El padel está en pleno crecimiento y expansión.
radiointereconomia.com – El número de adeptos y las licencias federativas aumentan año tras año y gracias a asociaciones como ASPADO es capaz de llegar a personas con distintos tipos de discapacidad.Una de las claves del éxito que está aglutinando el pádel en los últimos tiempos es el factor de integración social que supone.Además, el hecho de que se trate de un deporte ameno y dinámico que no requiera de un gran nivel para llegar a entretenerse, favorece toda esta expansión.
Y es que el padel quiere llegar a todas las personas sea cual sea su condición.En este contexto surge la entidad no lucrativa Asociación Pádel Para Todos (ASPADO), que trabaja por la integración social de las personas con discapacidad a través de la practica de este deporte.ASPADO cuenta con cinco delegaciones -Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía y Canarias-, algo más de dos centenares de socios y 18 escuelas en las que atienden a unos 250 personas con multidiscapacidad, desde niños hasta adultos.
El esfuerzo y mérito de todos y cada uno de estos jugadores se puede ver reflejado en que muchos de ellos son capaces de impartir clases de padel como monitores a niños sin ninguna discapacidad.Al frente de la asociación se encuentra María de la Rocha, médico de profesión y una mujer de firmes convicciones que lleva tratando con la discapacidad desde bien joven, ya que su hermana pequeña tiene parálisis cerebral desde los 4 años.
Jugadora profesional de padel, seleccionadora de menores y juez árbitro, decidió embarcarse en el proyecto ASPADO en 2004.»ASPADO surge porque se unieron tres cosas muy importantes en mi vida. Desde pequeña he tratado con la discapacidad por mi hermana, soy médico y siempre me ha atraído ese mundo, y mi amplia experiencia en el mundo del padel», ha relatado De La Rocha.»Empezamos a probar la metodología del padel adaptado en los chicos con discapacidad y comprobamos que el efecto que provoca es maravilloso, ya que se adapta fácilmente a todos», ha señalado.
La Asociación tiene tres actividades principales: escuelas en delegaciones, cursos y torneos nacionales. Para Kiki, así la llaman cariñosamente, el éxito de ASPADO es «una auténtica locura».»Actualmente estamos en cinco delegaciones y en septiembre abriremos Galicia y Cataluña, pero es que además hay interés por parte de Aragón, Valencia y Extremadura», ha declarado.ASPADO estructura su escuela única y exclusivamente en función del nivel de padel de los alumnos, sea cual sea la discapacidad.Cada año organizan dos cursos de monitores de padel adaptado.
Para Kiki lo más importante «no es contar qué es el padel adaptado, es entrar en pista y ver qué sientes dentro. Al que le de pena no sirve para esto, es una falta de respeto porque ellos piden límites igual que cualquier otra persona, por ello estamos iniciando un estudio de idoneidad de monitores para deporte adaptado».
Una de las actividades más atractivas son los Torneos Nacionales. Hay dos modalidades, la de pie -discapacidad intelectual/física que compiten en su nivel correspondiente y en el que existen tres categorías: habilidades deportivas, adaptado nivel bajo y alto y competición- y la modalidad de silla de ruedas.En junio celebraron en el polideportivo de Valdebernardo (Madrid) el quinto Nacional en el que competieron 150 personas con discapacidad de entre 5 y 59 años en modalidad de pie, y de silla de ruedas en El Bosque de los sueños (León).
ASPADO es ha sido analizada en varios estudios elaborados por organizaciones sobre los efectos que provoca el padel en las conductas de los discapacitados.En el plano más negativo, De la Rocha cita a las federaciones, ya que tienen mucha «reticencia» a involucrarse con la discapacidad.»Lo de la Federación Española de Pádel es de juzgado de guardia. Hablan de una clasificación funcional -agrupar jugadores con el mismo grado de discapacidad- que resulta inviable.
No se podría hacer un cuadro de amputados porque apenas habría parejas».Señala también que el padel adaptado da «mucho prestigio», pero muchos empresarios solo pretenden sacar «beneficios económicos», aunque el prestigio que consigue el club «es lo más valioso que hay».A pesar de algún inconveniente y del duro trabajo que supone llevar ASPADO, Kiki se ha mostrado «la persona más feliz del mundo» ya que «es lo mejor que he hecho en la vida con el padel. Es una satisfacción muy grande cuando ves a un alumno que no la cogía ni con la mano y está jugando en la pista».