El máximo medallista de México en Londres 2012 tendrá en Toronto 2015 la antesala a su segunda cita paralímpica
mimorelia.com – A la edad de siete años ganó sus primeras medallas de natación, desde entonces lleva acumuladas alrededor de 123 preseas, nacionales e internacionales, incluidas cinco medallas en el último Campeonato Mundial IPC, las cuatro insignias, dos de ellas de oro, en su debut paralímpico, Londres 2012 y cinco parapanamericanas, en Guadalajara 2011… él es Gustavo Ramón Sánchez Martínez.
Son las 8:00 de la mañana y el campeón mundial y paralímpico de 20 años de edad inicia su día con un desayuno, que incluye fruta, carbohidratos y proteínas, para salir a sus entrenamientos diarios, en preparación a las dos justas fundamentales que enfrentará este año: los Juegos Parapanamericanos Toronto 2015 y el Campeonato Mundial de Natación IPC Glasgow 2015.
Debido a sus estudios escolares, al inicio de año alternará sus entrenamientos en la Alberca Olímpica Universitaria de la UNAM, las instalaciones del Centro Paralímpico Mexicano (CEPAMEX) y la alberca de Villas Tlalpan CONADE.
El escenario olímpico de México 68 recibe al atleta de 20 años, que implanta marcas mundiales y conquista medallas, con la fuerza de su propulsor principal, su brazo derecho. Su lema “nada es imposible”.
Antes de entrar a la alberca, realiza su rutina en el gimnasio. Debido a la importancia de su única extremidad completa, debe tener un cuidado especial,al realizar sus ejercicios, para no ocasionarse una lesión.
Es inicio de año y el entrenamiento de Gustavo Ramón se enfoca en el estiramiento muscular y elasticidad, conforme se acerquen los compromisos internacionales, se incrementará la carga, e incluso realizará simulacros en tierra de su velocidad de brazada, para mejorar su resistencia.
“Estamos empezando, preparándonos poco a poco, es como la base de la pirámide, pero ya pronto iniciaremos un entrenamiento más detallado, ir a chequeos de tiempos diarios y rutinas de exigencia, hay que enfrentarlo con toda la actitud, con todas las ganas, para representar dignamente a México”, asegura.
En el agua el entrenamiento es variable, pero puede llegar a nadar varios kilómetros, de acuerdo al día, para alternar las siete pruebas en las que competirá en este ciclo, 50, 100 y 200 metros libre, 50 dorso, 50 mariposa, 50 pecho y 150m combinado.
La motivación para continuar con su pesada carga de trabajo físico, los chequeos y superar las molestias físicas, la tiene al ser considerado, como una de las cartas fuertes para el país, en la justa continental y en Río 2016.
“Representa mucho, es un papel muy importante, no me queda grande, estoy muy orgulloso de ser de los importantes, es una carga pesada, pero me gusta, porque lo veo como un reto, no lo veo como presión ni como obligación, sino al revés, quiero demostrar porque soy importante, porque estoy ahí, no fue de un día para otro, no fue suerte, entonces hay que darle con todo”.
En Toronto el objetivo es claro, igualar o mejorar los cinco metales obtenidos en Guadalajara 2011 y lo mismo aplica para la justa mundialista de Glasgow, Reino Unido, en la que la meta es mejorar su participación de Montreal 2013, donde conquistó una presea áurea, una de plata y tres bronces.
Después del entrenamiento y ya vestido en sus colores favoritos, rojo y negro, realiza su comida fuerte del día y se dirige de inmediato a su escuela, una prestigiada institución musical, en el sur de la ciudad, donde cursa el tercer semestre de la carrera de Ingeniería en Producción de Audio y Producción Musical.
“La carrera es difícil, porque es mucha teoría, muchas matemáticas, tenemos entrenamiento auditivo, teoría de la música y requiere mucha dedicación, pero me gusta. Escogí esta especialidad por mi pasión a la música, me gustaría tener mi propia casa productora, producir discos para personas importantes y eventos masivos grandes”, afirma sonriente.
“Antes de las competencias, escucho música, eso me prende, me motiva y me aísla, para concentrarme, no tengo una canción ni autor en especial, son varios”, comparte.
Al finalizar las clases, regresar a casa le toma alrededor de 40 minutos, donde se enfocará a hacer la tarea, ver un poco de tele y cuidar a su perrita, una pastor alemán.
Son más de las 22:00 horas y Gustavo, luego de adelantar sus deberes escolares, se dispone a descansar. La jornada diaria terminó.