva. Héctor Cabrera Llácer (Oliva, Valencia, 9 de marzo de 1994) es ya una auténtica realidad dentro del atletismo paralímpico valenciano después de un ascenso meteórico durante el 2014 en el que consiguió innumerables éxitos y en el que hizo historia durante los Europeos de Swansea adjudicándose la medalla de oro en la modalidad de lanzamiento de jabalina. Palabras mayores.
Esta temporada que está siendo algo «diferente» en cuanto a su preparación para llegar en plena forma al Mundial de Doha, se avecina «ilusionante» puesto que Héctor Cabrera medirá sus fuerzas con los mejores lanzadores del Mundo Paralímpico.
Sus inicios en el deporte no fueron fáciles, pero aún así, Héctor Cabrera no ha renunciado a cumplir sueño: «De pequeño practicaba todo tipo de deportes, fútbol, natación, tenis o ciclismo. A los 9 años me diagnosticaron una enfermedad visual degenerativa pero no me impidió continuar practicando deporte. Poco después empecé a formar parte de la ONCE, donde participé en unas jornadas de deportes adaptados. Durante las mismas destaqué en varias pruebas, las cuales me hicieron formar equipo con Julio Santodomingo, quién me introdujo en el mundo del Atletismo, y con Vicente Giner, en la disciplina ciclismo adaptado. Ese fue el momento que me enamore del atletismo», recuerda el deportista del Proyecto FER.
Por otro lado, tras cuajar dos años estratosféricos con el primer puesto en el Campeonato Europeo IPC y terminar el año entre los tres primeros del ránking mundial, Héctor Cabrera es ambicioso de cara al futuro y confía en alcanzar una participación paralímpica con sacrificio y trabajo: «Con ilusión y sacrificio sí que afronto el objetivo de estar en Juegos Paralímpicos ya que veo grandes posibilidades de estar entre los grandes del mundo. No obstante, para ello debo entrenar duro. A corto plazo estoy centrado en el Mundial de Doha, marcando como objetivo posterior las Paralimpiadas de Río de Janeiro 2016.
Por último, el deportista del Proyecto FER también destaca que es «fundamental» continuar con su formación académica con vistas al futuro además de esforzarse en asentarse en la élite deportiva.
«Pienso que es fundamental estar bien formado, le dedico parte de mi tiempo, aunque no resulta fácil. Para un deportista ser disciplinado y organizado es necesario. Mi vida se rige por una regla, es una organización temporal basada en ‘la regla de los 3 ochos’ que consiste en tener las 24h de un día divididas en tres apartados de ocho horas que están repartidos en el descanso, en el estudio y en el atletismo. La relevancia de los estudios se ve al finalizar la carrera deportiva. Todos sabemos que la carrera profesional de un deportista tiene fecha de caducidad, por ello es importante una formación académica», concluyó el atleta valenciano.