Joma, TS System y Orbea implementarán en sus prendas sensores del Instituto de Biomecánica

0
34

VALENCIA (VP). La historia de Oscar Pistorius, el atleta sudafricano paralímpico que ha hecho historia convirtiéndose en el primer amputado en competir en un torneo de la envergadura del Mudial de Atletismo, supone tanto un hito deportivo, como un triunfo para la ciencia. Tras vencer el pulso con la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, el deportista se ha colocado en las semifinales de 400 metros (aunque finalmente no haya accedido a finales) gracias a las prótesis transtibiales en forma de cuchillas de fibra de carbono que sustituyen a sus dos piernas amputadas. Una tecnología digna del mejor cine de ciencia ficción al más puro estilo ‘Blade runner’ que también trabaja a la perfección el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV).

Pero aunque las prótesis personalizadas son una de las especialidades del área deportiva Instituto, sus trabajos durante este año se centrarán más en la implementación de su tecnología para prendas adaptadas a la práctica deportiva. La firma de ropa ciclista Orbea y otras como Joma, Sorin Group y TS System son algunas de las compañías de material deportivo que utilizarán la ciencia del IBV con sensores y biosensores que detecten la fatiga muscular y ayuden en la prevención del estrés térmico y eviten situaciones cardiovasculares que generan problemas como la muerte súbita vista en jugadores de futbol durante la práctica.

Pero además de la ropa biomecánica, el Instituto es ya un reconocido especialista en prótesis para la práctica deportiva, como las de Pistorius. «Este tipo de prótesis se realizan de forma 100% personalizada cuando se trata del ejercicio del deporte de élite», explica David Rosa, director de Deporte del IBV, a Valenciaplaza.com. En el centro, se analiza la interacción del cuerpo del deportista con los entornos y elementos de la práctica (pavimentos, canastas, raquetas…). «Para la producción de cualquier prótesis o elemento biomecánico deportivo, se tiene en cuenta tanto la facilitación de la práctica del ejercicio en sí como la mejora del rendimiento en competición».

En el caso de prótesis como las del atleta Pistorius, «se debe tener en cuenta el rango articular de las extremidades, la capacidad física del deportista y evaluar el ciclo de marcha, pues será diferente la prótesis si es para una carrera de 100 metros o para una de 400». Además, explica David Rosa, debe tratarse de distinta forma el equipo si el atleta ha practicado con anterioridad el deporte y es pleno conocedor de su cuerpo en tal actividad, o por el contrario, es recién iniciado en la práctica.

Sin embargo, las prótesis biomecánicas adaptadas a las «necesidades especiales» (Rosa prefiere denominar de esta forma a las personas con disfuncionalidades crónicas o puntuales) no son la única actividad del Instituto, que también se dedica a la evaluación del comportamiento del deportista, análisis del calzado para equipos de fútbol, pavimento deportivo o recomendaciones para las instalaciones. El centro aporta su trabajo para la Federación Española de Ciclismo en pista, para quienes estudia la ergonomía de las bicicletas, o para equipos como el Valencia C.F. o el Barcelona F.C, que cuentan con su tecnología en servicios médicos. Kelme y Joma también utilizan la ciencia del IBV para su calzado deportivo.

En general, el área deportiva del IBV trabaja en materia de instalaciones y equipamientos, y la actividad física para mejorar la calidad de vida y el rendimiento de trabajadores y deportistas y de cualquier persona que practique deporte, a través de la investigación en biomecánica, ergonomía, incluyendo la adaptación emocional y en funcionalidad. «Por ejemplo el trabajo en el ciclismo determina mos los ajustes óptimos de la bicicleta atendiendo a las características antropométricas del deportista, analizadas con anterioridad mediante un escaneado 3D de cuerpo completo del ciclista, pero si se personaliza para un deportista con necesidades especiales, el grado personalización tiene en cuenta muchas más variables».

Con un equipo de 250 profesionales de alta cualificación, el IBV, junto a las colaboraciones con personal de la Universidad de Valencia, puede presumir de liderar un nivel de investigación y ciencia punteros, y sin embargo, la Comunitat «carece de un número importante de sectores empresariales centrados en un producto tan especializado», comenta el director de Deporte.

Sin embargo, el IBV colabora también con organismos como la Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad Física, o el Consejo Superior de Deportes, así como otras con quienes ha editado conjuntamente varias guías y manuales de ‘buenas prácticas’ en materia de accesibilidad para personas con «necesidades especiales».

EL DEPORTE, UN SECTOR QUE MUEVE 9.000 MILLONES

Aunque el sector privado no destaque por su inversión en biomecánica para necesidades especiales, a nivel nacional, la industria deportiva no deja de ser una oportunidad de negocio. Se trata de un sector que genera más de 110.000 puestos de trabajo en España y que genera 9.000 millones de euros al año, aproximadamente el 2% del Producto Interior Bruto. Por ello, el Instituto participa también activamente en Inesport, el organismo del Ministerio de Ciencia que estructura la actividad de la industria para unificar la visión nacional y trasladarla a la UE.

Pero en un contexto más local, el área deportiva del Instituto se encuentra inmerso en un proyecto junto a la Fundación Deportiva Muicipal del Ayuntamiento de Valencia, el Imserso y la Once, con quienes ha formado un consorcio para adaptar todas las instalaciones deportivas «no sólo a la asistencia, sino también a la práctica del deporte por personas con distintas necesidades». Aplicarán los resultados obtenidos en un proyecto anterior, el MAID (Mejora y Armonización de las Instalaciones Deportivas en España) en el que el asociado fue el Consejo Superior de Deportes.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí