- Castellón, en la categoría masculina, con dos títulos consecutivos y Aragón, con tres en la femenina, parten como grandes favoritos
Servimedia – El XXI Campeonato de España de Goalball reunirá este fin de semana a los cuatro mejores equipos masculinos y a los cuatro mejores femeninos de la Liga de Primera División en el Polideportivo Municipal Río Claro de Tarragona.
Los dos equipos favoritos masculinos son Castellón, que cuenta con los ex paralímicos Vicente Galiana y Ricardo Fernández, y que aspira a conseguir su primer doblete de Liga y Campeonato de España, y Valencia, con el internacional paralímpico Jesús Santana, que busca reeditar el título que consiguió hace tres años.
Las otras dos escuadras con derecho a participar son el equipo madrileño de Chamartín, con los ex paralímpicos Tomás Rubio y Fernando García, que tendrá difícil reeditar sus seis campeonatos; y Alicante “A”, con los mundialistas Antonio González y José Ruso, que se tendrá que conformar, a priori, con la lucha por el bronce.
En el apartado femenino, el máximo favorito será Aragón, con las internacionales Laura Belle y Olga Polo, que buscará su quinto título. Su máximo rival será Murcia, que tiene a las internacionales Mª Carmen García y Raquel Sánchez.
Tampoco hay que descartar a los otros dos participantes: las madrileñas de Tetuán, comandadas por Mª Angeles Calderón, y Cataluña, con las ex internacionales Jessica Malagón y Eva Núñez.
El sábado se jugarán las semifinales, entre las 17:00 y las 20:20 horas; y el domingo, la lucha por las medallas comenzará a las 10:00 horas y la ceremonia de entrega de trofeos será a las 13:20 horas.
La competición ha sido organizada por las Federaciones Española y Catalana de Deportes para Ciegos (FEDC y FCEC), con la colaboración de la Delegación de la ONCE en Tarragona.
El goalball es un deporte practicado específicamente por personas ciegas y deficientes visuales que enfrenta a dos equipos de tres jugadores. Los partidos, que constan de dos tiempos de diez minutos cada uno, se disputan en una pista de 9 por 18 metros.
Cada equipo se sitúa a un lado del campo, junto a su portería, de 9 metros de ancho, y, sin salirse de una pequeña zona, tiene que tratar de meter gol en la portería contraria lanzando un balón con cascabeles en su interior, que ha de rodar por el suelo para que se oiga su sonido. Los tres componentes del equipo que recibe el balón tienen que impedir que entre en su portería arrojándose al suelo para detenerlo.
Todos los jugadores han de salir a la cancha con unos antifaces opacos que les impiden ver absolutamente nada, para garantizar así la igualdad de condiciones entre ciegos totales y deficientes visuales.