Jordi Madera: «Si no pensara en ganar una medalla en Tokio preferiría darle mi plaza a otro compañero»

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El catalán es uno de los mejores maratonianos del mundo en silla y en los últimos años no ha bajado del Top 6 en las ‘World Marathon Majors’. Su siguiente reto, pelear por el podio en los Juegos Paralímpicos.

Jesús Ortiz / dxtadaptado.com

El 2000 fue el año en el que un accidente de tráfico cambió su vida de forma radical. Seis meses hospitalizado y una lesión medular completa. Jordi Madera supo revertir la situación y el atletismo fue su aliado. Lleva 15 años al más alto nivel, volando a los mandos de su silla sobre el asfalto de las maratones más prestigiosas. Dos diplomas en los Juegos Paralímpicos, medallas en europeos y en mundiales y grandes resultados en las ‘World Marathon Majors’ son parte de su hoja de servicio. Aún tiene cuerda para mucho más. Ya tiene mínima B para acudir a Tokio 2021, donde espera plantar batalla y soñar con el podio.

Pregunta.- En breve se cumplirán dos décadas del día que su vida viró de rumbo, ¿qué le ocurrió?

Respuesta.- ¡Uf! Me parece increíble que hayan pasado ya 20 años, cómo corre el tiempo. Es algo que siempre tendré grabado, era un chaval muy trabajador, tenía un buen puesto en una empresa de la construcción y manejaba una máquina excavadora. Un día tras salir de la obra intenté incorporarme a la autovía y se rompió una pieza de la dirección de la rueda del coche, que se salió de la carretera y dio varias vueltas de campana. Una patrulla de la Guardia Civil iba en ese instante detrás y los agentes no se lo creían, el vehículo giró de forma brusca hacia la derecha y no lo pude controlar.

Jordi Madera, a la derecha, en una de sus primeras maratones.

P.- La silla, ¿le ha dado más de lo que le quitó?

R.- Pues nunca me lo he planteado, aunque estoy seguro de que las cosas que estoy haciendo ahora, como competir en atletismo, dedicarme profesionalmente al deporte, viajar por el mundo o conocer diferentes culturas no lo habría hecho sin el accidente. El destino lo quiso así y no le doy vueltas ni me pregunto por qué me pasó a mí. Tengo que dar gracias de que estoy vivo, mi vida continuaba, aunque fuese en una silla de ruedas. Estoy muy feliz con todo lo que me ha pasado desde entonces, eso me hizo valorar las cosas que tengo y crecer como persona.

P.- El atletismo se cruzó en su camino cuando iba a probar el baloncesto en silla.

R.- Cuando estaba en rehabilitación en el Hospital Guttmann me dijeron que probase el baloncesto en silla y antes de llegar al pabellón de Granollers, donde vivía, me acerqué a la pista de atletismo y me impactaron los deportistas que iban sentados en sillas y a gran velocidad. Al final ni toqué el balón de baloncesto, probé el atletismo y me enganchó, quería llegar a la élite y hoy día puedo decir que cumplí ese sueño, con mucho trabajo, dedicación y esfuerzo. Me siento un privilegiado por poder dedicarme a lo que más me apasiona.

P.- ¿Recuerda su debut como maratoniano?

R.- Sí, es imposible olvidarlo. Fue en 2002 en Vic (Barcelona), llevaba cuatro meses y medio preparándome con la silla, aún no había sido capaz de pasar de 20 kilómetros entrenando y la gente del Club de Atletismo Granollers me animó a participar, peor me decían que hiciera solo media maratón. Éramos siete atletas en silla y había premios para los cinco primeros. Salí el último y cuando pasé por el kilómetro 10 un compañero pinchó y se retiró. Un poco más adelante otro tuvo un problema mecánico y también abandonó. Me encontré que iba quinto, quería el trofeo, había completado la mitad de la prueba y quise continuar. Me costó un mundo, ya estaban dando los premios tras cruzar la meta (ríe), hice tres horas y 23 minutos, cuando mi récord está ahora en 1:22.10. Mis compañeros se llevaron las manos a la cabeza. Acabé con los brazos hechos polvo y estuve varios días con tendinitis y ampollas.

Jordi Madera durante el Mundial de Londres 2017. Fuente: CPE

P.- Desde su debut con la selección española en 2005 hasta ahora ha construido un palmarés brillante. ¿Cuáles son sus logros más especiales?

R.- Fue muy importante mi primera victoria en el extranjero, en Oensingen (Suiza), pero me quedo con los diplomas en maratón que conseguí en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008 y Río de Janeiro 2016. Con el tiempo lo valoro más por lo difícil que es que te etiqueten con la palabra paralímpico. No todos los deportistas tienen la suerte de acudir a unos Juegos, son palabras mayores, cuatro años de trabajo muy duro. Para mí, esos diplomas fueron como ganar una medalla.

