El piloto asturiano hace historia en Lillehammer (Noruega) tras conquistar una plata y un bronce frente a rivales más experimentados.
Jesús Ortiz / dxtadaptado.com
Sin los recursos económicos e infraestructuras que manejan sus rivales y con pocos entrenamientos en el tobogán helado, Israel Blanco sigue derribando obstáculos y haciendo historia a los mandos de su bobsleigh. El piloto asturiano ha conquistado una plata y un bronce en la Copa del Mundo celebrada en Lillehammer (Noruega).
El deportista corverano, pionero español en esta disciplina deportiva, llevaba un año sin tener contacto con un trineo por la falta de dinero para desplazarse hasta instalaciones europeas donde poder deslizarse. Pero Blanco ha demostrado su talento y potencial en la ‘Fórmula Uno’ del hielo. Se plantó en la ciudad noruega tras recorrer con su coche 3.500 kilómetros y generó grandes expectativas en los entrenos.
El asturiano ratificó sus buenas sensaciones en la primera Copa del Mundo, donde se colgó la medalla de bronce. Se clasificó en sexta posición con un tiempo de 58.86 segundos en su debut tras tocar varios muros, pero mejoró su rendimiento en la siguiente bajada y arriesgó para finalizar segundo y lograr el tercer puesto en la general con un tiempo total de 1:57.54, a 84 centésimas del campeón, el canadiense Lonnie Bissonnette y a 27 centésimas del noruego Kenneth Jorgensen.
Blanco completó su gesta este domingo con su segunda presea, voló por el circuito en la primera bajada de la jornada logrando el mejor tiempo de los 17 participantes (58.17 segundos), pero la segunda manga «fue horrorosa, quedé en el puesto 15, a partir de la curva siete no pude dirigir el bobsleigh y llegué como pude a la meta».
«La plata y el bronce me saben a oro, me marcho muy contento con dos medallas. Llevaba un año sin tocar el bobsleigh y compito frente a rivales que ya han participado en las cuatro anteriores Copa del Mundo, con más rodaje», ha explicado el deportista, que con 21 años perdió la pierna izquierda en un accidente laboral y sufrió daños en la derecha.
Un hito más el que ha firmado Blanco, que sueña con poder representar a España en unos Juegos Paralímpicos de invierno. De momento, tendrá que esperar ya que el parabobsleigh no ha sido incluido en el programa de Pekín 2022. «Fue una decepción, pero aún existe una pequeña posibilidad de que entre en los Juegos. No tengo pensado retirarme, voy a seguir mientras tenga posibilidades para acudir a las pruebas», ha añadido. Sin respaldo, con muchas barreras pero cargado de ilusión, continuará con su odisea la próxima semana en la Copa del Mundo de Oberhof (Alemania).