Sarai Gascón no falta a su cita con las medallas en los Juegos

La nadadora española logra la plata en 100 libre S9 con récord de Europa y ya luce siete preseas paralímpicas. Se queda a 40 centésimas del oro de la neozelandesa Sophie Pascoe.

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Tenía 16 años cuando Sarai Gascón ganó su primera medalla paralímpica en Pekín 2008. En el ‘Cubo de Agua’ se subió al podio con la cara inocente e ingenua de una niña que todavía desconocía lo mucho que le iban a exigir de ahí en adelante. Lo difícil no era llegar a la cima, como ella hizo siendo tan imberbe, sino mantenerse en la élite tantos años y con resultados espectaculares. Es una dama del cloro, una ‘killer’ que nunca se da por vencida y lo ha demostrado en Tokio con brazadas poderosas para mantener su idilio con las preseas en los Juegos.

La nadadora que entrena bajo el paraguas de Jaume Marcé en el CAR de San Cugat se ha colgado la plata en los 100 metros libre S9. El oro se le resiste, esta vez lo ha tenido muy cerca, a 40 centésimas, pero se siente orgullosa de lo que ha hecho porque sigue devorando metales allá donde va. En una categoría en la que las ocho finalistas tenían unos tiempos muy similares, la de Terrassa necesitaba toda su energía y reservas para subir una vez más al altar paralímpico.

El desafío era mayúsculo, a su izquierda tenía que lidiar con la neozelandesa Sophie Pascoe, una de las reinas de la natación. Se avecinaba una carrera salvaje, sin tregua. Entró fortísima en el agua, siempre en las primeras posiciones y tras el viraje pasó como tercera. Aumentó la frecuencia de sus brazadas para alcanzar a la brasileña Mariana Ribeiro (bronce con 1:03.39), pero le faltó un parpadeo para llevarse la anhelada presea dorada. Con 1:02.37 Pascoe le arrebató ese sueño.

Sarai tocó el panel de cronometraje en 1:02.77 para colgarse una plata de prestigio en el Centro Acuático de la capital tokiota y batir el récord de Europa. En sus vitrinas ya luce siete medallas paralímpicas (seis platas y un bronce), además de 17 metales mundiales y 36 europeos. Lleva casi dos décadas engullendo kilómetros con determinación, corazón y perseverancia, valores que le han granjeado un palmarés envidiable.

Nació sin parte de su brazo izquierdo, pero eso jamás supuso una barrera para alcanzar cotas altas, es imparable cuando se fija un desafío. Comenzó en cursillos de natación con apenas tres años y poco a poco fue demostrando que la piscina se le daba de maravilla. Con solo 14 años se convirtió en un talento precoz tras derribar la puerta a lo grande al proclamarse campeona del mundo en 100 metros braza en Durban (Sudáfrica) 2006. Aquello fue un augurio de lo que le depararía el futuro.

“Soy de las más mayores y mis rivales cada vez son más jóvenes. Aun así, en cada competición sigo dando caña y no será tan fácil retirarme, no me doy por vencida”, dijo en una entrevista con este medio la catalana, una guerrera que siempre lucha hasta el último aliento. Aún puede aumentar su palmarés ya que le queda el 100 mariposa S9 y el relevo 4×100 estilos femenino 34 puntos.

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