P.- Esta temporada apenas ha podido competir, pero consiguió otro hito de los que puede presumir, completar las seis World Marathon Majors.

R.- Tenía muchas ganas de lograrlo. He rodado varias veces y con buenos resultados en Nueva York, Chicago, Boston, Londres y Berlín, pero me quedaba la de Tokio. En 2019 participé y tuve que retirarme en el kilómetro 17 por hipotermia. Este año la organización volvió a invitarme y pese a la difícil situación por la crisis sanitaria del coronavirus, al final decidieron celebrarla. No sabía si viajar, pero en España aún no éramos conscientes de la gravedad y allí me planté. Entre extraordinarias medidas de seguridad pudimos competir y quedé muy contento, cuarto clasificado a pocos segundos del podio. Lo importante es que al fin completaba las seis World Marathon Majors.

P.- A su vuelta a casa, confinamiento por la crisis sanitaria del Covid-19, ¿cómo lo ha llevado?

R.- Llevaba dos años seguidos compitiendo y sin tener descanso, muchos viajes, horas de entrenamientos, alimentación estricta y, sobre todo, no estar al lado de mi familia. Este parón me ha venido bien y lo he visto desde el lado positivo, para mí estos dos meses han sido como unas vacaciones, he podido recuperar el tiempo con mi mujer y con mi hija, que nació el año pasado y ahora la estoy viendo crecer, es lo que más me llena. Es cierto que sentí impotencia porque estaba mentalizado para los Juegos Paralímpicos y se han aplazado. Pero el deporte queda en un segundo plano por la dramática situación que estamos viviendo. Ojalá esto haya servido de toque de atención para el mundo, hoy estamos aquí, pero mañana no sabemos qué pasará con nosotros.

Jordi Madera en Río de Janeiro 2016. Fuente: CPE

P.- ¿Cómo ha sido la vuelta a los entrenos al aire libre?

R.- No he parado de hacer rodillo en casa, pero ya estaba saturado. Por fin recupero esa sensación de libertad, la adrenalina que te da la velocidad, el notar el sol y el viento en la cara, las cosas que me atrajeron de este deporte al principio. Cuando salí a la calle de nuevo me sentí como si montase en una silla de atletismo por primera vez.

P.- ¿Se ve en Tokio 2021?

R.- Eso espero. La última noticia que tengo de la Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad es que me respetan la mínima B que hice en Oita (Japón). Para la A me pedían 1:21.01 e hice 1:21.02. En realidad, al 99,99% es mínima A, así que confío en estar en los Juegos. Ya me llevé un palo fuerte en Londres 2012 y también en Río 2016, aunque al final fui repescado para ir a Brasil por la sanción a los rusos. No soy un deportista de palabras, sino de hechos, sigo siendo competitivo y me gustaría que eso lo tengan en cuenta. Desde que vine de los Juegos de 2016 no me he bajado del Top 10 y en las World Marathon Majors me he metido entre los seis primeros en todas, consiguiendo podio en Chicago. Más no puedo hacer. Hay deportistas que van a unos Juegos porque en su disciplina no tienen tanta rivalidad y es más sencillo. En atletismo en silla hay mucho nivel y competencia.

P.- Un hándicap más es que compite en la categoría T54 ante rivales con más movilidad que la suya.

R.- En el deporte paralímpico el dopaje que existe es la propia discapacidad. Es decir, mi movimiento es más reducido porque no tengo sensibilidad en lumbares ni en la zona abdominal para controlar mi cuerpo y tengo que medirme a gente que tiene solo una amputación y pueden darle más potencia a la silla, así que ya empieza a ganarme desde la línea de salida. Por mucho que haga, no voy a tener la misma musculación que ellos. Es injusto, tienen más movilidad de tronco y dorsales, pero es lo que hay, trato de superarlo a base de entrenar más horas.

P.- 8º en Pekín 2008 y en Río 2016, ¿sueña con una medalla en Tokio?

R.- Por supuesto, me siento fuerte, motivado e ilusionado. Si no pensara en que puedo ganar una medalla preferiría darle mi plaza a otro compañero. Tengo una fecha y una hora de competición en mi mente, todo va enfocado a prepararme para ese momento. En Río de Janeiro me quedé a tres segundos de la medalla de bronce y en varias maratones he ganado al sprint a gente que han sido medallistas paralímpicos. Sé que estoy entre los mejores. La vida te da oportunidades, pero tienes que entrenarlas y trabajarlas, hacerlo muy bien. Ese día lo tengo que dar todo y lucharé hasta el último momento para subir al podio.

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