“El optimismo es la fe que conduce al logro. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza”. Esta cita de la escritora norteamericana Helen Keller encaja con la forma en la que Álex Sánchez Palomero afronta cada reto en su vida. El salmantino es sinónimo de reinvención constante a través del deporte. Cosechó éxitos en la natación, como un bronce en Pekín 2008, y desde hace unos años brilla en la élite del triatlón, siendo también bronce en Tokio 2020. Ávido de nuevos desafíos, se acaba de embarcar en una “loca e ilusionante” aventura en la nieve: el biatlón, una ignota modalidad paralímpica en España que combina el esquí de fondo y el tiro.
Allá por 2017 el aragonés Rafa Solís fue el primero en probarla, pero su andadura por el manto blanco no cristalizó y desde entonces esta disciplina está huérfana de españoles. Ahora es Álex el que toma el testigo con la intención de llegar a competir a nivel internacional. “Hace poco en una charla con mi amigo y referente Ricardo Ten, comentamos la posibilidad de hacer un tercer deporte y le dije que sería brutal si encima era de invierno. Estas Navidades cogí la Covid-19 y mientras estaba encerrado en mi habitación me dio por plasmar esa idea y contacté con la gente adecuada para decidirme”, explica.
La pasada semana cambió el sol y la calidez de Palma de Mallorca por el frío y la nieve de la estación de Baqueira Beret, en el Valle de Arán (Lérida), para participar en el Campus Inclusivo organizado por la Fundación Jesús Serra y el Centro de Deportes de Invierno Adaptados. “Tengo el apoyo de la Federación Vasca de Deporte Adaptado, de los técnicos del CDIA y de deportistas como Irati Idiákez, Raquel Martínez o Pol Makuri, la gran referencia del esquí de fondo y que se está implicando para que este proyecto cuaje. Me estoy encontrando tantas ganas y profesionalismo, que voy a poner todo de mí para estar a la altura. Ya lo dice Yoda en ‘Stars Wars’: ‘Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes’. Una vez que me meto es para ir a por todas”, recalca.
Eso sí, es consciente de que parte desde cero, como un folio en blanco, en un deporte de resistencia, velocidad y precisión en el que se fusionan la capacidad aeróbica necesaria para recorrer hasta 15 kilómetros con los esquís y la templanza para realizar disparos a dianas situadas a 10 metros. “No he cogido una carabina en mi vida y solo esquié en una ocasión con 13 años, pero todo es entrenar, nada te puede achantar, con trabajo y humildad voy a por ello. Cuando empecé en triatlón no me había montado antes en una bici de montaña y sabía que podía hacerlo. Soy súper realista y sé que en la nieve tengo más contras, lo he analizado bien, pero quiero intentarlo. Me considero una persona soñadora y atrevida, no sé hasta dónde llegaré, tendré que descubrirlo”, afirma.
Sin tiempo que perder, lleva varias semanas empapándose de biatlón con la visualización de vídeos. “Soy muy friki y cuando algo se me mete en la cabeza me gusta implicarme al máximo. He visto el Mundial reciente de Lillehammer (Noruega) y muchas otras pruebas, también he analizado a mis posibles rivales, las categorías… Es una buena manera para aprender”, dice. La motivación principal que le mueve a probar este deporte es porque le gustaría hacer historia y convertirse en el primer español en disputar los Juegos Paralímpicos de verano y de invierno en tres modalidades distintas. Hasta la fecha, Magda Amo, Juan Carlos Molina y Miguel Ángel Pérez Tello son los únicos que han competido en ambos Juegos.
“Es un desafío, sueño a lo grande, pero sé que queda mucho por hacer. Después de ganar el bronce en Tokio me siento en paz conmigo mismo, me quité la espina de Londres 2012, donde no pude sacar el 100% de mi rendimiento deportivo como nadador. Así que este año es el momento para probar y ver si hay opciones reales. Si no las hay, no pasa nada, pero en la vida hay que arriesgar. Sé que estoy a años luz de la élite del deporte de invierno español, pero la aspiración es estar ahí en unos años. Me encantaría estar en los Juegos de Milán 2026, voy a poner ganas, esfuerzo, humildad y trabajo. No sé si alcanzaré la meta, pero seguro que disfrutaré del camino”, enfatiza.
Y todo ello compatibilizándolo con el triatlón, su prioridad. Sánchez Palomero firmó un 2021 magnífico tras ganar el bronce en Tokio, en el Mundial de Abu Dhabi y en el Europeo de Valencia. “Este año tengo más libertad para salirme del plan establecido, por lo que combinar ambos deportes es posible, se retroalimentan y me ayudará a ser mejor deportista. Soy triatleta y mi objetivo es ir a París 2024 y conseguir otra medalla. El triatlón no da tregua y ya pienso en las próximas competiciones, en las que trataré de continuar en la cresta de la ola”, apostilla.