eleconomista.com.mx – El programa Compromiso Integral de México con sus Atletas (CIMA) anunció la semana pasada que se integrarán a los atletas paralímpicos al fideicomiso con el fin de otorgarles becas como las que tienen los atletas convencionales como beneficio por sus resultados dentro del deporte de alto rendimiento.
No obstante, el apoyo en ocasiones no resulta suficiente para atletas que necesitan instalaciones y aditamentos especiales.
El apoyo ha sido prácticamente nulo en los últimos años para los atletas de capacidades diferentes. Algunos de ellos, ganadores en pasadas ediciones paralímpicas como Barcelona 92, Atenas 94, Sydney 2000 y Atenas 2004, reciben becas vitalicias por sus medallas desde el 2006, las cuales no rebasan los 15,000 pesos.
El reto, equidad en las becas
El estímulo económico, impulsado por Bernardo de la Garza, director de la Conade, resulta poco para medallistas que en Beijing 2008 lograron 10 medallas de oro, tres de plata y siete de bronce, contra las dos áureas y un bronce.
Peor aún si se considera que una atleta convencional como Paola Espinosa recibe en promedio unos 56,782 pesos de beca mensual por parte del programa CIMA, aún sin haber conseguido el oro olímpico pero sí el campeonato del mundo.
No obstante, atletas como Nely Miranda, Juan Ignacio Reyes, Eduardo Ávila, Amalia Pérez, Pedro Rangel, Patricia Valle, Perla Bustamante, Mauro Máximo, Mario Santillán, entre otros medallistas paralímpicos de Beijing, contarán con la ventaja de contar con un grupo multidisciplinario de psicólogos, nutriólogos, fisiatras y médicos que provee el fideicomiso a sus atletas.
Aunque el estímulo se extenderá a los medallistas de los Juegos Paralímpicos de Londres, lo cierto es que aún se tendrá que poner atención en la equidad con los atletas convencionales en el rubro de los estímulos económicos, la cual es una lucha que han vivido los atletas paralímpicos por muchos años.
