Gustavo Fernández será uno de los participantes en una exhibición en Parque Sarmiento.
Clarin.com – Gustavo Fernández pospone el diálogo con Clarín porque el llamado lo encuentra en su auto, manejando por Buenos Aires. Es en una pausa de sus entrenamientos para la gira europea que arrancará el 7 de mayo. En su calendario figura, por ejemplo, defender el título de Wimbledon ganado en 2015.
Agustín Ledesma y Ezequiel Casco, mientras tanto, festejan en el dobles en el torneo de Uberlandia, en Brasil, donde además Ledesma se quedó con el certamen de singles. Ellos, jugadores de la élite mundial de tenis adaptado (en silla de ruedas), son tres de los más de tres millones de personas con discapacidad que hay en la Argentina, muchos de los cuales ignoran que el deporte puede convertirse en una valiosa herramienta para hacerle frente a las dificultades.
Por ello, Fernández, Casco y Ledesma buscarán transmitir su experiencia este sábado en Parque Sarmiento de la Capital Federal, donde se realizará una exhibición gratuita que tiene por objetivo darle visibilidad al deporte adaptado.
“La idea es tratar de aportar un grano de arena, que la gente se interese por el deporte y que vea que cualquiera lo puede practicar”, comenta Fernández, una vez que se baja del automóvil, acerca del evento organizado por el sitio Paradeportes. “Parte del objetivo es que tanto los chicos y grandes con alguna discapacidad sepan que pueden hacer deporte con todo lo que esto beneficia mental y físicamente a la hora de abordar los problemas”, explica Maximiliano Nóbili, director del sitio y organizador del evento. También aclara que, con el mismo fin, proyecta otras clínicas similares de distintos deportes en el marco de un año en el que se disputan los Juegos Paralímpicos.
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Los beneficios de los que habla Nóbili los atestigua el propio Fernández, quien confiesa que siempre tuvo “la vida bien armadita”, que desde los 6 años, por ayuda de sus padres, practicó tenis y que nunca se sintió “menos que nadie”. “Si bien no fue mi caso, veo que a personas más tímidas el deporte los ayuda a desenvolverse, a ganar independencia”, destaca el mejor argentino del ranking. “El deporte te genera amistades y sobre todo te da confianza, que es lo que más cuesta a alguien con discapacidad”, agrega el jugador de 22 años.
Ledesma, 24° del escalafón, coincide con el impacto que una actividad deportiva puede tener: “Practicar tenis me impactó de una manera muy fuerte, me cambió la forma de pensar”. Por eso espera que, mediante su testimonio y el de sus colegas, los padres apoyen a sus hijos para animarse a probar nuevos desafíos. “Solo quiero que las familias tengan conocimiento de la voluntad de las personas con discapacidad y los ayuden en lo que decidan”, afirma el tenista que también tiene 22 años.
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La movida, que no se suspenderá en caso de lluvia, comenzará a las 14, se podrá ingresar por la puerta principal del parque (Av. Balbín 4750) y estará enfocada en que tanto los chicos de fundaciones o clínicas, como las familias que se encuentren allí, puedan pasar un buen momento. Habrá una clínica de tenis adaptado en la cual los profesores mostrarán cómo se juega. Los protagonistas jugarán puntos en singles y dobles, y se hará participar al público presente, para lo cual se contará con las sillas de ruedas especiales en las que se practica este disciplina, la cual admite dos piques en lugar de uno, a diferencia del tenis convencional. Los sorteos también serán parte de una jornada que se podrá seguir por streaming.
Además de Fernández, Ledesma y Casco (23 años, 32° del ranking de singles), participarán Florencia Moreno (46° del listado de mujeres y número 1 de Argentina, cumplirá 27 años el lunes), Antonella Pralong (de 14 años, número 3 del mundo de juveniles y 57a entre las mayores) y chicos del programa de la Asociación Argentina de Tenis Adaptado (AATA).
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“A los padres con algún hijo con discapacidad les diría que se acerquen a cualquier deporte porque claramente va a mejorar la calidad de vida de su hijo, y por ende la de todo el entorno familiar”, dice Nóbili sobre lo que percibió de los propios deportistas adaptados. Un grupo que, destaca, es mucho mayor del que se piensa. “El deporte les genera un cambio de estado de ánimo y de visión a partir del esfuerzo que demanda”, añade.
“Tener o no una discapacidad no es el fin del mundo ni mucho menos. El deporte te ayuda a darte cuenta de que la esencia de la vida pasa por otro lado”, enfatiza Fernández, quien cree que muchas personas con discapacidad podrían “saciar su hambre deportiva y no lo hacen por falta de conocimiento”. El oriundo de Río Tercero va más allá: dice estar convencido de que «el problema no es la discapacidad en sí sino lo que uno cree de sí mismo”. Y confiesa: “Yo siempre me sentí uno más y a partir de eso el resto me empezó a ver como uno más”.
Ledesma apoya la tesis de que a pesar de las dificultades que el cuerpo imponga se pueden tener anhelos trascendentes. Por eso, exhorta a familiares de personas con discapacidad a apoyarlas en la búsqueda de todo lo que los haga felices: “No tengan miedo a dejarnos vivir”.